Las indignantes mentiras de Jorge Elbaum
A veces, no se puede evitar la indignación. Ésta es una de ellas.
A veces, no se puede evitar la indignación. Ésta es una de ellas.
El recurrente tropiezo retórico de la maquinaria de propaganda oficialista nutre con fuerza un "18A" que estaba llamado a caer en el olvido. Problemas derivados de la permanente elucubración de títulos para quitar a la muerte del centro de escena.
Uno de los tantos propagandistas del Relato Oficial es Hernán Brienza, quien publicó una apología de la intromisión partidista en las escuelas titulada La Cámpora y el liberalismo monista (Tiempo Argentino, 20/08/2012). En el presente artículo, abordamos con base teórica en la Integración Republicana un asiere de observaciones al libelo.
En la reciente historia política argentina, no existe lugar para el liberalismo político. No me refiero a la inexistencia de un partido de neto corte liberal como lo fuera la Ucedé, allá lejos y hace tiempo...
Con poco, aunque bien meditado esfuerzo, el oficialismo ha sabido cumplir holgadamente con su objetivo estratégico, comprendido en el marco de la neutralización definitiva de opositores, prensa, opinión pública, industria, agro e instituciones.
Un diagnóstico aproximado de una sociedad en estado terminal, acompañado de postales políticas de un universo que cruje bajo los pies de sus protagonistas.
El discurso de Cristina Fernández reveló -en la noche del 10/12- dos hechos notables: cuando comenzó la Cadena Nacional, numerosos televidentes apagaron el televisor. Al terminar su discurso la Presidente, el segmento horario tuvo un enorme crecimiento, propio de la hora en que se emitió.
El ex director de Página 12 -que oportunamente comulgara ideológicamente con el kirchnerismo- respondió a comentarios negativos sobre su persona, que le fueran dispensados pocos días atrás desde el programa Duro de Domar que conduce Daniel Tognetti.