INTERNACIONALES - URUGUAY: POR JORGE AZAR GOMEZ

José Mujica tiene razón

Informa la prensa que el Presidente Mujica, en un reportaje que le hicieron recientemente, se queja de que se le hizo "la guerra" desde un principio por no poseer "chapa universitaria". Entiende que no se tolera que alguien así haya llegado a la Presidencia. "Este gobierno tiene una característica: está reflejando la fina intolerancia que tiene este país", indicó el mandatario. "El presidente tiene que tener cara de prócer aunque sea un viejo reumático como cualquiera", subrayó Mujica quien, además, declamó que esa "intolerancia" es "mucho más culta".

05 de Enero de 2012

Dejó saber también José Mujica que desde su mismo partido político salieron las primeras trabas y los primeros “peros” para con su candidatura y que, si fuera por ellos, hoy no sería presidente. Mucho menos hubiera sido candidato.

Así como muchas veces discrepamos con los dichos del señor Presidente, hoy debemos acompañar su posición, pues no es la primera vez que esto sucede en la República Oriental del Uruguay.

Ahora es la lucha sin fin entre la “izquierda mortadela o chacarera” y “la izquierda caviar”, quienes vienen enfrentándose desde el inicio del gobierno del Presidente Mujica y, como bien dice, la intolerancia viene hacia él desde la “izquierda caviar” y también desde la arcaica secta de “la izquierda mortadela o chacarera”. Ambas ven con malos ojos como ahora esa izquierda que antes supo empuñar con firmeza la 9mm hoy empuña -con elegancia y hasta con distinción- el vaso de whisky, en tanto que abundan sus elegantes fotos en la sección de sociales de la revista "Paula" o "Caras".

No olvidemos que fue esta misma izquierda la que avasalló al entonces Presidente Pacheco quien, pese a ser profesor de Literatura, no llegó a tener la "chapa universitaria". Era considerado, por aquella izquierda, un presidente de segunda, en virtud de su afición al boxeo y por haber conquistado el voto de los que ellos calificaron en su momento como el "lúmpen" ignorante y bruto que poblaba Barrio Casabó, Casavalle, Santa Catalina y otros tantos.

Las caricaturas de Pacheco con guantes de boxeo abundaban en la prensa de izquierda y en las revistas de humor, destacándose su condición de boxeador antes que de presidente, y estampándose en sus caricaturas el “shesheo” que le caracterizaba al hablar.

Esa misma izquierda es la que hoy ve -caviar en mano- a un José Mujica chacarero, limitado para ejercer la Presidencia y que ellos se conformarían con dejarle para él la administración y cuidado del edificio de Plaza Independencia 710 (la Torre Ejecutiva). Aquéllos ya arribaron al poder gracias a Mujica, pero ahora lo quieren todo, y que el primer mandatario se conforme con la Torre Ejecutiva, el gobierno y la Banda Presidencial. En definitiva, que no le quede espacio para que pueda desarrollar sus ideas.

Esa misma izquierda fue la que, con armas y la hoz y el martillo del comunismo, combatió a Benito Nardone, un hijo de inmigrantes italianos que, carente de calidad cultural -pero portador de idéntica picardía a la de Mujica- supo llegar a la Presidencia... combatiendo a la izquierda que hoy discrimina al actual líder del Uruguay.

Nardone, surgido al margen de los partidos políticos y convocando por igual a blancos y colorados, logra formar una fuerza de tal cohesión gremial que funda, en 1951, la Liga Federal de Acción Ruralista.

Para las elecciones nacionales de 1958, convirtió a esta organización puramente gremial en una fuerza política, aliándose al Partido Nacional. Esta alianza permitió el triunfo electoral de este Partido -ausente de la dirección gubernativa del país desde 1865-. Como consecuencia de esta alianza, ingresa al Consejo Nacional de Gobierno (1959-1963), del que fue presidente en 1960. Terminado su mandato legal, retomó sus actividades sindicales desde la radio y la prensa, cada vez con un mayor tono conservador y anticomunista.

Debemos recordar que fue durante este gobierno nacionalista que salieron a luz las primeras avanzadas bélicas de los Tupamaros, quienes arremetieron contra las instituciones con plena vigencia democrática y no en el gobierno de Pacheco, como se pretende imponer hoy en los libros.

Esto son algunos de los ejemplos que avalan la recurrente actitud discriminatoria de la izquierda caviar (otrora intelectual) contra quienes llegaron al gobierno y, como en el caso de Pacheco, fue -con los votos para su reelección- el candidato más votado de todos los tiempos.

A partir de estos antecedentes de base y para no extendernos demasiado, puede comprenderse la frustración del Presidente Mujica, cuando percibe que desde su mismo partido surge la discriminación para con él. Esta resulta ser más dolorosa que la traición y, para combatirla, José Mujica no dispone de armas legales. En contrario, sus detractores echan mano de las mismas con que enfrentaron a Nardone y a Pacheco en su momento.

Por estas horas, el Presidente  Mujica nos ha hecho reflexionar y nos movió la memoria: existen otras muchas verdades en la entrevista que citamos, y que serán tema de próximo análisis.


Por Jorge Azar Gómez -ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas-, para El Ojo Digital Internacionales
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Por Jorge Azar Gómez, ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas