INTERNACIONALES: POR JUANA MARCÓ, PARA EL OJO DIGITAL

Hugo Chávez y su batalla semántica

¿Merece el presidente de Venezuela semejante exposición mediática, habida cuenta de las constantes amenazas que arroja su discurso?

29 de Julio de 2010
Mientras el jefe de estado venezolano encuentre un eco resonante en toda la región para sus alarmantes discursos que proclaman confrontaciones, represalias o la restricción de la provisión de crudo a los Estados Unidos de América, ciertamente no dejará de pronunciarse, forzando a muchos a concentrarse en el contenido de sus mensajes. Lamentablemente, solo algunos perciben esta estrategia que busca mantener protagonismo, ya que el fracaso de su gestión de gobierno no le permitiría destacarse mayormente entre los líderes de la región. La situación entre ambos países se agravó sustancialmente al romper Chávez relaciones con Bogotá, a raíz de la denuncia del actual presidente de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en relación a la presencia de guerrilleros colombianos en Venezuela. En esta ocasión, amenazó también a Estados Unidos con la suspensión de suministro de crudo, por tener injerencia en estas acusaciones que se le hacen a su país de albergar a rebeldes guerrilleros de las FARC y de la ELN. Obviamente que el mandatario lo desmiente enfáticamente. ¿Quién podría creer esta advertencia del líder de Caracas? "Nosotros, aún cuando aquí tengamos que comer piedra, le suspenderíamos el envío de petróleo a Estados Unidos. No le enviaríamos una gota de petróleo más". Chávez Frías asegura que si el presidente electo asume con intención pacífica y sin acusar a Venezuela, dejaría sin efecto la confrontación. Sin embargo, se sabe que quien asume ha sido siempre duramente criticado desde Caracas debido a las medidas que llevara a cabo en el ministerio de Defensa en contra de estos grupos, que favorecieron a la liberación de los presos políticos en la selva. En esta oportunidad, también pareciera querer despedir a uno de sus máximos enemigos, el actual presidente de Colombia, sin considerar la preocupación que ocasionan sus amenazas: Hugo Chávez no persigue otro objetivo que perjudicar la imagen del mandatario saliente. La realidad demuestra que el bolivariano aprovecha la asunción del flamante presidente de Colombia, pues ello le permite encontrar una buena salida para declarar que deja sus determinaciones postergadas con la nueva gestión de gobierno. Es indudable que el caraqueño no puede prescindir de la exportación de petróleo a Norteamérica, ya que es la principal fuente de ingreso para su país, como tampoco está en condiciones de atacar a Colombia. Sabe Chávez que -de ser necesario-, Washington intervendrá en la defensa de su vecino. Hasta ahora, el conflicto diplomático ha afectado a unos cinco millones de colombianos y venezolanos, de acuerdo a cifras difundidas por la Cámara de Comercio colombo-venezolana. Entonces, ¿quién aparece como responsable de que este líder político venezolano ponga en vilo a su población y la de Colombia? Sin lugar a dudas, aquellos que le dan cabida a sus palabras y lo retransmiten en su permanente estado de alerta máxima. Los difusores de la retórica chavista caen en la trampa que él mismo procura y logra: ser protagonista y significar una amenaza para toda la región. Por cierto, pareciera que esta actitud le permitiera a Chávez imponer condiciones y mostrar su supremacía y su poder a aquellos a quienes intenta dominar. Tal como lo ha logrado con Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y -en alguna medida- con otros países como Argentina. Esta guerra fría y de constantes intimidaciones, censuras y hostigamiento no debería centrar la atención y la demanda de la prensa, ya que lo verdaderamente peligroso de este mandatario son sus alianzas internacionales con Irán, el intento de dominio regional, sumados al avance de la droga y la critica situación en que se encuentra su población ocasionada por su política de hambre, que a la vez conduce a mayores índices de inseguridad, según lo relatado por los propios venezolanos. Cuestiones de fondo -y verdaderamente importantes- que no se tratan ni se transmiten a la opinión pública con la intensidad que corresponde. Estos son los puntos que deberían ocupar la agenda para la defensa regional, a los efectos de evitar el incremento en la escalada verbal. El discurso chavista, per se, no debería concentrar toda la atención. Por Juana Marcó, para El Ojo Digital Internacionales. e-Mail: jmarco@fibertel.com.ar
Por Juana Marcó, para El Ojo Digital Internacionales