Javier González Fraga: "Ni el propio Gobierno Nacional cree en el INDEC"
“Ni el propio gobierno cree en las cifras del INDEC. Por ejemplo, en el proyecto de presupuesto para 2012 plantean un aumento de la recaudación por IVA de un 22 % mayor a 2011, cuando estiman que el crecimiento será de 5 % y la inflación del 9 %. Está claro que no creen que esa sea la inflación real”, afirmó hoy el candidato a vicepresidente de la Nación Javier González Fraga, al participar de un acto en defensa del INDEC realizado frente a la sede del organismo.
“Son muchos los perjuicios que tenemos en la Argentina por el despilfarro hecho con el INDEC. Entre otras cosas, ha significado que el país esté excluido de los mercados financieros, lo que lleva a las empresas particulares a no poder obtener financiamiento para la compra de bienes de capital a tasas convenientes. Así, hay menor inversión y por lo tanto menor trabajo”, explicó, para luego agregar: “Para tener trabajo hay que crear condiciones para la inversión, y para generar condiciones para la inversión hay que controlar la inflación. Pero no se la puede controlar si no se lo reconoce. El INDEC es parte de una política económica equivocada que es la causal de que no se genere trabajo en la Argentina”.
“Entre otras cosas, la Argentina no puede usar las políticas antiinflacionarias que han usado todos los países que combatieron exitosamente la inflación sin enfriar la economía, que se basa en el control de las expectativas. Mal pueden controlarse las expectativas si se dice que la inflación es menor al 10 %”
“El INDEC subestima la pobreza –continuó-. Nos quieren hacer creer que con cinco pesos por día un adulto puede comer, es decir que con 600 pesos por mes una familia estaría fuera de la indigencia. Habría que encerrar a los funcionarios del INDEC en una casa y ver si con 600 pesos por mes comen ellos y su familia durante un mes”.
“Para solucionar esto tenemos una receta muy sencilla: hay que reintegrar a los que fueron despedidos injustamente por la intervención y revisar si los nuevos nombramientos tienen las credenciales suficientes para estar en un organismo que hasta 2006 fue independiente y con prestigio internacional”, dijo y finalizó: “Atrás de toquetear los índices también está el atropello a la Justicia, el mentir con Schoklender, el atropello a las instituciones. Un gobierno que miente no es un gobierno serio”.
Luego, el primer candidato a diputado nacional, Manuel Garrido, aseguró que “desde el Congreso vamos a trabajar para la recuperación del INDEC. Es necesario reponer la situación anterior al copamiento y armar una Comisión Investigadora no solo para verificar la adulteración de estadísticas, sino también la inaudita e inédita violencia laboral que se viene desplegando en el Instituto desde 2007. Un gobierno que dice que no reprime ha erigido sin embargo en el INDEC un monumento a la represión de los trabajadores que se han resistido a delinquir o han colaborado con la justicia. El juez Canicoba Corral también debe responder por no cumplir con sus funciones y encubrir las falsedades y la represión montada en el INDEC".
Por último, Hernán Rossi, segundo candidato a diputado nacional, enfatizó que “el INDEC es la más concreta prueba de la falta de seriedad de este Gobierno. Falsear los datos y acomodarlos a la conveniencia no colabora en la tarea de diseñar políticas públicas que solucionen los problemas de los argentinos”.
Algunas cuestiones sobre el INDEC
• El INDEC se intervino en enero del 2007. En ese momento, y a pesar del default, la Argentina y Brasil tenían el mismo riesgo país. Hoy la Argentina tiene un riesgo país cuatro veces superior.
• El INDEC hoy calcula el índice de inflación sobre la base de precios irrelevantes, que no son los que pagan la inmensa mayoría de los argentinos. Son los que se acuerdan entre la secretaría de Comercio y algunas empresas, y que solo están vigentes en pequeñas cantidades, o por lapsos de tiempo muy limitados, o en comercios de difícil acceso popular.
• Para el INDEC el asado cuesta $10,50 el kilo, y el pan $2,50 el kilo. ¿Y para Ud.?
• AL subestimar la inflación, el INDEC subestima groseramente la pobreza y la indigencia. Con los precios del INDEC, un adulto podría comer con $5 diarios, o sea una familia deja de ser indigente ganando $600 al mes. ¿es creíble?
• Adicionalmente el INDEC redondeó durante 33 meses seguidos el índice resultante hacia abajo, lo que es estadísticamente imposible que suceda. Ver artículo de Abel Viglione en Perfil.
• El INDEC, al subestimar la inflación, sobreestima la producción real en los servicios. Este explica entre 1 y 1,5 puntos de crecimiento del PBI adicional al real. Este le cuesta al país, varios cientos de millones de dólares pagados de más por el cupón de los bonos que ajustan por crecimiento.
• El INDEC del 2006 tenía plena independencia y un bien ganado prestigio internacional. Esto podría conseguirse muy rápidamente si echamos a los que llegaron después, y reponemos a los que estaban. Esa es nuestra propuesta.
• Culpa de no ser creíbles, el FMI no aprueba la información económica de nuestro país. La consecuencia de esto es la limitación al acceso por parte de empresas privadas y públicas a las múltiples fuentes de financiamiento externo subsidiado para importar bienes de capital. Esto limita las posibilidades de crecimiento económico competitivo, y consecuentemente, de combatir la pobreza generando trabajo.
• El mayor perjuicio de la intervención en el INDEC es la incapacidad para el gobierno de lanzar una política anti-inflacionaria moderna, basada en la conducción de las expectativas, y no en ajustes recesivos. Mal podría la Presidente intentar convencer a los distintos sectores que en el 2012 tendremos 15% de inflación, si la versión oficial dice que tenemos menos de 10%.
• Se argumenta (en voz baja) que al subestimar la inflación, el gobierno se ahorra millones de pesos en los títulos que ajustan por CER. Esto es solo cierto en pequeña medida, ya que la mayor parte de esa emisión está en poder del propio Estado. Además, los vencimientos de capital son a muy largo plazo, y aún no está dicho que algún juez lo obligue al Gobierno, en el futuro, a reconocer la inflación real en los pagos realizados.