Caja de Valores S.A. paga las sentencias judiciales en nombre del Estado entregando menos bonos que la cantidad debida
Decenas de miles de acreedores del Estado (empresarios, profesionales y trabajadores) de todo el país han recibido menos bonos de lo que debía entregárseles en pago de sentencias judiciales...
1) Decenas de miles de acreedores del Estado (empresarios, profesionales y trabajadores) de todo el país han recibido menos bonos de lo que debía entregárseles en pago de sentencias judiciales
Caja de Valores S.A. -que resulta ser el órgano pagador de las obligaciones del Estado Nacional que se cancelan con deuda pública- no ha entregado a aquellos todo lo que debió poner a su disposición y que le acreditara la Secretaría de Hacienda, con ese propósito.
Resulta llamativo que los pagos insuficientes hayan sido efectuados por una entidad privada, dado que carece de todo interés para cumplir con lo dispuesto. Caja de Valores S.A., además, oculta a los interesados y a los Juzgados que solicitan la información pertinente las cantidades de cupones que tienen los bonos que ha entregado, cifras que los beneficiarios de tales bonos tienen derecho de conocer, a los efectos de verificar si recibieron lo que se les debería haber abonado. ¿Cómo es posible que una empresa particular entregue a los acreedores del Estado menos bonos que los que la Secretaría de Hacienda ordenó pagarles?
¿Cómo es posible que el Ministerio de Economía, desde la segunda mitad del año 1997 a la fecha, no se haya percatado de tan gigantesca anomalía? Inútiles han sido la cincuentena de notas enviadas por acreedores que conocemos que han intentado que la Caja de Valores S.A. les provea de información vital sobre las entregas de bonos efectuadas. Y han sido no menos inútiles los esfuerzos de algunos Juzgados que han intimado a la Caja de Valores S.A. con el apercibimiento de aplicarles ”astreintes” (multas), de no brindar los datos requeridos.
Esta institución se ha presentado en algunos tribunales y se ha atrevido a decir que la documentación respaldatoria de entrega de los bonos a los actores ha sido adjuntada a los expedientes, lo cual no es cierto. La tiene toda en su poder pero no la exhibe, arguyendo que la destruyó, cosa que legalmente no puede hacer. Caja de Valores S.A. no informa a los acreedores en las comunicaciones que ha efectuado ni en los certificados que entregara, la cantidad de cupones que tienen los bonos que pagará. Estos son, en los más de 200 casos que hemos estudiado, invariablemente de un monto menor a los que debería haber puesto a disposición de los acreedores, de acuerdo al resultado del pleito que éstos ganaron. La sentencia a su favor obra en los expedientes respectivos, de manera que es muy fácil hacer el pertinente cotejo y obtener la confirmación de la manifestación precedente.
Caja de Valores S.A. oculta la cantidad de los cupones que restan a los bonos, cubriéndola con el nombre de “valor residual”, expresión que no entienden los legos, que representan la inmensa mayoría de los beneficiarios. Cuando estos solicitan a Caja se les brinde la cantidad de cupones que tenían los bonos que recibieron, no hay respuesta. El valor de un bono está dado por la cantidad de cupones que tiene. Esa cantidad da como resultado el valor real que tiene cada bono, de manera que es esencial para los acreedores -a efectos de saber cuánto les pagaron- conocer cuántos cupones tenían los bonos que les dieron.
Cuando se sabe cuántos cupones tiene cada bono entregado, basta finalmente con multiplicar los bonos por los cupones, y así se conoce qué cantidad de bonos se acreditó. Si se realiza idéntica operación, multiplicando los bonos que el Ministerio de Economía ordenó entregar por los cupones remanentes indicados por este organismo a Caja de Valores S.A., SE SABE EN EL ACTO CUANTOS CUPONES Y, POR ENDE, CUANTOS BONOS DEBIERON COBRARSE, Y CUANTOS RESTA ENTREGAR. El motivo por el cual se esconde esta información es, simplemente, ocultar el perjuicio ocasionado a los acreedores por la “desprolijidad” de Caja de Valores S.A. y del Ministerio de Economía de la Nación.
2) Sospechosa política de ocultamiento de la información A LOS ACREEDORES del Estado
El resultado es que se han acreditado -desde 1997 a la fecha- a decenas de miles (o tal vez centenas de miles) de acreedores del Estado que han hecho juicio a este último, menos bonos que los que correspondía. Resta pagarles a esos acreedores una importante suma de papeles de crecido valor.
No caben dudas de que, cuando abogados y contadores se den cuenta de la quita que les ha hecho Caja de Valores S.A. en sus honorarios profesionales y en los derechos de sus clientes, la respuesta serán miles de juicios a esta entidad que no tenía ningún derecho a negar la información que debió proveer. ¿Por qué motivo procedió de esta manera?
Esta aparente desobediencia resulta tan burda, que ni siquiera termina de convencer.
