Los unos sin los otros
“Y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos” (Mario Benedetti)
“Y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos” (Mario Benedetti)
De pronto, como si la delincuencia no hiciera estragos ya en esta Argentina surrealista, la violencia se institucionaliza. Y el debate cae en las fauces de una banalidad supina.
Una esquina cualquiera. Día de semana, la fatídica “hora pico” y la osadía de esperar un taxi. El aumento en las tarifas no parece haber sido un gran obstáculo. Llevó un buen tiempo hallarlo. Una vez dentro de aquel, lo predecible: el embotellamiento y el desparpajo de los argentinos por vencer lo invencible. ¿Desde cuándo los bocinazos pueden abrir paso a un asfalto cubierto de motores varados? Somos incongruentes al máximo.
Murió Néstor Kirchner. ¿Cómo escribir sin caer en lugares comunes?. Me siento identificada con Jorge Asís, quién escribió una nota cuyo equilibrio destaco, máxime cuando se escribe en el fragor de lo irremediable.
“La violencia es el último refugio del incompetente” (Isaac Asimov)
La semana pasó sin grandes novedades en el plano nacional, en rigor como pasan todas las semanas de un tiempo a esta parte. A no ser que alguien dudara dónde estaba y está el poder. El poder real o quizás, mejor dicho, aquel capaz de paralizar al país ya sea mediante estrategias clientelistas, aprietes, traslado de humanos como si fueran ganado, etc. Los medios no cuentan, el fin es la sagrada meta.
"En tiempos de paz, el hombre belicoso se hace la guerra a sí mismo” (Friedrich Wilhelm Nietzsche)
“¿Dónde estás? Acabas de despertar en un cuarto de hotel. Aquí están las llaves, sentís que es la primera vez que estás ahí pero…quizás lleves aquí una semana, tres meses es difícil decirlo no sé. Es un cuarto anónimo”. Fragmento del film Memento*