Dólar "Blue" y cerco informativo
No resulta inverosímil que el mainstream media nacional "olvide" reportar la verdadera cotización de la divisa estadounidense en el circuito paralelo. Sin embargo, corresponde echar mano de análisis con base cualitativa, a los efectos de intentar explicar una corrida financiera cuyos orígenes solo pueden rastrearse en las "travesuras" operativas de Mercedes Marcó del Pont, titular del Banco Central de la República Argentina y Ricardo Echegaray (AFIP).
El equipo económico de la Presidente de la Nación -si acaso puede calificarse de tal- parece haber perdido brújula, rumbo y catalejo. Sumergida en un mar de malas decisiones (muchas de ellas ejecutadas desesperadamente), Mercedes Marcó del Pont es, quizás, la testigo material de una corrida financiera que se ha visto acentuada a lo largo de las últimas semanas.
Para peor, el Vicepresidente electo Amado Boudou -no siendo responsable primario por el desfase que cobraba fuerza en la citi- se ocupó oportunamente de echar más leña al caldero. Ello sucedió en los días previos a la partida de Cristina Fernández Wilhelm hacia Cannes (Francia) cuando, reunido en privado con empresarios, prácticamente confesó que fue la presidente pro témpore del Banco Central de la República Argentina la arquitecta e ideóloga del pandemonium. Informe que fuera reportado por el suplemento iEco de Diario Clarín.
El cónclave convocado y protagonizado por Aimé permite espacio para más de una lectura: ¿desconocía el todavía jefe de Economía que ese sinceramiento a puertas cerradas terminaría por difundirse hasta el cansancio? ¿Acaso el ex marino Ricardo Echegaray necesitaba empiojar el ya de por sí delicado escenario cambiario, incrementando violentamente las restricciones para la compra del billete estadounidense? Algún malpensado tendría ahora elementos como para preguntarse por la efectividad de los modos con que el referido team se propone "ayudar" a la Presidente de los argentinos.
Desde una sonrisa que se percibe como cada vez más nerviosa -tal lo comentan sus propios colaboradores-, Marcó del Pont podría argüir que pretendía aquietar las turbulentas aguas del mercado con la manipulación del tipo de cambio vía los pases a Basilea. Pero la maniobra fue rápidamente interpretada por el espectro local de analistas económicos como desesperada y -aún más- hasta especulativa. Finalmente, y en las últimas horas, el Gobierno Nacional (no se identifica al ideólogo) blanqueó una iniciativa para dotar a los bancos de todos los dólares que se necesiten para calmar los ánimos del público. En la práctica, esta última opción podría cobrar rigor de analogía, como en el caso de un suicida a punto de arrepentirse, pero que insiste para que amigos y parientes le provean revólver y munición. Porque -difícil es leerlo de otro modo-, la Casa Rosada termina reconociendo que el billete verde escasea. Por fortuna para unos pocos (y por desgracia para la mayoría), desde al menos 48 horas es conocido que la escasez de dólares en papel es un problema que aqueja no solo al circuito cambista oficial, sino al mercado paralelo o "Blue".
Ante el desorden en potencia, el oficialismo ha procedido como ha sabido hacerlo en el pasado, pero de cara a distintas problemáticas. Hoy, opera aplicando un poderoso torniquete sobre el perception management: 1) la programación artificiosa de los ordenadores y sistemas de información de la Administración de Ingresos Públicos para que incluso los particulares con mejor "prontuario" se vean privados de obtener moneda norteamericana en el circuito oficial (ocho de cada diez operaciones son rechazadas); 2) la regulación de la publicación de contenidos en los "grandes diarios" (Clarín, La Nación, Ambito Financiero) para que no reflejen la cotización real del mercado paralelo, e incluso "recortando" en al menos dos centavos el cambio oficial; aspecto en donde no estaría ausente un "quite del pie del acelerador" por parte de los editorialistas. En atención al primer punto, el objetivo táctico se basa en "secar" la concurrencia de individuos en las puertas de instituciones bancarias y casas de cambio para que los medios, al final de la cadena, no reporten potenciales tumultos, con lo que se alimentaría un círculo tan vicioso como destructivo. La justificación para la segunda iniciativa involucra un objetivo estratégico del programa, en el sentido de que los titulares no contribuyan con el acicateo del pánico. Como complemento, el falseamiento de la cotización del dólar oficial (que en la mayoría de los bancos se fija a algo más que los $4,28 publicados para la venta) no es caprichoso: especialmente cuando cada centavo representa una fuga no menor a US$80 millones de las arcas del BCRA. Obscura estadística que debe sumarse al desangramiento diario en materia de encajes. Al decir suburbano, "Si hay miseria, que no se note".
