Ley de Medios K: la trampa
Como ciudadana, debo reconocer que me siento impotente al ver que tanta gente buena, de trabajo se esté dejando llevar de las narices, sin que se den cuenta. Me refiero puntualmente al apoyo que existe para la ley de medios oficialista, desde el desconocimiento. Y es apropiado distinguir a las personas malinformadas de aquellos mercenarios y obsecuentes que apoyan el proyecto gubernamental, pensando en qué negocios podrán hacer, cuando aquel entre en vigencia.