EE. UU. clausura embajada en Siria: Washington debe actuar contra Assad
Con la crisis en Siria empeorando, el Departamento de Estado ha cerrado su embajada allí, sacando a todo el resto de su personal por razones de seguridad, según informó la CNN.
Con los ataques sistemáticos del régimen cada vez más violentos y el potencial de una guerra civil sectaria, Estados Unidos debería ayudar a aliviar el sufrimiento del pueblo sirio y acelerar la caída del régimen de Bashar al-Assad mediante sanciones cada vez mayores, ofrecer ayuda humanitaria a los refugiados sirios y prestar apoyo diplomático y económico – todo menos una intervención militar directa.
La decisión de cerrar la embajada llega en medio de protestas contra el gobierno sirio que ya llevan once meses – y de una violenta represión gubernamental contra los manifestantes que ya ha dejado más de 5,000 muertos. Hace apenas dos días, el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó una resolución condenando la violenta represión de Siria de los manifestantes contra el gobierno, debido al veto de Rusia y China. Y hoy, el presidente Obama intervino, diciendo que es importante resolver el conflicto sin intervención militar.
Trágicamente, el régimen de Assad ha rechazado firmemente las largamente esperadas reformas políticas o de algún compromiso político con la oposición. Sus circunstancias, sin embargo, son diferentes a las de Libia. Mientras Muamar Gadafi fue aislado por la comunidad internacional, Assad tiene amigos en Rusia. Mientras que las fuerzas rebeldes libias estaban desarticuladas, las de Siria están aún más desorganizadas. Pero Assad carece de recursos financieros, lo que lo hace más vulnerable a las sanciones y estas deben ser una herramienta central para presionarlo a renunciar al cargo.
Sin embargo, hasta la fecha, la administración Obama ha estado un paso por detrás para hacer frente a la amenaza de Siria. El presidente buscó inicialmente contactar con Assad y trató de revertir la decisión del gobierno de G.W. Bush de retirar al embajador de Estados Unidos en Damasco en 2005 a raíz del asesinato de Rafik Hariri. Cabe destacar que la Casa Blanca de Obama ha frenado las críticas contra Siria, incluso a pesar de la violencia que el gobierno sirio ha aplicado contra los que eran pacíficos manifestantes. Recién en agosto, el presidente Obama exhortó a Assad a renunciar después de tres rondas de sanciones cada vez mayores.
Esta iniciativa de la administración Obama de minimizar lo hecho por Siria viene a pesar de que el régimen es un estado patrocinador de terrorismo, encarcela a presos políticos, ordenó un ataque contra la embajada de Estados Unidos en Damasco, amenazó al embajador de Estados Unidos y continúa matando a su pueblo hoy en día. James Phillips, de Heritage, recomienda las siguientes iniciativas a la administración Obama:
- Para ayudar a acelerar la caída del régimen, Estados Unidos debería trabajar con los aliados, especialmente con Turquía, para endurecer las sanciones contra Siria. La Unión Europea, que representa alrededor del 90% de las exportaciones de petróleo de Siria, prohibió las importaciones petroleras en noviembre. La escalada de sanciones podría agravar la situación económica de Siria y debilitaría el apoyo al régimen promoviendo la defección de la clase comerciante y urbana sunita que ha sido un importante pilar de apoyo para Assad.
- Washington también debería explorar si algunos grupos dentro de la coalición opositora pueden ser socios fiables y comprometidos para forjar una Siria libre. Si es así, Estados Unidos debería ampliar considerablemente su apoyo económico, diplomático y político hacia la coalición opositora.
El presidente Obama tiene razón al afirmar que la intervención militar no es la solución para Siria, pero es un error frenar las críticas e imponer ligeras sanciones a un régimen que está asesinando brutalmente a su pueblo. Estados Unidos debe tomar medidas para ayudar a provocar la caída de Assad y poner fin a los brutales ataques del dictador contra su pueblo.
* El autor, Dr. James Carafano, es experto en temas de Defensa y seguridad interior. Director del Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior. Comenta regularmente en las principales estaciones de televisión de Estados Unidos, desde ABC y Fox hasta MSNBC y PBS, con apariciones en National Public Radio, Al Jazeera, Sky News y The History Channel, entre otras cadenas. Sus columnas y análisis han sido publicados en periódicos tales como el Baltimore Sun, el Boston Globe, el New York Post, el Philadelphia Inquirer, USA Today, el Washington Times y el Washington Examiner. Coautor junto con Paul Rosenzweig del libro 'Ganando la Guerra Extendida: Lecciones de la Guerra Fría para Derrotar al Terrorismo y Preservar las Libertades' (Winning the Long War: Lessons from the Cold War for Defeating Terrorism and Preserving Freedom, 2005), explora la necesidad de estrategias militares prudentes que no obstaculicen el desarrollo económico y que, a la vez, permitan proteger celosamente las libertades individuales, al tiempo que se alcanza la victoria en la "guerra de ideas" contra el terrorismo.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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