INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

Los estadounidenses están siendo engañados por unos medios de comunicación languidecientes, y por una clase política corrupta

¿Se aproxima un momento similar al de la piara de cerdos de Gerasa, para muchos de nosotros?

21 de Septiembre de 2023


Cada mañana, hago un veloz repaso de los titulares originados en distintos canales, reviso mis correos electrónicos e ingresos en Facebook, y luego me detengo específicamente en la edición online del New York Times, prestando particular atención a las páginas de opinión. Por lo general, no me perturba ya el hecho de que tanto la Administración del presidente Joe Biden como la del ex presidente Donald Trump han estado destruyendo -y continúan haciéndolo- lo que alguna vez fue una nación admirable -es como si, repetidamente, se arrojara a los ciudadanos a los pies de la ambición y la codicia de esos dirigentes.

Piara de cerdos de Gerasa, Biblia, Nuevo Testamento, Jesucristo
En este sentido, el pasado viernes fue un día particularmente malo, y me encontré con un momento al estilo del exorcismo del demonio de Gerasa. Para aquellos que no han leído el Nuevo Testamento, el 
evangelio según San Marcos relata cómo Jesucristo se topó con un demente en tiempos de su ministerio en Galilea; el hombre se exhibía infestado de demonios, y buscó ayuda para la cura. Jesús oyó sus súplicas, y ordenó: 'Abandona el cuerpo de este hombre, espíritu impuro!', previo a confrontar a la entidad diabólica liberada y preguntarle '¿Cuál es tu nombre?'. El demonio replicó: 'Mi nombre es Legión. Dado que somos muchos'. La entidad solicitó a Cristo no ser despachada fuera del campo. Había una gran piara de cerdos paciendo en las montañas. Los demonios exigieron: 'Envíanos a los cerdos, para que podamos entrar en ellos'. 'Jesucristo les dio salida, y los espíritus malignos ingresaron a los cerdos. La piara, que contaba miles de cabezas, corrió desaforadamente hacia una alta colina para saltar, y los porcinos se ahogaron en las aguas del lago'.

Inevitablemente, mi primer pensamiento se enfocó en mi sentimiento de pena por lo que le sucedió a los pobres cerdos, aunque esa depresión fue perentoria, tras repasar los títulos del Times de aquella mañana. En efecto, los ciudadanos de los Estados Unidos nos hemos convertido en esa piara de Gerasa y nos abrazamos a la muerte como personas, comandados por demonios inicialmente liberados por los individuos que llamamos y aceptamos como 'nuestros líderes'. Las tres piezas a las que me refiero son dos columnas de 'opinión', una desarrollara por el inevitable Tom Friedman y titulada 'Un viaje a Ucrania clarifica las apuestas en juego. Y son enormes' ('A Trip to Ukraine Clarified the Stakes. And They’re Huge') y otra, un texto escrito por el comité editorial del periódico, intitulado 'Cómo respaldar a Ucrania más allá de la próxima elección' ('How to Support Ukraine Beyond the Next Election'). La tercera pieza era un titular que refería: 'Como presidente, Biden se aferra a poderes bélicos más amplios de los que tenía como Senador: el presidente dice que puede ordenar operaciones militares limitadas sin necesidad de aprobación por parte del legislativo'.

En conjunto, estos tres textos sugieren que los Estados Unidos de América han quedado sometidos a la promoción de amenazas con frecuencia no demasiado creíbles como excusa para ir a la guerra a perpetuidad, o bien al menos hasta que el país se desmorone en razón de abrazarse a las prioridades equivocadas. No intentaré, sin embargo, recrear el sinsentido de los registros históricos, sólo rechazar los argumentos que se formulan con el objetivo de mantenerse en el curso belicista sin raison d’etre potable para haber iniciado ninguno de esos conflictos. A la sazón, ninguno de los artículos mencionados se hace la pregunta más fundamental, siempre eludida por nuestra agresiva clase gobernante, y la misma debería ser la que sigue: 'En primer lugar, ¿qué interés o intereses nacionales estadounidenses específicos están en juego en estas guerras?'.

Sin lugar a dudas, el más perturbador de los textos citados es aquel que reproduce la afirmación compartida por el extraviado Jefe Ejecutivo Joe Biden, al respecto de su capacidad para iniciar guerras cuando se lo proponga -algo que consigna un desaprensivo desafío al equilibrio de poderes en el seno del gobierno, en esencia antibélico, tipificado por la Constitución de los Estados Unidos, y también a la vigente Acta sobre Poderes Bélicos (War Powers Act). El texto incluye cosas como la siguiente: 'De ser reelegido para un segundo período, el presidente Biden prometió que iría al Congreso para dar inicio a guerras de magnitud, pero que el jefe de EStado entendió que contaba con el poder para "sancionar la ejecución de operaciones militares de los EE.UU. en el extranjero" sin contar con la aprobación necesaria, en los casos en que los ataques sirvan a intereses estadounidenses de importancia central (...) En 2019, el Señor Biden ya se había abrazado a la perspectiva, adoptada por el Ejecutivo bajo la Administración de ambos partidos políticos mayoritarios, de que los presidentes contaban con una autoridad constitucional más amplia para desarrollar ataques limitados contra otras naciones sin requerir la aprobación del legislativo, sin llegar a una guerra total. Como presidentes, tanto el Señor Trump como el Señor Biden recurrieron al uso de la fuerza de manera unilateral, citando su pretendida autoridad constitucional para el empleo de fuerza militar sin permiso del Congreso. En abril de 2017 y luego en abril de 2018, el Señor Trump sancionó la ejecución de ataques con misiles contra fuerzas del gobierno sirio. En junio de 2021, el Señor Biden ordenó ataques aéreos contra milicianos respaldados por Irán en Siria; hizo lo propio en agosto de 2022'.

