Luis Almagro y Francisco Bustillo: estupidez diplomática
Hace algunos años, cuando aún era presidente el Dr. Tabaré Vázquez, éste manifestó desde Nueva York que, si bien él respetaba las decisiones de su partido, no se hallaba de acuerdo con la candidatura de José Mujica, y que no compartía los dichos de este último (publicados en “Pepe coloquios”), pues acostumbraba decir "estupideces".
Hace algunos años, cuando aún era presidente el Dr. Tabaré Vázquez, éste manifestó desde Nueva York que, si bien él respetaba las decisiones de su partido, no se hallaba de acuerdo con la candidatura de José Mujica, y que no compartía los dichos de este último (publicados en “Pepe coloquios”), pues acostumbraba decir "estupideces".
Pasó el tiempo, y hoy -con asombro y estupor- nos enteramos de que el Canciller Almagro, desde una circular emitida el 9 de julio y que se mantenía en “secreto”, prohibió a los embajadores uruguayos todo tipo de "contacto personal" con diplomáticos de la República del Paraguay o llevar adelante cualquier otro tipo de actos que implique un reconocimiento al gobierno del actual presidente, don Federico Franco.
Mucho tiempo después de las declaraciones del ex primer mandatario Vázquez en Estados Unidos, las estupideces continúan guiando el camino del actual gobierno en Montevideo, y especial de nuestra Cancillería (Estupidez: dicho o hecho propio de un estúpido | Estúpido: necio, torpe, falto de inteligencia). Como lo corrobora la lógica, esa repartición está conducida por estúpidos. Vale, pues, preguntarse si acaso es aceptable que nuestra política exterior se encuentre dirigida y embarrada por personas necias, torpes y carentes de inteligencia.
El Presidente José Mujica y su partido político tendrán en sus manos la resolución necesaria para cambiar el equipo que administra la política exterior, por respeto a la imagen del país. Por su parte, la oposición deberá velar por que ello se cumpla. Pues sucede que la Cancillería ha consumado un nuevo acto de sumisión, perversidad y arbitrariedad para con los funcionarios del servicio exterior, a quienes exponen a situaciones violentas impracticables en el mundo diplomático.
Ni siquiera se ha visto semejante acto de "estupidez” durante el gobierno militar, momentos en que Uruguay y Venezuela habían suspendido sus relaciones, en virtud de lo acontecido con Elena Quinteros. En aquella época, cuando estas dos naciones celebraban alguna clase de reunión social, sus delegaciones se cursaban invitaciones para su asistencia y, encontrándose el Canciller en Nueva York, la delegación participaba al canciller uruguayo y a su representante ante Naciones Unidas. Lo propio sucedía con el representante diplomático de Uruguay en Venezuela, que era tratado con la mayor consideración y respeto.
Sepa Usted, Señor Canciller que, en el ámbito del Servicio Exterior (Uruguay mantiene relaciones diplomáticas totales con Paraguay) no se admiten estupideces. Tratamos aquí un tema que deriva en la más barata arbitrariedad o, en caso contrario, podría pensarse que se está probando la paciencia de la ciudadanía.
Servirán algunos detalles, para ilustrar aquello de lo que estamos hablando aquí. La historia relatada se gestó en el Jockey Club argentino, o bien en el restaurante “Rara Avis”, sitio donde el Canciller Almagro y los embajadores Pomi y Baraibar elaboran estrategias en medio de opíparos y caros almuerzos (bien acompañados por selectos vinos). Cuenta que, finalmente, abonamos nosotros, los ciudadanos de la República Oriental del Uruguay.
Lo interesante será enterarnos que habrá realmente detrás de está dádiva, y si acaso la próxima consistirá en entregar atado de pies y manos al Embajador Bustillo.
Jorge Azar Gómez, ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas | El Ojo Digital Internacionales
e-Mail: azargomezjorge@gmail.com