La libertad económica crece en Chile
Con una puntuación de 78.3 en el Índice 2012 de Libertad Económica publicado por la Fundación Heritage y The Wall Street Journal, Chile es en estos momentos la séptima nación económicamente más libre del mundo (entre 179 países estudiados) y ocupa en el primer puesto de toda Latinoamérica...
09 de Abril de 2012
Con una puntuación de 78.3 en el Índice 2012 de Libertad Económica publicado por la Fundación Heritage y The Wall Street Journal, Chile es en estos momentos la séptima nación económicamente más libre del mundo (entre 179 países estudiados) y ocupa en el primer puesto de toda Latinoamérica.
Su mejora en la puntuación total (cerca de un punto) refleja una mejor protección de los derechos de propiedad, una mayor vigilancia contra la corrupción del gobierno y una mayor libertad monetaria, aunque es aún manifiestamente mejorable en lo que respecta a las libertades comercial y laboral.

Con un clima empresarial transparente y estable, Chile mantiene un entorno dinámico para los emprendedores. Los obstáculos para el libre comercio son bastante pequeños y las operaciones comerciales cuentan con la ayuda de eficientes regímenes reguladores que apoyan las políticas de mercado abierto. La inversión extranjera es bienvenida y a pesar de algunas tensiones del sistema financiero, la moderna y diversificada economía de Chile ha sobrevivido a la tormenta económica global relativamente indemne. Sus exportaciones de minerales, madera, fruta, marisco y vino impulsan el crecimiento de su PIB. Otros países andinos han seguido el camino de Chile, especialmente Perú (puesto #42) y Colombia (#45), además de Panamá (#55).
Desde 1990 hasta 2009, los gobiernos de centro-izquierda mantuvieron en gran medida las instituciones de mercado y las sensatas normativas económicas establecidas por economistas de la Escuela de Chicago durante los 17 años en el poder del general Augusto Pinochet. Chile es el mayor productor mundial de cobre y se ha recuperado bien de los efectos de un gran terremoto a principios de 2010, lo que en sí mismo es un sólido indicador de la resistencia de la economía chilena. Posee una normativa fiscal, innovadora y anticíclica que acumula superávits cuando los precios del cobre son elevados y opera con déficit sólo cuando los precios y la actividad económica son bajos. Esto ha ayudado a mantener el equilibrio fiscal.
Chile ha buscado acuerdos de libre comercio con países de todo el mundo. Su sistema financiero se mantiene estable y los prudentes regímenes reguladores permiten que los bancos aguanten la tormenta financiera global con escasas interferencias. En 2010, Chile se convirtió en el primer país de Sudamérica invitado a ser miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un fuerte indicador de su estatus como verdadero país desarrollado del primer mundo. Todos los países miembros de la OCDE ocupan el tercio superior del Índice de Libertad Económica.
En la más reciente lista de Forbes “Los mejores países para las empresas”, Chile ocupaba el sexto puesto en desempeño del mercado, el séptimo en libertad comercial internacional (actualmente el país tiene 57 acuerdos comerciales regionales o bilaterales) y el número 1 en libertad personal.