POLITICA ARGENTINA: ERIC NESICH

Argentina: Oda al Pobrismo

El párrafo escrito por Mallea hace décadas no pierde actualidad, y parece describir la situación político-social...

18 de Noviembre de 2023

 

Cada día, veo a la Argentina actual desnaturalizarse en uno u otro acto. De pronto, está ahí, presente; de pronto, está perdida. Inútil tratar de llamarla a un examen de sí: su voz presente está batida por una suma circunstanciada de ignorancias.
 
Eduardo Mallea; 'Historia de una Pasión Argentina' (1937)

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El párrafo escrito por Mallea hace décadas no pierde actualidad, y parece describir la situación político-social presente de nuestro país, la cual parece afirmarse en su orientación hacia el abismo, si es que no se ha precipitado ya en él.
 
Pobreza, Argentina, Pobrismo, Peronismo, Kirchnerismo, Sergio Massa
Con independencia del resultado que emerja de las urnas al cierre de este domingo, entre Sergio Tomás Massa (Unión por la Patria) y su oponente Javier Gerardo Milei (La Libertad Avanza), la República Argentina se encuentra enferma. El diagnóstico no es alentador: la grieta social se ha ampliado más que nunca y seguirá a flor de piel entre dos modelos: uno abierto al mundo; el otro, declarada y orgullosamente pobrista.
 
Hemos recurrido al término "pobrista" en lugar de "populista". La enfermedad se exhibe a todas luces incurable. Los manuales esgrimen, con característica frialdad, la definición de populismo como aquella "tendencia política que dice defender los intereses y aspiraciones del pueblo". El populismo argentino, sin embargo, derivó en un pobrismo hecho y derecho con el correr de los años.
 
Con frecuencia, los “políticos defensores de los pobres” se presentan como enemigos públicos del mercado y de todo lo relacionado con el mundo financiero. Entienden aquéllos que la propiedad privada se trata de un robo, y ven con malos ojos la prosperidad ajena. Declaman defender un modelo en base a la "igualdad" y, en esa búsqueda, dan forma a un resultado: en el epílogo, todos los ciudadanos se abrazan, sin distinción, a la pobreza. Mientras tanto y, como es lógico, los dirigentes que patrocinan esos discursos se enorgullecen de su existencia como multimillonarios, con tenencias y estilos de vida sólo comparables a la realidad de las más encumbradas estrellas de Hollywood. 
 
Para el pobrista, los ricos son ladrones; los pobres son gente sin derechos que amerita ser resarcida. El fenómeno argentino respecto al pobrismo es digno de estudio, en particular luego de las elecciones presidenciales del 22 de octubre pasado, instancia en la que un nada desdeñable porcentual de la población probó su conformidad con la propia pobreza. Desde el extranjero, analistas políticos y económicos han observado con esperable perplejidad cómo es posible que casi un 37% de la población eligiera como candidato a la presidencia de la Nación al Ministro de Economía responsable de una desastrosa política económica en la cual la moneda nacional consolidó una devaluación cercana al 200%, con el crecimiento de los precios anualizado merodeando los 150 puntos porcentuales.
 
En la práctica, el comentado fenómeno del pobrismo es, en esencia, conservador. Resulta ineludible que el sufragante pobrista se conforma con lo poco que tiene: un salario que se devalúa semanalmente, con su promocionado 'derecho a la salud pública' pulverizado (mediando la espera de turnos durante meses, y aguardando para ser atendido por horas, en general a la intemperie), y con el sistema educativo estatal jaqueado por interminables paros (por supuesto, llevados a cabo por el sindicalismo afín al color político gubernamental), y demás etcéteras.
 
Ese conservadurismo de ADN pobrista evalúa como una seria amenaza a todo aquello que no comulga con su ideología. Sus partidarios podrán ver cómo sus padecimientos se acopian en la realidad presente, pero la ideología debe ser defendida a capa y espada. Así las cosas, ese parámetro de fanatismo en poco podría diferenciarse de la liturgia futbolera nacional, en donde los colores son sagrados y se posicionan por encima de todo -aún por los intereses familiares o individuales. Certificándose la circularidad de la narrativa, cierto es que ha sido la dirigencia política nacional la principal responsable de la defensa de esa liturgia en la que todo es un dogma -y donde cualquier intento de discusión es rápidamente reprimido: en ocasiones, con violencia.
 
Finalmente, el votante pobrista argentino es, por si algo faltara, conformista. En tal virtud, los regímenes populistas que se han abrazado a la bandera del citado pobrismo (desde Néstor Kirchner hasta Cristina Fernández, y llegando a Alberto Fernández) gozan de buena salud entre los atribulados aunque inconscientes votantes. 
 
Este domingo 19 de noviembre, la Argentina tendrá la oportunidad de seleccionar entre dos senderos: la ruta pobrista ya conocida y publicitada por Sergio Tomás Massa (UxP), y un periplo hacia el vacío o la incertidumbre -según se prefiera-, en la variante anarco-capitalista personificada en Javier Gerardo Milei (La Libertad Avanza).


 
Sobre Eric Nesich

Es Licenciado en Periodismo y Licenciado en Ciencia Política. Columnista de El Ojo Digital especializado en temas económicos y financieros, y aficionado a la investigación relativa a fraudes y estafas en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Argentina. Sus artículos son publicados regularmente en http://www.elojodigital.com/categoria/tags/eric-nesich. Su correo electrónico para consultas es eric.nesich@gmail.com.