ECONOMIA & NEGOCIOS: POR JUAN CARLOS CACHANOSKY

Economía y sentido común

Uno de los problemas de los economistas es que suelen hablar con términos difíciles de comprender para los "no-economistas". Además, suelen esgrimirse conceptos que suenan contradictorios. Pero, en rigor, la economía es puro sentido común. Trataré de sintetizar en esta nota una breve secuencia lógica.

06 de Enero de 2012
  1. El objetivo de cualquier política económica debería ser aumentar el bienestar de todas las personas. La política económica debe evitar que unos grupos mejoren a costa de otros. Hay que lograr que “todas” las personas mejoren en su calidad de vida.

  2. Para aumentar el bienestar de todas las personas, es necesario producir más bienes y servicios, de mejor calidad y a menor precio. Al mismo tiempo, los ingresos de “todas” las personas debe aumentar. De manera que ganen más y puedan comprar más barato.

  3. Para aumentar la producción, es necesario aumentar la productividad. Mayor productividad significa producir más con menores costos. Es famoso el ejemplo de Henry Ford y la línea de producción que permitió que muchas más personas pudiesen comprar automóviles. Hoy tenemos los ejemplos de celulares, computadoras, televisores que (salvo en la Argentina) en el mundo bajan de precio y mejoran calidad a pasos agigantados.

  4. La mayor productividad se logra con más y mejores bienes de capital, tecnología y know-how. No es lo mismo arar con animales que con tractores y aradoras modernas; no es lo mismo que un arquitecto diseñe con las viejas reglas T que con software moderno. No es lo mismo transportar granos en carretas tiradas por caballos que en trenes o camiones.

  5. Para contar con bienes de capital, debe existir inversión, y esta requiere de ahorros. Sin ahorros, es imposible invertir.

  6. Tanto la inversión como el ahorro requieren de reglas de juego claras y amigables. Si las reglas de juego no son claras o el empresario que invierte es tratado como un enemigo, la inversión se resiente. Si existe inflación o la gente percibe riesgo de confiscación de la propiedad, de sus depósitos bancarios, etcétera, el ahorro será más bajo. O se realizará en una forma que no favorezca la inversión. Por ejemplo, guardando los ahorros en moneda extranjera en una caja fuerte, escondido en su casa o fuera del país.

  7. Las inversiones sólo se llevan a cabo si los empresarios tienen expectativas de ganancias. Nadie invierte si espera perder, que le confisquen su propiedad, que le cambien las reglas de juego.

  8. Para que las empresas inviertan y produzcan más bienes y servicios, de mejor calidad y a menor precio, es imperativo respetar los contratos. Si estos no son respetados, la rentabilidad disminuye, el riesgo de invertir crece y la consecuencia es exactamente opuesta a lo deseable: tendremos menos bienes y servicios, de peor calidad y caros.

  9. Receta. Si un gobierno desea “realmente” mejorar el bienestar de todos los ciudadanos, debe respetar tres condiciones: (1) moneda estable: es decir, inflación cero o cercana a cero; (2) equilibrio fiscal: el gobierno debe tener sus cuentas equilibradas, y (3) imperio de la ley: esto equivale al postulado de que las leyes se encuentran por encima de los hombres (ejemplo: el Presidente jamás observa más derechos que cualquier ciudadano común); ningún grupo puede ser beneficiado a costo de otro. Podríamos resumir el imperio de la ley con otro ejemplo: nadie puede hacer a través del Estado lo que no puede hacer en forma directa. Si no puedo robarle a alguien, mal puedo pedirle al Estado que le saque dinero a otro para dármelo a mi. Cuando estas condiciones no se respetan, el Estado se convierte en un ladrón que opera a favor de los grupos de poder.

En definitiva, el respeto por la vida, la libertad y la propiedad representan la base de la fortuna.


Por Juan Carlos Cachanosky, para El Ojo Digital Economía & Negocios - Economía Para Todos
Web:
http://www.economiaparatodos.com.ar/


 

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