Estados Unidos: los empleados federales están demasiado bien pagos (y hasta la CBO lo reconoce)
He aquí algunas noticias que los burócratas federales de Washington —y, de hecho, de todo el país— no quieren oír: Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) publicado esta semana, los empleados federales están mejor pagados que sus homólogos en el sector privado...
He aquí algunas noticias que los burócratas federales de Washington —y, de hecho, de todo el país— no quieren oír: Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) publicado esta semana, los empleados federales están mejor pagados que sus homólogos en el sector privado.
Las “alarmantes noticias” sacudieron a los medios de comunicación nacionales ayer, pero hay una cosa divertida sobre el informe. Nada de esto es realmente “novedad” — de hecho, la Fundación Heritage reveló hace mucho la verdad sobre los salarios federales. El informe de la CBO de esta semana nació en parte debido a dos años de trabajos sobre la compensación de los empleados federales que llevó a cabo la Fundación Heritage y el American Enterprise Institute.
En julio de 2010, James Sherk, de Heritage, explicó que los americanos están sujetos en exceso a tributación para pagar los sueldos de empleados federales civiles. Los salarios y beneficios —para idénticos trabajos— son entre un 30 y un 40% más altos en el gobierno federal que en el sector privado. Y en junio de 2011, Jason Richwine, también de Heritage, fue autor de un estudio que mostraba que empleados que cambian de trabajo reciben un aumento sustancialmente mayor cuando se cambian a un empleo federal en vez de ir a otro trabajo privado. De hecho, Sherk testificó ante el Congreso sobre este mismo asunto en marzo de 2011, llevando el hecho de las disparidades salariales a la atención de la Cámara de Representantes:
El sistema salarial federal infla innecesariamente los sueldos federales. Mi investigación muestra que, en promedio, los empleados federal ganan una paga por hora un 22% superior a otros trabajadores comparables del sector privado. Numerosos estudios de investigadores cuyas visión personal recorre el espectro político llegan a las mismas conclusiones.
Los empleados federales también reciben beneficios superiores. Tienen planes de pensiones tanto del tipo de beneficios definidos (o fijos, pero con primas variables) como del tipo de contribución definida (o fija, pero de rendimientos adaptables), se pueden retirar con plenos beneficios a los 56 años de edad y reciben significativamente más bajas pagadas que su contraparte del sector privado. Teniendo en cuenta el valor de estos beneficios eleva el exceso de compensación federal a entre el 30 y el 40% por encima de similares trabajadores del sector privado. Al final, el exceso de compensación federal costará a los contribuyentes $47,000 millones este año.
Su análisis concitó críticas importantes y a veces tremendamente duras. El director de la Oficina de Gestión del Personal, John Berry, describió su trabajo como una “campaña de desinformación”. Los sindicatos de empleados del sector público se dieron por aludidos y nos criticaron, arrancando por la Federación Nacional de Empleados Federales que tildó nuestro trabajo de “mentiras”; la Federación Internacional de Ingenieros Profesionales y Técnicos calificándolo como un trabajo que hacía de los empleados “chivos expiatorios”; y Colleen Kelley, del sindicato National Treasury Employees Union, vilipendiando el informe al decir que se basaba en “datos interesados, autocreados” por Heritage. Su intento de negar la realidad y atacar al mensajero no es sorprendente. Después de todo, esos sindicatos existen para inflar los salarios de los que representan y los contribuyentes son los que pagan la factura.
Pero los sindicatos no fueron los únicos que salieron al ataque. El blog progre ThinkProgress aseguró que el trabajo de Heritage estaba “plagado de errores” y que las “alegaciones carecían de base”. Entretanto, el presidente del Instituto de Política Económica, Lawrence Mishel, dijo que la idea de que los empleados federales estaban pagados en exceso es “un mito conservador”.
A pesar de las críticas desde la izquierda, Heritage continuó exponiendo su argumento, explicando su metodología y difundiendo el mensaje de que, según las investigaciones, los empleados federales están de hecho demasiado bien pagados y hace falta hacer algo al respecto. En concreto, el Congreso debería implementar un sistema de pago por productividad, ampliar la contratación de trabajo federal a compañías privadas, reducir la generosidad de los beneficios federales y terminar con la casi absoluta seguridad del empleo para unos empleados federales poco productivos. Ya es hora de que los críticos en la izquierda reconozcan esta verdad y asuman la realidad.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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