¿Explicará Barack Obama aquello de su "flexibilidad" con Rusia?
Cliff May, presidente de la Fundación por la Defensa de las Democracias, comentaba en un reciente artículo que poquísima gente está interesada en averiguar qué había detrás de los comentarios sobre “flexibilidad” que el presidente Obama le hizo al presidente ruso Dmitri Medvédev en marzo y si Obama llegó a acuerdos secretos con los rusos.
Cliff May, presidente de la Fundación por la Defensa de las Democracias, comentaba en un reciente artículo que poquísima gente está interesada en averiguar qué había detrás de los comentarios sobre “flexibilidad” que el presidente Obama le hizo al presidente ruso Dmitri Medvédev en marzo y si Obama llegó a acuerdos secretos con los rusos.
El 26 de marzo, el presidente Obama realizó un sorprendente comentario respecto a sus futuras intenciones en la política de defensa antimisiles de Estados Unidos. En un comentario a Medvédev en un momento de descuido, el presidente Obama dijo que si es reelegido, tendrá mayor “flexibilidad” para adaptarse a lo que objeten los rusos, en particular en lo que se refiere al programa de defensa antimisiles de Estados Unidos.
Los comentarios del presidente Obama no fueron sorpresa. Su administración ya lo había dejado bien claro cuando rebajó drásticamente el presupuesto de la defensa antimisiles para el ejercicio fiscal 2010 y las solicitudes presupuestarias subsiguientes no recuperaron el terreno perdido. Se eliminaron programas de defensa antimisiles que podrían proporcionar una mayor capacidad contra la amenaza de misiles balísticos, tales como el Láser Aerotransportado, el Interceptor Múltiple, el Interceptor de Energía Cinética y se redujo el número de Interceptores de Defensa Terrestre de Medio Alcance de Alaska y California.
Además, el presidente negoció el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, que une las armas estratégicas ofensivas con las defensivas, dándoles a los rusos un medio legal para llevar a cabo su oposición al despliegue de la defensa antimisiles de Estados Unidos.
Mientras el presidente lleva a cabo su política de “reseteo” (que no es sino una serie de concesiones y falta de liderazgo en asuntos de derechos humanos) con Rusia, esta funesta política de actuación parece estar estimulando el osado comportamiento por parte de Rusia. Recientemente, un submarino ruso operó en el Golfo de México durante semanas sin ser detectado. Además, Rusia introdujo sus bombarderos en el espacio aéreo restringido de Estados Unidos en junio y julio.
El jefe del estado mayor ruso, Nikolai Makarov, afirmó que “Se tomará una decisión de utilizar una fuerza destructiva de manera preventiva si la situación empeora”. La “situación” a la que se refería incluye los planes de Estados Unidos para desplegar defensas antimisiles balísticos en Europa. Sus afirmaciones son otra razón más por la que Estados Unidos y sus aliados necesitan desplegar las defensas antimisiles cuanto antes. Además, más de 30 países en todo el mundo poseen ya la tecnología para lanzar un misil balístico, incluidos Corea del Norte e Irán.
Para protegerse frente a estas amenazas, Estados Unidos debería desplegar un exhaustivo sistema para una escalonada defensa antimisiles balísticos, incluidos sus componentes espaciales. Este no es el momento de ceder a las objeciones rusas ni de limitar las defensas antimisiles de Estados Unidos.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.