Inseguridad y desabastecimiento golpean al Gobierno. Nuevas convocatorias a cacerolazos

Acaparó el sangriento episodio acontecido en la localidad del norte bonaerense de Martínez el mayor espacio en los medios en las últimas horas. Aún repercuten los detalles de la toma de una casa de familia por parte de un grupo de violentos delincuentes, tres de los cuales resultaron abatidos, sin más, por la Policía. Hechos igualmente fuertes se sucedieron en Pilar, pocos días atrás, y nuevamente la sociedad reacciona en una mezcla de hartazgo y estupor. "Los policías liquidaron a tres de los tipos. Esa es la buena noticia con la que me gustaría despertarme cada vez que hay un intento de secuestro. Si los agarran vivos, a la semana cualquier juez los larga y los tenemos acá de nuevo más enloquecidos, con sed de venganza. Que los maten, mucho mejor así". En estos términos se despachaba una residente de Martínez a El Ojo Digital. Otros vecinos aún recuerdan la figura de León Arslanián quien, en su afán de "filtrar" al mal elemento de la fuerza bonaerense, terminó por arrojar a las calles a una interminable horda de individuos sin dinero y dispuestos a ofrecer sus servicios y su conocimiento al mejor postor. Otra medida polémica de Arslanian había sido promover a la erradicación de las casillas de vigiladores privados y dejarlo todo en manos de la Policía Bonaerense. Los hechos de Martínez y de Pilar se dieron con una cadencia insoportable para la, a estas alturas, devaluada figura del Gobernador Daniel Scioli. Devaluada por partida doble : a partir del portazo dado a los referentes del agro, en tren de no perjudicar su relación con el ex presidente Néstor Carlos Kirchner, por un lado, y luego de los hechos de violencia ya mencionados, en segundo término. Lo cierto es que Scioli debe ya olvidarse de su ambicionada candidatura a Presidente de la Nación en 2011. Por estas horas, muchos ni siquiera se atreven a predecir que la Presidente Cristina Fernández de Kirchner está capacitada para llegar al final de su mandato. Por ende, una misión imposible sería para Scioli presentarse como candidato para cargo alguno. Hace pocos días, su señora esposa Karina Rabollini se salvó de ser apaleada por un grupo de furibundos ruralistas. Luego del ninguneo al agro y de los hechos de Martínez y Pilar, el Gobernador está groggy y listo para el nocaut. Ni siquiera ha reaccionado frente al virulento rebrote de secuestros y tiroteos que hace tiempo han convertido al distrito más grande del país en una suerte de Far West latinoamericano. Y no es probable que lo haga. Las teorías conspirativas contra Scioli cobran vigor nuevamente. Aquellas cuyas sospechas apuntan directo a la Rosada. Aunque estas versiones hoy no tienen gran asidero, lo cierto es que el ex piloto de motonáutica erró groseramente al hablar de más frente al problema de la inseguridad, apenas asumido. La realidad lo ha abofeteado como a ningún otro gobernador en los últimos años. Para colmo, se ha vuelto a hacer presente el fantasma tan temido del desabastecimiento. La escasez de productos alcanza a lácteos, carnes y pollo. Se ha sumado ahora la harina. Peor aún, los combustibles ya escasean en gran parte del país, con la única excepción de la Patagonia que, como siempre, no empuja grandemente a la demanda, habida cuenta de su bajísima densidad poblacional. En las provincias de Córdoba y Santa Fe, la mayoría de las estaciones de servicio han cerrado ya, incapaces de continuar operando, pues no se las ha abastecido de fluídos ni combustibles. La pesadilla que había comenzado hace años con el gasoil se extendió ahora a las naftas premium, de alto octanaje. Para la Administración Fernández de Kirchner ya es demasiado tarde. Las políticas confiscatorias al sector energético impuestas por el ex primer mandatario Néstor Kirchner comienzan ahora a cosechar resultados, en extremo negativos, claro. Observan ahora algunos funcionarios que fue un error infantil cercar a Shell y Esso para que terminaran entregando sus estaciones de servicio -las pocas que aún explotaban las empresas- para rematarlas a precio vil en un escenario futuro y servirlas en bandeja a la corrupta PDVSA de Hugo Chávez. Ni Shell ni Esso se amilanaron y hoy no están en condiciones de refinar los combustibles necesarios para remitir a sus clientes. La mentira de YPF llegó a su fin. El inicio de la operatoria por parte de Enrique Eskenazi, que incluía precios más bajos que la competencia, terminó por rematar la poca nafta y el gasoil que quedaban. Todo en el afán de alimentar la herrumbrada maquinaria de propaganda kirchnerista. Era necesario enfriar la economía para que la inflación no explotara, pero la iniciativa no iba a provenir jamás desde el Gobierno Nacional. Se aprovecharon las voces oficialistas del conflicto con el sector agropecuario para endilgarle la responsabilidad. Aún persisten en la Administración las opiniones de dignatarios mal asesorados, que rezan que, mientras más cortes de