Los periódicos de tirada masiva terminan, a la larga, poniendo el hombro por la Casa Rosada, en tanto trabajan por ocultar aquello que todo mundo está en condiciones de comprobar. En Córdoba capital, por citar un caso, el dólar oficial ni siquiera se comercializa (con la excusa de la escasez del billete o el rebote de las operaciones). Ello ha conducido al público a volcarse masivamente al mercadillo persa del "Blue", en donde la cotización se ha fijado antojadizamente a $5,80 (cinco pesos con ochenta centavos). El interior de la provincia mediterránea ya refiere una tasa redondeada en $6 (seis pesos). Otro tanto ocurre en provincias lindantes y aquellas que configuran el norte del país. Al día viernes 11 de noviembre, la citi porteña paralela en su conjunto acordó vender en un rango de entre $5 y $5,10, con el agravante de que -incluso bajo los considerandos de esa elevada cotización- el papel comenzaba a escurrirse de las manos de todo aquel que lo comerciaba.
La todavía incipiente crisis del dólar se retroalimenta, ahora más que nunca, con noticias no relacionadas en formas tan directas con la macroeconomía, como ser: a) la desprolija prohibición de operaciones de importación y b) el innegable apuro de don Julio De Vido y el Gobierno Nacional para que Mauricio Macri (Jefe de Gobierno porteño) se haga cargo en apenas quince días de solventar el 50% de los subsidios que se van en los subterráneos. En lo que respecta a la teletransportación de las responsabilidades financieras sobre el transporte público desde Nación hacia la Ciudad Autónoma, no solo está presente la espinosa variable de los subsidios: la Presidente se ha propuesto buscar referentes opositores que asuman el potencial costo político de algún desmadre institucional. Si el hijo de don Franco no acepta la transferencia en los términos que se le impongan, perfectamente podría ser sindicado de "destituyente". Una explicitación poco sutil para endulzar algún futuro aunque siempre trillado discurso de "golpe de mercado", pronto para apuntalarse como "Plan B".
Si bien es lícito y necesario declamar que no existen razones contundentes para fundamentar la presente explosión del tipo de cambio, y que también es certero puntualizar que Boudou no puede ser etiquetado como gran culpable, lo cierto es que, ya en tiempo de descuento, el público no se preocupa por analizar las causas. Antes bien, se concentra en salvaguardar la propia situación. Si las preguntas pasan por el momento en que el corrimiento hacia el verdor del papel norteamericano pueda traducirse en una corrida bancaria, las respuestas quizás no se encuentren demasiado lejos. Baste plantearse: ¿de dónde están sacando los argentinos los pesos para cambiar en este momento? Pues, de las cuentas a la vista.
Aún cuando pudiere sonar inquietante, el escenario de mayor peligrosidad que podría condimentar la corrida sería uno en el cual la totalidad de los actores económicos se complote para jugar en favor del incremento en la cotización de la divisa. Un ejemplo para colorearlo -y del que ya se han visto algunos casos-: banqueros y agentes de AFIP que refieran a los clientes "rebotados" a su arbolito de preferencia (pequeño canon de por medio).
La novedad de último momento refiere a los retos en formato de altísimo decibel con que la Presidente recriminó a Marcó del Pont y Boudou en Olivos, hace pocas horas. Historieta que se completaría con la implementación de medidas durante el fin de semana, con miras al arranque de los mercados el día lunes 14 del corriente. Como telón de fondo, un dato incómodamente lejano: resta casi un mes para que Cristina Fernández Wilhelm reasuma como primera mandataria.
Por Matías E. Ruiz, Editor.
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