¿Debería yo preguntar cómo está Biden en capacidad para determinar qué es un 'interés estadounidense crítico'? O, si se quiere, ¿cómo es que Siria o Irán han estado 'amenazando de manera inminente' a los Estados Unidos, país que, en los hechos, está ocupando territorio sirio ilegalmente? Y, ¿qué hay de la vigente guerra subsidiaria contra Rusia en Ucrania? ¿Acaso la amenaza justifica el acercamiento de los EE.UU. al abismo de una guerra nuclear? Friedman ha regresado de un periplo de apenas tres días a Ucrania, y ahora opina que 'Lo que Putin está haciendo en Ucrania no sólo es desaprensivo, no sólo es una guerra que él ha elegido, no sólo una invasión a base de mendacidad, inmoralidad e incompetencia, todo ello envuelto en un fárrago de mentiras. Lo que está haciendo es diabólico (...) Este es un obvio ejemplo del Bien versus el Mal, tal como Usted lo ha visto en las relaciones internacionales desde la Segunda Guerra Mundial'.

Acaso Tom pueda permitirse el intento de mirar un poco más en las profundidades de la guerra en Ucrania y considere googlear 'Acuerdos de Minsk', 'Visita de Boris Johnson a Kiev' o 'Ampliación de la OTAN'. Pero desde luego que se aferra a un criterio de juzgamiento que supo desplegar durante tantos años en el Times cuando cubría asuntos de Oriente Medio, oportunidad en la que finalmente pudo reconocer el 'apartheid' y los numerosos crímenes contra la humanidad perpetrados por sus amigos israelíes -todo frente a su rostro.

Asimismo, la pieza del grupo editorial del Times se abraza a la distinción entre el Bien y el Mal: 'Mientras que el presente comité ha cuestionado algunas decisiones puntuales tomadas por el Señor Biden, como ser el haber provisto al Ejército de Ucrania con munición de racimo, concordamos con él en que sería "errado y contrario a principios bien establecidos" el presionar a un tercer país para indicarle cómo negociar sobre su propio territorio soberano. Ucrania merece el respaldo total en su réplica contra la invasión no provocada de Moscú, y hace al interés nacional de los Estados Unidos liderar a sus aliados de OTAN para probar que las ambiciones revanchistas del Señor Putin no serán toleradas. Es una prueba del compromiso estadounidense con la democracia y el liderazgo, mientras que otros agresores en el concierto internacional prestan atención'.

La afirmación 'Hemos de ser firmes' busca movilizar al ejemplo, advirtiendo a potenciales agresores sobre las eventuales consecuencias. Pero, al mismo tiempo, describir el ataque ruso como 'no provocado' es un absoluto sinsentido. Y la verdadera ironía, para no decir hipocresía, es que la referencia a las negociaciones 'sobre su propio territorio' invita a considerar la ocupación, por parte de fuerzas militares estadounidenses, de territorio nacional sirio, o la manera en que el Estado de Israel se roba terreno en la Franja de Gaza y los Altos del Golán. Quienes invirtieron tiempo en monitorear de cerca la situación en Siria informan hoy que, en apariencia, los EE.UU. se preparan para montar una nueva serie de taques para remover al gobierno legítimo de Basher al-Assad. Recientemente, tres legisladores del Partido Republicano viajaron a la Siria ocupada, para reunirse con grupos que el propio gobierno en Washington ha etiquetado de terroristas. Respaldar materialmente al terrorismo es un delito y, en simultáneo, cabría preguntarle al Fiscal General Merrick Garland dónde estaba el FBI, quien debería interrogar a los tres representantes del Congreso cuando retornaran de su periplo -para acaso luego ser imputados desde el Departamento de Justicia. Inevitablemente, un conflicto de magnitud en Siria involucrará al Líbano y a Irán. Esto consignaría un monumental desastre para la región, particularmente cuando Israel toma ventaja de la situación y Washington se acerca para 'cuidar las espaldas de Jerusalén' -aún si es Jerusalén quien comienza con las agresiones. Pero lo cierto es que a los Estados Unidos rara vez les importa cómo sus intervenciones afectan a poblaciones locales, ni tampoco interesa cuánto cuesta eso en dólares -o vidas.

Y, por cierto, el verdadero peligro es que, si Usted se compra este sinsentido como si fuera algo creíble -algo que ambos partidos políticos han hecho-, habrá más sufrimiento para los cerdos de Gerasa. Estos serán quienes padezcan las consecuencias de una recurrente serie de intervenciones (las cuales carecen absolutamente de respaldo, salvo por el hecho de que uno puede salirse con la suya si está refrendado por un presupuesto de 'defensa' de billones de dólares). Y, naturalmente, el 'líder' Volodymyr Zelensky estará la próxima semana en Washington, para reunirse con Biden y sus amigos en el Congreso, mientras 'debaten' si obsequiarle otros US$ 24 mil millones. El presidente ucraniano querrá asegurarse de que el mensaje llegue a sus anfitriones: es decir, que es el mismísimo Volodymyr quien está a cargo. Veremos cómo se ocupa del tema el New York Times covers it.


Artículo original, en inglés


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.