Argentina: numerosos tropiezos en la senda hacia la libertad
Históricamente –y a pesar de su conocida inestabilidad institucional–, la Argentina supo brillar en el concierto iberoamericano como una de las naciones con mayor respeto por las libertades individuales (libertad de expresión, económica y de prensa), reforzando su posición de liderazgo regional junto al Brasil. Luego de la aguda crisis económica de 2001, la llegada del peronismo kirchnerista degradó las instituciones de la Argentina, contaminándolas con una nutrida dosis de populismo y confrontación.
El fallecido ex primer mandatario –esposo de Cristina–, Néstor Carlos Kirchner, aprovechó la Cumbre de las Américas de Mar del Plata en 2005 para obsequiar una muestra de lo que vendría más tarde. En aquella oportunidad, maltrató al entonces presidente americano George Bush, quien arribaba al país para tomar parte en el cónclave de mandatarios continentales. En encendido discurso, Kirchner acusó a Estados Unidos de responsabilidad directa en las sucesivas crisis de la Argentina, endilgándole también el crecimiento de la pobreza en Latinoamérica.
En paralelo, el Gobierno argentino montaba una “contracumbre” para condenar con términos extremos a Washington y a su representante. En este encuentro participaron Fidel Castro, Hugo Chávez y referentes de la extrema izquierda del país, cercanos a la ideología de la Casa Rosada. Entre ellos se encontraba Hebe María Pastor de Bonafini, activista de derechos humanos, quien supo celebrar la muerte de miles de ciudadanos americanos en el ataque contra el World Trade Center en septiembre de 2001.
Desde entonces, la realidad argentina ha empeorado de manera preocupante. Como parte de su propaganda, el Gobierno se decidió a repudiar al concierto de naciones del mundo libre en su conjunto, optando por acoplarse a la agenda del castrismo y el chavismo. Nuestro país se alejaría luego del teatro de los gobiernos más previsibles del globo para sumar como aliados (además de Cuba y Venezuela) a Bolivia y Ecuador. En medio de este proceso, la entonces flamante administración Obama acusó groseras carencias en materia de visión estratégica y geopolítica, impidiendo a la Casa Blanca percibir el renovado crecimiento del populismo en América Latina que llegaba de la mano de la explotación de un sentimiento antiamericano antes inexistente o, cuando menos, poco significativo. Sin poder resolver los dilemas que presentaron –y continúan presentando– las variables aparentemente insolubles de Irak y Afganistán, el mandatario estadounidense descuidó la región latinoamericana.
El resultado ha sido un categórico repunte del narcotráfico y el terrorismo en tierras sudamericanas. En tanto que la guerrilla de las FARC ha decidido atrincherarse en Venezuela, importantes vendedores y productores de narcóticos movilizan a sus corredores inmobiliarios y financieros para operar en países como la Argentina debido a la laxitud en los controles locales y la planificada pauperización de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Todo ello terminó involucrando un factor de peligro: la República Islámica de Irán ha alimentado sus contactos y relaciones militares y comerciales con venezolanos y bolivianos (aliados del Gobierno Nacional). Irán intenta ahora afincarse en la Argentina, a pesar de su obvia responsabilidad en dos atentados terroristas contra la colectividad judía en nuestro suelo, primero en la embajada de Israel y luego contra AMIA.
Mientras la presidenta Cristina Elisabet Fernández Wilhelm y sus funcionarios recurren a la cooptación y la extorsión de políticos opositores, periodistas, industriales y hombres de empresa para cumplir con sus objetivos electoralistas, no solo el populismo ha aterrizado en la Argentina. También comienzan a establecerse en estas tierras otro tipo de intereses más oscuros, y que suelen ocultarse tras un falso velo de democracia: nos referimos al terrorismo, al narcotráfico y al lavado de dinero a gran escala.
* Artículo publicado en Heritage Libertad (The Heritage Foundation) en http://www.libertad.org/argentina-numerosos-tropiezos-en-la-senda-hacia-la-libertad/ el 12 de septiembre de 2011