El sentimiento antiestadounidense, ahora respaldado por Ecuador
El pasado domingo, el creador de WikiLeaks, Julian Assange, australiano de 41 años que está huyendo de unas acusaciones de violación sexual, se plantó en el balcón de la embajada de Ecuador en Londres y le dijo al presidente de Estados Unidos que lo "dejara en paz".
El pasado domingo, el creador de WikiLeaks, Julian Assange, australiano de 41 años que está huyendo de unas acusaciones de violación sexual, se plantó en el balcón de la embajada de Ecuador en Londres y le dijo al presidente de Estados Unidos que lo "dejara en paz".
“Le pido al presidente Obama que haga lo correcto: Estados Unidos debe renunciar a su caza de brujas contra WikiLeaks”, comentó Assange.
Se trata de una atrevida afirmación que llega de boca de un individuo patético, comenta la analista de la Fundación Heritage Helle Dale.
Assange se quería enfrentar al gobierno más poderoso del mundo al publicitar cantidades ingentes de documentos sensibles del gobierno de Estados Unidos en su página web WikiLeaks. En realidad, demostró no ser más que un hombrecillo egocéntrico, más bien sórdido, con un complejo de mártir que lo ha llevado a reclamar asilo político en un caso que posiblemente nadie podría justificar.
Mientras Assange está eludiendo las acusaciones de delito sexual en su contra por parte de Suecia escondiéndose en la embajada ecuatoriana, Bradley Manning, el soldado de Estados Unidos que confió en Assange y que de manera ingenua le pasó miles de datos militares americanos sobre Afganistán, se enfrentará a la justicia. Como observa Dale:
Las ironías abundan en este caso. Assange afirma que WikiLeaks es una herramienta para la libertad de expresión. Pero el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa es famoso por no permitir unos medios de comunicación libres. Assange afirma que su objetivo es la transparencia del gobierno, pero los gobiernos contra los que está peleando (el sueco, el británico y el americano) son sólidamente democráticos, algo que difícilmente se puede decir el régimen comunista de Ecuador.
Aunque Correa y Assange son extremos opuestos en sus afirmaciones sobre “la libertad de los medios de comunicación”, el analista de la Fundación Heritage Ray Walser advierte de que “comparten un sentido similar de la honradez y de desprecio visceral por Estados Unidos ”.
El caso del asilo a Assange constituye sólo una pequeña muestra de la estrategia antioccidental a la vez que pro-iraní promovida por Correa, el presidente de Venezuela Hugo Chávez, Raúl Castro y otros. Es selectiva a la vez que hipócrita…y aspira a mostrar a Occidente de una manera desfavorable.
En el año 2007, WikiLeaks filtró documentos sensibles tales como los manuales de interrogatorio de Guantánamo, los intercambios de cables diplomáticos por parte de Estados Unidos y documentos militares sobre Irán y Afganistán. Estas filtraciones pusieron en peligro vidas americanas.
Desde 2010, cuando Assange se metió en problemas en Suecia (su país de adopción en el que se había establecido ya que allí la protección a los que filtran información es especialmente fuerte), WikiLeaks no ha publicado nada significativo y está al borde de la quiebra. Aparentemente, los seguidores que Assange afirma tener no valoran WikiLeaks lo suficiente como para pagar dinero para que siga adelante.
Assange comenta que creó WikiLeaks para hacer responsables a los regímenes, pero se ha centrado en demonizar la democracia y despreciar el Estado de Derecho.
Y ahora, si quiere disfrutar del asilo en Ecuador, Assange deberá escaparse. Las fuerzas de seguridad de Londres están a la espera para arrestarlo si trata de abandonar la embajada y extraditarlo a Suecia. El ministro de Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, está afirmando que Inglaterra está intimidando a Ecuador y violando el derecho internacional, cuando, como observa Dale, “la idea de que la acusación de violación constituye una ofensa política merecedora de asilo es evidentemente ridícula y un claro abuso del concepto de asilo en su conjunto”.
Patiño se ha vuelto histérico, comenta Walser, de la Fundación Heritage, y amenazó con llevar el caso de Ecuador ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Walser comenta que “De todas las amenazas a la paz mundial, esta debe de ser una de las más nimias”.
Assange se debería enfrentar a la justicia de Suecia. Y Ecuador, por su parte, ha cometido un error al proteger a este delincuente internacional.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.