La política exterior mexicana, luego de la victoria de Enrique Peña Nieto
El rol de México en la región y el mundo. El futuro de la relación con los Estados Unidos y América Latina.
La noticia política de la semana en América Latina se reflejó, sin lugar a dudas, en las elecciones presidenciales mexicanas. México es la segunda economía de la región; finalmente, lo que allí suceda es relevante para vida de todo el hemisferio.
Para reflexionar más acabadamente sobre los acontecimientos, quien esto escribe pudo contactarse con Lisandro Devoto (http://mx.linkedin.com/in/lisandrodevoto/), Licenciado en Relaciones Internacionales que actualmente se encuentra completando su tesis doctoral de Investigación en Ciencias Sociales con Mención en Ciencia Política, en FLACSO-México.
Consultado sobre las posibles repercusiones para la política exterior mexicana de la victoria de Enrique Peña Nieto, Devoto sostuvo que no se aguardan grandes cambios. Lo predecible sería que el PRI (Partido Revolucionario Institucional) -espacio político del triunfador- dé continuidad a la política exterior sin mayores modificaciones, pero sin acercamientos especiales a los gobiernos de izquierda de América Central y del Sur. La política exterior mexicana mantendrá un alineamiento y cooperación con los Estados Unidos de América.
El entrevistado recordó que siempre existen tensiones entre Washington y el Distrito Federal mexicano, y que debe tenerse presente el hecho de que las dos naciones comparten tres mil kilómetros de fronteras: al norte del Río Bravo, residen doce millones de mexicanos. La agenda entre ambos países es intensa y atañe a un sinfín de asuntos. Este es el motivo fundamental por el cual, si bien el eje de la cooperación se mantendrá, no se descartan desencuentros relativos a aspectos particulares.
En otro orden, Devoto remarcó que el mercado de los Estados Unidos es estratégico para la vida económica mexicana y que, a tal efecto, no debería esperarse una modificación en las grandes líneas de política comercial. De hecho, incluso podría haberse aventurado un futuro sin cambios trascendentales aún ganando los comicios la izquierda de López Obrador.
El otro tema bajo tratamiento tuvo relación con la política exterior mexicana, ya no desde un enfoque regional, sino global. A este respecto, el interlocutor describió como protagónico el rol de México en el G20, organización que tuvo su última cumbre en la ciudad azteca de Los Cabos y de la cual México ocupa la presidencia pro témpore. Devoto también se ocupó de remarcar el protagonismo internacional de Calderón y el sistemático apoyo que el saliente mandatario recibió de parte de Barack Hussein Obama durante su gestión, donde mantuvieron entre dos y tres reuniones bilaterales anuales. Al momento de consultarle sobre las similitudes y diferencias entre la posición internacional de México y Brasil, Devoto describió las diferencias entre una y otra. Brasil es el país más poblado, extenso y exhibe el PBI más alto del subcontinente, lo cual -sumado a una política exterior con claras ambiciones globales- transforma a Brasilia en un claro líder regional de notable proyección internacional. Mientras tanto, la situación geopolítica de México es bastante diferente: situado en América del Norte, ocupa el tercer lugar en importancia regional, lo que, de alguna forma, limita su capacidad de liderazgo. Igualmente, la agenda exterior mexicana sobresale por su intensidad: en los últimos años, ha profundizado su interés en los asuntos de América Central, región con la que comparte los problemas relativos al crimen organizado. La relación con la República Popular China también es una cuestión que deberá seguir la nueva Administración, en tanto el gigante asiático es un claro competidor en la producción de las manufacturas con el mercado estadounidense como destinatario. Otra aspecto mencionado por Devoto en torno a la relevancia de México a nivel global giró en torno a la candidatura del Gobernador del Banco de México Agustín Carstens a la presidencia del FMI (finalmente no concretada, como podía preverse), y el rol de José Angel Gurría como Secretario General de la OCDE. A modo de conclusión, el entrevistado definió la posición mexicana como la más relevante dentro de América Latina después de la República Federativa del Brasil.
A la postre, el consultado completó el análisis con el foco en temas de seguridad y relativos al crimen organizado en el país. La pregunta fue: ¿pueden esperarse cambios en la política del gobierno federal contra los cárteles del narcotráfico? Devoto respondió que, en el corto plazo, tampoco se observarán cambios de importancia en agenda. Peña Nieto no alterará la actual situación y las Fuerzas Armadas seguirán interviniendo en la lucha contra la delincuencia organizada. En campaña, el presidente electo había sostenido que -dentro de las posibilidades- retiraría al ejército de los lugares en que fuera posible, para poder así combatir al narcotráfico con otras herramientas, con la meta de reducir la violencia y proteger de esta manera la vida de los civiles. Sólo el tiempo juzgará si acaso tal propuesta es viable y si, efectivamente, se concretará.
Lic. Santiago Pérez, para El Ojo Digital Internacionales
Twitter: http://twitter.com/Perez_Santiago
* El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales