La Variable Moyano: más allá de la puerta
Mientras se asiste a la implosión del basamento teórico del "modelo", el líder camionero se ha notificado de que Balcarce 50 va por su cabeza y optó por tomar la iniciativa, convocando a una manifestación masiva en la Plaza de Mayo para el próximo 27 de junio. En simultáneo, el Gobierno Nacional blanquea sus temores: el empleo de las Fuerzas Armadas para hacer frente a desbordes es ya decisión tomada.
"Ha llegado el momento", declamó Hugo Moyano en la señal Todo Noticias (TN), en momentos en que se incrementaba la tensión entre elementos de Gendarmería Nacional y trabajadores de Camioneros en la planta de distribución de combustible de YPF en Laferrere, dos noches atrás. La reveladora sentencia del hombre fuerte del sindicato hacía mención al postergado reclamo por la ampulosa quita de Ganancias, pero cobró rigor de declaración de guerra contra el Gobierno Nacional. Ello, en virtud de que -Moyano lo tiene ahora bien claro- Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner ha ordenado a sus funcionarios echar mano de todos los procedimientos necesarios para "neutralizarlo". Y existe consenso entre aquellos que estudian el fenómeno: el gremialista, con todos sus desperfectos, representa la amenaza definitiva contra las voraces ambiciones del oficialismo.
Al plan secuencial de la familia moyanista para alterar el libre transporte y distribución de mercaderías de variada índole, los personeros de la Presidente de la Nación solo han respondido con una verborragia combativa, digna de la más patente enajenación mental. Analícense y clasifíquense, a tal efecto, las declaraciones extemporáneas de Florencio Randazzo, Amado Boudou, Gabriel Mariotto, Sergio Berni, y la olvidable conferencia de prensa de Julio De Vido. Las razones para argumentar que el conflicto no arroja soluciones potenciales en lo inmediato deben rastrearse, en primer lugar, en las consabidas limitaciones del gobierno para reducir impuestos y, en segundo término, en lo visto en La Matanza: nadie que persiga sinceramente el diálogo arriesga a un escenario como el observado durante la noche del miércoles. Gendarmería se ubicó a un tris de reprimir y solo un milagro evitó lo que hubiese derivado en un choque de imprevisibles consecuencias. Finalmente, ha cobrado estado público la denuncia penal interpuesta contra "Los Moyano", caratulada bajo el grave delito de coacción agravada.
Sucede que la promocionada abstracción que refiere al modelo de acumulación de matriz diversificada cruje. No solo en su eje de sustentación financiera -pues el gobierno federal se ha quedado sin caja-, sino también en lo ideológico: ya los medios de comunicación nacionales se han hecho eco de reportes publicados por este y otros medios, en el sentido de que la Casa Rosada viene nutriéndose de planes para recurrir a las Fuerzas Armadas y Gendarmería Nacional para encarar una suerte de represión preventiva de cualquier episodio callejero de importancia. Directivas que -corporizadas en órdenes secretas- no solo confluyen en una violación flagrante de la legislación que entiende en cuestiones de Seguridad Interior, sino que se alejan violentamente del etnocentrismo derechohumanista que tanto se ocupara de propugnar la propia Cristina Elisabet Fernández Wilhelm. Edulcorado doble estándar que, a la postre, ha servido durante mucho tiempo para ocultar bajo la alfombra una monumental arquitectura de negociados multimillonarios y la captación de un porcentaje importante del PBI nacional en muy pocas manos.
A la luz de las declamaciones emanadas de parte de funcionarios del gobierno en las últimas horas, no será difícil concluir que la negociación es lo primero que ha sido barrido de la ecuación. Tanto el Ministro del Interior como el Vicepresidente parecen haberse acercado a los micrófonos solo para provocar la ira de Hugo Moyano, antes que para convocar a una mesa de negociación. La aparición pública del devaluado Julio De Vido para describir el panorama de limitaciones energéticas a lo largo y ancho del territorio nacional solo reafirma la hipótesis anterior, en tanto que el reporte compartido por el ministro fue convenientemente planchado y emprolijado para endilgarle al Capo Camionero las responsabilidades por la escasez de gas y la pobreza en la producción de combustibles, notorios legados del kirchnerismo. No sin dejar de citar la oleada de indignación que generara el citado funcionario cuando llamó a la "sensibilidad"; programa ciertamente condenable, viniendo de un responsable indirecto de los desmadres del transporte que condujeron al sanguinolento escenario del Sarmiento y sus 51 decesos. Tragedia que, en medio de la obsolescencia planificada de las malas noticias (que se suceden con intolerable cadencia), parece haber sido enterrada en las arenas del olvido.
Para conocer el segundo capítulo de esta historia, habrá que estar atento a la movilización confeccionada para el próximo miércoles por parte de Moyano y las numerosas organizaciones sindicales que lo acompañarán de la mano. Tampoco estará de más analizar hasta qué punto la permanente agenda de provocación montada por los voceros de Balcarce 50 no influyen en la opinión ciudadana, y acaso terminen por empujar a la gente a movilizarse esa misma fecha, desde la espontánea ingeniería de otro ruidoso cacerolazo.
Así las cosas, la jefe de Estado argentina continúa sin obsequiar información sobre su paradero. Su clásica Cadena Nacional sigue demorándose y, por estas horas, no faltan quienes ya le atribuyen cierto exceso en su vieja costumbre de eludir dar respuesta pública ante los graves problemas que pueblan los titulares. Actitud diametralmente opuesta a la que se esperaría de una líder preocupada por el bienestar de sus conciudadanos.
Matías E. Ruiz, Editor
Twitter: http://twitter.com/matiaseruiz