Señor Embajador de la Argentina, Miguel Dante Dovena: llámese a silencio
Nuevamente, el Embajador argentino en la República Oriental del Uruguay, Dante Dovena, se fue de boca. En sus trasnochadas declaraciones, opinó sobre temas que, por su cargo, le está vedado hacerlo.
10 de Junio de 2012
Nuevamente, el Embajador argentino en la República Oriental del Uruguay, Dante Dovena, se fue de boca. En sus trasnochadas declaraciones, opinó sobre temas que, por su cargo, le está vedado hacerlo.
El mencionado señor -representante ante Uruguay desde fines de 2010- es un puntero político muy cercano a la presidenta argentina, Cristina Elisabet Fernández Wilhelm de Kirchner.
El mencionado señor -representante ante Uruguay desde fines de 2010- es un puntero político muy cercano a la presidenta argentina, Cristina Elisabet Fernández Wilhelm de Kirchner.
En una entrevista publicada por el semanario Búsqueda, Dovena dijo que el ex presidente Tabaré Vázquez "debe estar arrepintiéndose" de haber dicho que le pidió apoyo a George Bush ante un posible conflicto bélico con la Argentina a partir del diferendo por Botnia (actual UPM). Señor Embajador Dovena: corresponde recordarle que Ud. no tiene permitido opinar sobre las expresiones de nuestro ex mandatario y, si acaso el Dr. Vázquez se arrepiente o no, a Ud. no le concierne.
Quizás Usted no tenga bien claras las normas diplomáticas por las que debería regirse su gestión. Y continuó faltándole el respeto el ex presidente Vázquez, expresando que "nunca" le creyó cuando, el año pasado, anunció su retiro de la vida política.
Expresó Dovena: "Pero, bueno; él dijo eso. Vamos a ver si cumple con su palabra". A Usted, Señor Dovena, no le concierne si Vásquez cumple o no con su palabra, pues Usted no está en condiciones de poner en tela de juicio aquellas intenciones.
No es la primera vez que el representante argentino realiza declaraciones inoportunas que comprometen su gestión y su permanencia en el cargo.
Lamentablemente, hasta ahora nuestra Cancillería y nuestro Canciller Almagro -a tono con la ya tradicional política de sumisión en lo que a la Argentina respecta- no le han llamado la atención, permitiendo que avance en sus temerarias opiniones.
Señor Dovena, quizá Ud. deba analizar situaciones que se dan en su propio país: es Usted diplomático, y representa a un gobierno genocida que fomenta el hambre y la desnutrición de la Argentina, lugar en donde 25 niños mueren por día antes de cumplir un año de acuerdo a datos de UNICEF. Allí, mueren 750 niños por mes a causa de la desnutrición, es decir, 9.000 por año.
Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, ocho niños mueren por día antes del año: esto es obra del gobierno que el señor Dovena representa y es su gran cómplice, y sucede en Argentina, donde se producen alimentos para brindar alimento a cientos de millones de personas.
Frente a estos delitos de lesa humanidad, por los que eventualmente habrá que pagar, el Señor Dovena pretende darle lecciones de política a la República Oriental del Uruguay. Basta preguntarse si su postura no es fogoneada por la perversión, la insensatez o, simplemente, una notoria sobredosis de estupidez.
El Embajador Dovena continuó “atendiendo” al Dr. Vázquez, dudando de su palabra sobre su futuro político, sin considerar el diplomático que representa (y es cómplice) de un gobierno que permitió que los argentinos perdieran su primer derecho, que es el derecho a la vida. Tal es así que la tasa de homicidios en la Argentina es de casi 5,9 por cada 100.000 habitantes, lo que representa un aproximado de 2.100 homicidios por año.
Al opinar obstinadamente sobre el Dr. Vázquez, el señor Dovena lo hacía sin recordar que en la Argentina, en acuerdo con datos de la CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalistas) se concretaron, durante 2011, más de 800 secuestros en perjuicio de ciudadanos honestos y trabajadores.
Obsesionado por entrometerse en los asuntos internos del Uruguay, el Embajador Dovena eludió analizar situaciones que se dan en su país, como las violaciones de mujeres y niños en plena ciudad, la persecución a la prensa, la Ley Mordaza a los medios de difusión, la corrupción abierta por parte del gobierno que tiene varias causas penales abiertas por enriquecimiento ilícito, los 1.000 millones de dólares que se esfumaron de Santa Cruz, las valijas venezolanas con dólares al por mayor, las extensiones de campos compradas por los integrantes del gobierno y por sus laderos dentro y fuera de las fronteras argentinas, la presión en desmedro de la administración de justicia y la persecución contra jueces honestos, la mafia de la efedrina y su vinculación con el actual gobierno, la mafia de los medicamentos “truchos”, la vinculación de su vicepresidente con serios actos de corrupción, y tantos otros episodios deleznables.
Finalmente, es lícito recomendarle al Señor Embajador Dovena qu, o bien cierre la boca, o bien "cambie" de boca.
Jorge Azar Gómez, ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas
e-Mail: azargomezjorge@gmail.com