ruta lleve a cabo el agro, más culpables los verá la sociedad. Ya se observan escenas de pugilato entre automovilistas a la hora de echar a sus tanques los pocos litros que quedan en las estaciones de servicio; instantáneas de una Argentina que todos creíamos habían quedado atrás. El correlato de estos episodios seguramente continuará en los cajeros automáticos y en los bancos, más tarde o más temprano. Si aún ello no ha tenido lugar es porque Martín Redrado ejecuta órdenes ciegamente a los efectos de empujar el dólar estadounidense hacia abajo. Noticia que es presentada como alegre para algunos medios, inclusive algunos que se autocalifican de críticos de la presente gestión. Pero ya es inocultable que en los últimos dos meses se han evaporado $10 mil millones de la plaza bancaria, y que el Banco Central ha pagado cara la osadía de ir contra la corriente : la jugada de Kirchner le ha costado ya casi US$3 mil millones, a pesar de que se hace todo lo posible para ocultar al público los movimientos oficiales en el circuito. Con claridad lo ha sentenciado Ambito Financiero : cuando el dólar llega a cotizar a $3,05, comienzan a aparecer mayores movimientos de compra de divisa extranjera, y el Central termina retrocediendo pues, si insistiese, continuaría desangrándose indefinidamente. Y, mientras todo esto sucede, el Jefe de Gabinete Alberto Fernández se regala el tiempo para garantizarle atención digna de un presidente al irreverente rockero Charly García en el nosocomio donde se encuentra hospitalizado. Actitud oficial que no puede interpretarse sino como un doloroso cachetazo a millones de argentinos que deben abrirse paso en medio de una crisis indetenible que la propia Administración ha fogoneado. ¿Para quién gobierna este gobierno? Los comunicadores kirchneristas intentan vender pescado podrido a tontas y a locas, emprendiéndola contra el agro y los camioneros, sus aparentes secuaces golpistas. Por si ello fuera poco, ya han comenzado a llegar denuncias de parte de ruralistas, al respecto de que individuos desconocidos se han infiltrado en sus piquetes, agrediendo hasta con armas de fuego a vehículos de transporte de mercaderías. Táctica empleada hasta el cansancio por el marxismo-leninismo y el nacionalsocialismo de Adolf Hitler, y que los historiadores de moda obvian por su afinidad ideológica con el gobierno central. Sugestivamente, el oficialismo ha llamado a algunos de sus más insufribles voceros al silencio. Es el caso del piquetero Luis D Elía, quien aún debe responder por la toma de una comisaría en La Boca, el desmanejo de planes sociales y el ataque a golpes de puño contra manifestantes pacíficos en Plaza de Mayo. Su lugar ha sido ocupado por Edgardo Depetri, quien solo tiene la virtud de comunicarse mejor ante las cámaras y de distorsionar la realidad con más elegancia que su predecesor. Precisamente, la intención de la Casa Rosada es evitar a toda costa la germinación de renovadas protestas callejeras que, furibundas, pudieren intentar llevarse puesta a la Presidente Cristina Fernández de Kirchner. Mientras los rumores más recientes claman que la primera mandataria ha intentado renunciar en numerosas oportunidades, un nuevo cúmulo de pésimas noticias se suceden en un país abiertamente paralizado y la paciencia termina de agotarse. Es así como, en las últimas horas, han resurgido también incontables cadenas de correos electrónicos que llaman a la ciudadanía a protagonizar cacerolazos masivos para los próximos días. El más llamativo es el que convoca a manifestaciones ciudadanas en todo el país para este viernes 13 de junio. Muchos intentarán partir de vacaciones por el fin de semana largo, pero no podrán hacerlo si acaso soñaban con llenar el tanque de sus automóviles. Quienes tengan todo listo y luego se vean obligados a abortar, seguramente se verán tentados de cambiar sus minivacaciones por una caminata a Plaza de Mayo o a otros sitios públicos de las más grandes ciudades del país para elevar sus gritos al cielo. ¿Se podría criticarlos por ello? Uno de los últimos emails -lejos de exhibir intenciones golpistas en el modo de ver oficial- llama a "demostrarle a la Presidenta que el Pueblo quiere una solución ahora mismo". Recuerda tristes datos como la inflación creciente, la iniciativa oficial del Tren Bala, el incremento de la pobreza y la miseria, y por supuesto, la falta de seguridad. Reclama el correo electrónico que Cristina Fernández "comience a gobernar", dejando de lado las influencias negativas de su esposo Néstor Carlos Kirchner, y que tienden a dividir a la sociedad. Y cierra con una propuesta novedosa y que al ciudadano común le sonará seguramente más que atractiva : "Que se imponga una retención al 50% de los sueldos de la ocupación actual más rentable del país : la política". Una iniciativa más que convocante para este oscuro pasaje que se encuentra transitando la Argentina. Tiempo de descuento. Por Matías Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.