Hugo Chávez Frías y el fin del sistema interamericano
La Venezuela de Hugo Chávez será la sede de lo que se anuncia como el acto fundacional de la Conferencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) entre el 2 y el 3 diciembre, y que tiene como escenario de dicha cita la base militar más grande de Venezuela.
El debilitado presidente venezolano, cuya batalla pública sobre una forma no revelada de cáncer ha despertado una gran cantidad de especulaciones acerca de su supervivencia y cuya reelección en octubre de 2012 sigue en duda, espera demostrar que será él quien domine el escenario latinoamericano durante los meses y años por venir.
En los prolegómenos, Chávez lo ha estado vendiendo como el evento político del siglo para América Latina. Los entusiastas proclaman que la reunión está destinada a “cambiar la historia del continente”. Otras voces equiparan el nacimiento de la CELAC con una ruptura con Estados Unidos y “la desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA)”. Para Chávez se trata de su momento de venganza ya que Estados Unidos y Canadá no fueron invitados a asistir. Chávez alardeaba así: “¡Durante siglos, nos han impuesto lo que al Norte [Estados Unidos] le ha dado la gana de imponernos! El tiempo del Sur ha llegado”.
Entonces, ¿cómo será la nueva comunidad? ¿Como reuniones de trabajo, foro eficaz o más bien un perfecto púlpito para Chávez? Si Chávez se sale con la suya, la CELAC se convertirá en esto último. Será una plataforma permanente para el antiamericanismo. Irán, Siria y otras tiranías serán mejor recibidas queEstados Unidos [Irán ya tiene estatus de observador en la creación favorita de Chávez, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)].
La Cuba comunista gozará de la misma autoridad moral como la la libre y democrática Costa Rica. Las enseñanzas de Vladimir Lenin servirán de guía para la eventual eliminación del capitalismo burgués. La CELAC admitirá ampliaciones anticonstitucionales en el cargo, como la que recientemente perpetró Daniel Ortega en Nicaragua y guardará silencio sobre el cercenamiento que se hace a la libertad de prensa en países como Ecuador. El populista “socialismo del siglo XXI” de Chávez ganará preferencia sobre las responsables y pragmáticas economías de mercado de países como Chile o Colombia.
Chávez y compañía finalmente tendrán éxito clavándole un puñal en el corazón a la OEA. En pocas palabras, según un editorialista pro-democracia, “es probablemente seguro asumir que el 2 de diciembre, la anti-OEA será fundada, una organización que se pondrá en marcha sin una Carta Democrática Interamericana y sin una Corte Interamericana de Derechos Humanos”.
La versión en inglés de este artículo se publicó en Heritage.org.