No llores por mí, Argentina
Estuve en Argentina a mediados de abril después de más de una década. La primera vez que visité Argentina fue cuando era Administrador de Investigaciones para el Banco Mundial a mediados de los ochenta, cuando el país enfrentaba una hiperinflación. Todavía tengo un billete de un millón de pesos, que valía unos cuantos centavos de dólar y que he enseñado a mis estudiantes para mostrarles los efectos de políticas fiscales y monetarias laxas.