Ciccone: alegoría de la Ciudad de la Luz

El día de ayer, la opinión pública fue testigo de un hecho sin precedentes en la historia argentina: quien presidió la sesión en el Senado de la Nación fue el Vicepresidente Amado Boudou, acusado de haber realizado negociaciones incompatibles con su cargo con vistas a favorecer a los nuevos titulares de la imprenta gráfica CVS -hoy conocida como la ex Ciccone Calcográfica S.A.- A fin de cuentas, sucedió lo que todo el espectro político esperaba: el oficialismo se impuso por 44 votos contra 20, logrando media sanción para el proyecto de expropiación de la Compañia de Valores Sudamericana.

La sesión fue presidida por el vice de Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner -imputado por enriquecimiento ilícito- y, por momentos, por la Vicepresidente Segunda, Beatriz Rojkés de Alperovich, a la sazón, esposa del gobernador tucumano. Como consecuencia del affaire Ciccone, Boudou encabezó una ofensiva que derivó en la renuncia del otrora Procurador General, don Esteban Righi. El Gobierno Nacional, a su vez, denunció ante el Consejo de la Magistratura al juez anterior de la causa, Daniel Rafecas, quien terminó siendo separado de la investigación, en tanto también quedó en el camino el fiscal Carlos Rívolo. Demasiados nombres que dificultan los intentos de Balcarce 50 por caratular al polémico tema como una simple invención del Grupo Clarín.

Nuevamente, el Gobierno enarbola un proyecto bajo el paraguas de la "recuperación de la soberanía", como ocurriera con la estatización de las AFJPs, la compañía Aerolíneas Argentinas y Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). La oposición, por su parte, ha vuelto a "comprar" el discurso estatitista: así sucedió, por ejemplo, con el Senador Nacional por Córdoba Luis Juez, quien declamó jamás acompañar "un hecho de impunidad". El mediterráneo votó afirmativamente, justificándose en que "el Estado Nacional debe involucrarse y tener participación soberana en la impresión de su billete”. No faltaron quienes interpretaron este dato como una suerte de guiño hacia Amado Boudou, minimizándose su situación procesal.

En otro orden, la legisladora Laura Montero (UCR) fue directa al nombrar al Vicepresidente, recordándole que Alejandro Vandenbroele (ex director de CVS, también imputado en la Causa Ciccone) es su amigo y que aquél continúa negándolo de manera sistemática. Acaso la pregunta más incómoda para el marplatense fue: "Si tuviéramos un empate en el recinto hoy, ¿quién desempataría? ¿El presidente del Senado se sentiría habilitado estando esta causa y estas dudas? Es una de las tantas preguntas".

La catamarqueña Blanca Monllau (Frente Cívico y Social) echó mano de la ironía para referirse al vice: "Tal vez Usted, Señor Presidente, pueda ayudarnos, proporcionándonos los nombres de aquellos a los que quiso beneficiar", dijo, en relación a los siempre elusivos dueños de la polémica firma.

El legislador bonaerense del FAP, Jaime Linares, salió a diferenciarse de su compañero de bancada, Luis Juez, al sostener: "En esta causa, se encuentran involucrados el Vicepresidente actual, Amado Boudou y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray; además de votar en contra, denunciamos la intencionalidad de sacar el tema del debate cotidiano y de encubrir a sus responsables".

El bloque de la Unión Cívica Radical tambíen se pronunció en contra del proyecto: el Senador Luis Naidenoff argumentó que, con la expropiación "Se consolida una estafa".

Un discurso de carácter rimbombante -tal su costumbre- fue obsequiado por Aníbal Fernández (Frente Para la Victoria). El mencionado denunció una serie de maniobras para "desmantelar" la Casa de Moneda y aseguró que el proyecto del Poder Ejecutivo busca "recuperar la soberanía monetaria que nunca debió dejar de estar en manos del Estado Nacional", acaso olvidando que fue la propia Administración Fernández de Kirchner la que firmó convenios con la casa de moneda de la vecina República Federativa del Brasil para confeccionar billetes, en series que llegaron a las calles con groseros fallos de impresión. El legislador y ex intendente quilmeño también eludió recordar que fue la propia Casa de Moneda -ya presidida por Katya Daura, allegada a Boudou- la que rubricó el contrato con CVS para imprimir a comienzos de este mismo año. En su nervioso discurso, Aníbal Fernández también aprovechó para inculpar a los ex presidentes Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde, y al ex titular del Banco Central de la República Martín Redrado como responsables de "tumbar" a la Casa de Moneda. El presidente del club de fútbol Quilmes A. C. incurrió en otro olvido de relevancia: el oficialismo al que él pertenece se encuentra en el poder desde hace ya nueve años.

No obstante, quien se caracterizó por la defensa más recalcitrante para con el presidente del Senado fue el inefable Senador del FPV Miguel Angel Pichetto. El legislador oficialista se atrevió a cruzar un delicado límite, al proponer que todos los funcionarios "en ejercicio del Gobierno" tengan inmunidad absoluta: "Esto es un planteo de inmunidad en el ejercicio del Gobierno, para que no ocurra lo que ocurrió", sostuvo Pichetto, aún cuando, segundos después, aclaró que "nadie dice que no los investiguen" sino que, "cuando investigan a presidentes y vicepresidentes, tienen el deber de ser responsables".

La frase del día sería, a la postre, compartida por el senador rionegrino, cerca de las postrimerías del debate: "Usted no hubiera tenido ese problema en Francia, por la inmunidad que Usted hubiera gozado, porque el proceso de gobierno en aquel país está garantizado para que no haya intromisión judicial".

El detalle de color al que olvidó referirse Pichetto es que, fuera de toda duda, la administración de justicia y la calidad institucional de la Argentina en su nivel dirigencial se encuentran a años luz de la Ville lumière...

Lic. Eric Nesich | El Ojo Digital Política
Twitter: http://twitter.com/EricNesich

* El autor es Licenciado en Periodismo y Licenciado en Ciencias Políticas

Foto principal de la nota: diario La Nación