En los autos "González, Jorge y otros c/ Producciones Argentinas de Televisión S.A. s/ cobro de pesos" (Juzgado Nacional del Trabajo Nro. 3) -y de acuerdo a la nota del Ministerio de Economía Nro. 2502 de 1998-, a uno de los acreedores que tomaremos como ejemplo, don Miguel Francisco García, se le debieron entregar de una deuda originaria de 29.399 Bonos Pesos con 120 cupones, la cantidad de 37.056 bonos con 100 cupones cada uno. Caja de Valores S.A. entregó al mencionado acreedor 30.830,592 bonos con un “valor residual” de 83,20%, o sea, con 99 cupones. (El cupón que falta seguramente fue cancelado en efectivo). Esto significa que Caja de Valores S.A. entregó menos bonos que lo ordenado por el Ministerio de Economía. La prueba de esta afirmación es muy sencilla: Caja de Valores S.A. debía entregar, de acuerdo al Ministerio, y como hemos visto, 37.056 bonos con 100 cupones, o sea 3.705.600 cupones. Entregó 30.830,592 bonos con 100 cupones (supongamos que haya pagado un cupón en efectivo), lo cual redunda en 3.083.059 cupones. A este acreedor le resta recibir 622.541 cupones o, lo que es lo mismo, 6.288,41 bonos pesos con 99 cupones cada uno, Serie I. A todos los comprendidos en dicha causa (unos veinte acreedores) que forman parte de unos cuarenta pleitos al menos, les sucedió lo mismo. Esto permite presuponer la existencia de una regla de incumplimiento general.
Los certificados que entregara a los "beneficiarios" Caja de Valores S. A. fueron denominados "Comprobante de crédito en cuenta". En la sección inferior derecha del certificado, obra la cifra en bonos que se ha acreditado y que se supone que es el valor nominal. Luego, en la porción izquierda, figuran las palabras "Especie" (si los bonos son en dólares o en pesos) y las letras VR ("Valor Residual"). Figura también el porcentaje de ese valor residual, que ya hemos visto que refleja simplemente la cantidad de cupones que le quedan a los bonos, pues disminuyen su valor a razón de uno por mes, a medida que el Estado va pagando los cupones de amortización y de renta a que se comprometió. El porcentaje aludido es la proporción en que se encuentran la cantidad de cupones que se han entregado en ese momento, respecto de la cantidad originaria. Si a los "beneficiarios", en lugar de hablarles de "valor residual" y de porcentajes que no saben de qué se trata, se les hubiera dicho: "Se les entrega tantos bonos con tantos cupones", los receptores hubieran conocido fácil y rápidamente si se les abonaba correcta o incorrectamente. Les hubiera bastado con controlar la documentación del expediente judicial, que les diría la cantidad de bonos que debían recibir y la cantidad de cupones que tenían esos bonos, según fuera su serie. En consecuencia, era suficiente con multiplicar los bonos efectivamente entregados por los cupones remanentes para darse cuenta de si se les abonó bien o mal. Pero el acreedor no puede realizar esa cuenta tan sencilla, por cuanto Caja de Valores S.A., durante los últimos catorce años, ha evitado reflejar la cantidad de cupones que entregó. Le ha sido dificultado al acreedor conocer lo que se le paga, para que no se entere que se le abona de menos.
3) ¿Por qué Caja de Valores S.A. ha actuado de esta manera, violando tan ostensiblemente las instrucciones escritas del Ministerio de Economía?
Quedan pocas dudas frente al hecho de que Caja de Valores S.A., en su relación con el “Palacio” de Hacienda, rinde cuentas de los montos de los pagos realmente efectuados, de manera que no se pueda interpretar que Caja de Valores S.A. se ha quedado con bonos ajenos.
Tampoco queda espacio para ocultar que era imposible que el Ministerio de Economía ignorare o desconociere la operatoria de Caja de Valores S.A., por cuanto esta institución rinde cuentas de los pagos efectivamente realizados. Caja de Valores S.A. NO se queda con la diferencia entre lo que pagó y lo que debía pagar. La única conclusión posible es que la Caja de Valores S.A. no defrauda a los acreedores del Estado, sino que se presta a ser el instrumento de la defraudación que lleva a cabo el Ministerio de Economía. No puede dudarse que procede con este fin, siguiendo instrucciones NO escritas del Ministerio de Economía. Ningún funcionario otorgará jamás una nota firmada diciéndole a Caja de Valores S.A. que abone de menos a los acreedores del Estado, cuando por escrito le ha prometido lo contrario. Con toda probabilidad, esa instrucción debe haberse emitido verbalmente o de hecho. Caja de Valores S.A. sabe que si no la acata y no procede como le indican, le será quitada la concesión de pagar la deuda pública, o consecuencias aún peores. Existe un funcionario público, precisamente en el área del Ministerio de Economía, que les da a los empresarios órdenes verbales sobre cómo deben fijar los precios, de tal suerte que no extrañaría que idéntico cartabón se le aplicara a Caja de Valores S.A.
Miles de víctimas ya han descubierto que la política de no informarles correctamente era para pagarles de menos y no ignoran esta circunstancia, oportunamente ventilada en numerosos medios de comunicación. La deuda que el Estado y su fiel servidora han acumulado a lo largo de los años por el motivo indicado, es descomunal. Es seguro que, más tarde o más temprano, tendrá lugar una investigación parlamentaria sobre estos hechos que mucha gente conoce y que, por demás, son fácilmente comprobables pues obran por escrito.
Por Juan José Guaresti (Nieto), para El Ojo Digital Política
e-Mail: juanjoseguaresti@fibertel.com.ar
* J. J. Guaresti es autor del libro: "Los Tres Poderes del Gobierno", Editorial Sudamericana (1983). Fue director del Banco Central de la República Argentina, Profesor de Análisis Económico de la Facultad de Derecho de la U.N. B.A y ha colaborado en temas constitucionales y económicos en aproximadamente 80 diarios y medios de comunicación del país.