La estafa de Nike Argentina
El Ojo Digital realizó un pequeño relevamiento entre consumidores de calzado deportivo Nike, y se sorprendió con los resultados. Conozca los modelos de zapatillas que sólo duran 2 semanas... pero que no cuestan menos de $400. Una verdadera estafa a los consumidores argentinos.
21 de Julio de 2010
Poco se puede decir de la compañía norteamericana de indumentaria y calzado deportivo Nike, pues la mayor parte de los individuos que habitan esta Tierra han visto sus publicidades al menos una vez en su vida.
Pero Nike tiene un lado oscuro, que también muchos conocen, y es el de la explotación de personas en países de extremo oriente, que trabajan en las fábricas de la compañía, en condiciones infrahumanas.
En el caso de Nike Argentina, la estafa se vuelve completa cuando el cliente toma consciencia de que las zapatillas en prácticamente ningún caso cuestan menos de $400.
De acuerdo a las quejas recibidas en nuestro email de El Ojo Consumidor, para los clientes de Nike, haber elegido a la marca se convirtió en una verdadera pesadilla -extraño que la palabra rime con "zapatilla"-, siendo uno de los peores modelos el denominado "Nike Air Max Voltage".
Algunos de los consumidores que consultamos, destacaron el hecho de que, bajo uso diario normal -que ni siquiera involucra el uso del calzado para hacer jogging ni deportes de contacto con superficies duras-, lo primero que ocurrió fue la pérdida de pintura en la suela. En uno de los casos que conocimos, esto sucedió luego del primer día de uso del modelo.
Baste recordar que el modelo en cuestión tiene un costo final de $399, y es a estas alturas una obviedad decir que muy pocos pueden pagarlo. Y quienes lo hacen, sin dudas lo hacen a un muy alto precio, sobre todo luego de descubrir que la vida útil del calzado no supera las dos semanas...
Pero esta situación es aplicable a la mayoría de los modelos más "sofisticados" de Nike, que incluyen cápsulas de aire en la suela y mecanismos para amortiguar el rebote contra superficies duras. La línea Nike Shox Turb Oz también acarrea un historial de problemas, y es común que los tapones se despeguen de la suela.
Un aspecto a destacar, de acuerdo a lo reportado por los distintos emails que llegaron a El Ojo Consumidor, es que las casas de deportes normalmente no tienen problemas en devolver el dinero a los sufridos clientes de Nike, o bien cambiar el modelo por otro igual. Situaciones de reconocimiento a Stock Center y otras casas de deportes se insertan entre medio de las quejas.
Muchos de estos clientes fieles a la marca, han intentado recurrir a la propia empresa, cuyos datos, de acuerdo a nuestra base, son los siguientes :
Nike Argentina S.A.
Av. Libertador 767 Piso 4º. B1638BEG - Vicente López - Buenos Aires. Telefonos. (54-11) 4796-6400. Fax. (54-11) 4796-6461
No obstante, los resultados han sido del todo negativos, pues la empresa no tiene destinado personal para responder a clientes finales, ni siquiera aquellos que trabajan largas horas de sus vidas para poder comprar la marca, ya sea para ellos como para sus hijos, hambrientos de fama a nivel escolar y engatusados por la aceitada asociación mental entre Ronaldinho, su "Scratch" y Nike...
En conclusión, tenemos en la Argentina una empresa de zapatillas que, sin ningún tipo de control, comercializa calzados de elevadísimo precio -ya eran caros durante el 1 a 1-, pero que ostentan una durabilidad idéntica a la de un suspiro. ¿Exageración de las políticas de obsolescencia planificada o cruel estafa?
Corresponde preguntarse, si acaso en Estados Unidos existe el mismo inconveniente, pero es poco probable, pues en aquel país los controles de calidad que el gobierno impone a las empresas de capital privado son importantes. Y el mercado americano es ciertamente mayor; una empresa no puede arriesgarse a vender productos de poca durabilidad, pues allí es difícil recuperarse, y el consumidor estadounidense es muy exigente. En la pobre Argentina, donde el mercado es prácticamente insignificante -y lo será cada vez más-, no sólo el Estado no defiende al consumidor sino que las condiciones de paupérrima competencia, los fabricantes realizan su propio control de calidad. "El argentino promedio no protesta y tiene temor de ir a devolver un producto o de ir a los medios; si las zapatillas se rompen, podrán comprar otras". Seguramente este es el modo en que los hombres de Nike Argentina piensan.
Ni El Ojo Digital ni los defraudados clientes de Nike confían en que Patricia Vaca Narvaja -defensora de los derechos de los consumidores y a sueldo del Presidente Kirchner- haga algo, pues su "target" o público objetivo lo constituyen aquellos que puedan aportar capital político para la actual Administración. Y los "pudientes" que consumen marcas, ya de por sí quedan fuera del interés de los políticos de hoy.
La solución tal vez no esté al alcance de la mano, pero es obligación de quien consume una marca, informar a la compañía que está detrás acerca de los defectos del producto que adquiere. Un buen comienzo podría ser enviar faxes masivos de protesta a los teléfonos de Nike, mencionados líneas arriba.
Mientras los reclamos continúan llegando, a nadie escapa que esta batalla será peleada y ganada sólo por los clientes.
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