Presupuesto 2012: viejos dibujos... nuevas incertidumbres
El Proyecto de Presupuesto Nacional para 2012, remitido al Congreso, y que por estas horas fue aprobado por la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Baja insiste -como desde hace años- con el uso y abuso de “contabilidad creativa” y “dibujos” de los supuestos centrales: crecimiento económico, valor de la divisa e inflación, por citar solo los ítems más controversiales.
Sin embargo, en esta ocasión, se pasa por alto un problema sumamente grave: se avecina una crisis económica internacional, cuya real magnitud se desconoce y que, mucho más temprano que tarde, afectará la economía doméstica. Igual que en 2008/2009, el gobierno insiste que el país está blindado. Inmune. Que el mundo se puede caer en pedazos, pero por estos lares no pasará nada. Cabe recordar que en 2009, el INDEK afirmó que el Producto Interno Bruto ascendió uno por ciento. Pero la realidad fue que se contrajo tres y medio puntos porcentuales.
Las alarmas suenan en todos lados. Estados Unidos, Europa, Brasil. Y China, que parecía poder sostener su nivel de crecimiento, ya está previsionando hacia la baja. No es nada casual que el precio de la soja haya caído 60 dólares en apenas un mes. Eso significa 2.500 millones de dólares menos de ingresos al país y 760 millones de pérdida neta para el fisco.
Por su parte, Brasil, nuestro gran mercado para ciertas industrias, está devaluando el Real lentamente. Dilma Rouseff simplemente abre el paraguas ante la tormenta que vendrá del Norte. Ningún funcionario parece haber tomado nota que si la moneda brasileña cruza la barrera de los dos Reales por Dólar, ocurrirán dos fenómenos muy duros: invasión de productos del vecino país sobre nuestro mercado y pérdida de competitividad vernácula en los productos transables. ¡Ni que hablar del impacto en el balance comercial bilateral! Si con un “Super Real” éramos deficitarios con Brasil, con un Real en baja, es simple colegir las duras consecuencias.
Por su parte, la política cambiaria y monetaria del Banco Central de la República Argentina se torna errática y contradictoria. Se emiten pesos (la famosa “maquinita”) a un ritmo del 40% anual, por un lado. Por motivos electorales, se “planchó” el dólar, hasta el 24 de octubre último. Al percibir el público esta inconsistencia, añadido a la visualización de que si hay algo demasiado “barato” en el mercado, es el dólar, se aceleró la demanda. El Banco Central, para frenar la corrida actuó como un elefante en un bazar: “corralito verde” y desdoblamiento, de facto, del mercado cambiario, vía intervención grosera de la AFIP. Con el sempiterno “cuento chino” de que se persigue la evasión y el lavado de dinero. Que, más que obvio, nadie cree. Resultado, la demanda se disparó. Y dado que el balance del BCRA está tan “dibujado” como el resto de la contabilidad nacional, quedó en claro, incluso hasta para el más ciego, que la autoridad monetaria no puede hacer frente a la sed de compra de divisas.
Doña Rosa empezó a desayunarse con términos que desconocía. El mercado paralelo o negro ha adquirido el más “elegante” nombre de “blue”. A la transformación de pesos en dólares, depositados en alguna cuenta en el exterior, ahora se la llama “contado con liquidación” [contado con liqui]. Las agencias de turismo piden para oblar sus servicios, dólares billete o cambio parecido al “blue”. En el Interior del país, directamente no hay operaciones vía el mercado oficial de cambios. En Córdoba Capital, la famosa peatonal se ha transformado en un verdadero “bosque” de tanto “arbolito” que circula. Allí el “blue” se cotiza a 4.80. En el resto del país, excepto Capital Federal, los valores oscilan entre 4.85 y 5.05 pesos por unidad de billete verde. Alguien/es está/n haciendo diferencias enormes ante estos disparates del BCRA.
Haciendo un cálculo cauteloso, 2011 va a cerrar con una fuga de divisas cercana a los 25.000 millones de dólares. ¡Más que durante la debacle de la administración De la Rúa! Este esquema no se puede respaldar ni con cosechas récords, ni altos precios de las commodities. Que, como afirmamos antes, están en franco declive.
El Proyecto de Presupuesto indica un valor de $4.40 pesos por dólar para el año venidero. ¿Alguien puede creerlo? No por casualidad, mientras más de la mitad de la población sufraga por el oficialismo, el resto hace colas para comprar dólares. Los mercados paralelos están marcando los valores verdaderos. ¿Acaso volveremos a 1955, año en que existían diez (10) diferentes tipos de cambio? ¿O a 1972, donde “apenas” coexistían 5 tipos de cambio diferentes?
El Poder Ejecutivo afirma que la Argentina crecerá en 2012 un 5%. La pregunta es cómo se llegará a esa cifra con Estados Unidos y Europa en recesión, Brasil disminuyendo fuerte su ritmo de crecimiento y el gigante asiático que empieza a sentir los coletazos de la crisis. Al respecto, los analistas de los principales bancos del mundo y el FMI, dan como probable que la Argentina crecerá entre un dos a un cuatro por ciento el año que viene. Por ende, el cálculo de recursos para pagar el gasto proyectado, también padece de serias inconsistencias.
Por último, proclamar que la inflación 2012 será de apenas 9%, es imposible de avalar. 2011 cerrará con un IPC del 25%. Al actual ritmo de expansión monetaria, 2012, haciendo un cálculo muy conservador, no finalizará con menos del 30%. Ningún funcionario ha adelantado qué medidas se tomarán para paliar la situación. Y la Presidente sigue envuelta en un gran misterio. Excepto, cuando diariamente nos comunica que cada vez la Argentina se parece más a Suiza. Si alguien creyera eso, la City porteña no sería un hervidero, como lo es hoy.
En síntesis, viejos “dibujos” estadísticos y contables. Versus una incertidumbre mundial y local de proporciones. Parafraseando a Shakespeare, “algo huele mal en el Proyecto de Presupuesto 2012”.