Paul Ryan, la apuesta conservadora en el camino hacia la Casa Blanca
El candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, ha anunciado que será el congresista Paul Ryan quien lo acompañe en la fórmula. Ha elegido a una importante figura del partido, un referente que cuenta con un sólido plan presupuestario y económico.
El candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, ha anunciado que será el congresista Paul Ryan quien lo acompañe en la fórmula. Ha elegido a una importante figura del partido, un referente que cuenta con un sólido plan presupuestario y económico. Ryan posee experiencia y gran potencial: así lo ha demostrado, en ocasión de su proyecto para llevar a cabo una reforma de reducción del tamaño del Estado y del déficit público. Iniciativa que viene defendiendo desde hace ya un tiempo.
En lo que respecta a políticas monetarias, Ryan haa presenciado y formado parte del Foro Sound Money, puesto en marcha hace ya dos años por la Fundación Atlas y Freedomworks, con el objetivo de incentivar y promover el desarrollo de soluciones a los problemas de corte monetarista que azotan al país del norte. Durante el evento, el congresista se refirió claramente a la política fiscal e hizo hincapié en la situación actual de la política monetaria de los Estados Unidos.
Por otra parte, el Plan “Senda Hacia la prosperidad” -también presentado por Paul Ryan- es ciertamente extenso; se encuentra acompañado por una fuerte reforma fiscal, además de contabilizar vigorosas transformaciones orientadas al crecimiento económico, tales como un urgente recorte del gasto. Es precisamente el gasto público una de las variables que más se ha ampliado durante la presente Administración demócrata. El objetivo esencial del plan es lograr la reducción del déficit y de la gigantesca deuda, y posicionar al país con una economía de mercado, fuerte y con índices de desempleo sensiblemente menores. Dejando de lado las políticas carentes de austeridad que se fundamentan en el aumento de impuestos y el exceso de la erogación federal.
Porciones importantes de la sociedad norteamericana consideran que un cambio de rumbo en Estados Unidos se ha vuelto indispensable. A este respecto, el problema observa relación con las políticas nocivas que han sido implementadas durante la última década. El plan de Ryan -reducción del déficit y la deuda, reducción del gasto del gobierno- se concentrará en cambiar el destino del país y representar un gran progreso para el futuro de los norteamericanos.
Si la fórmula republicana obtuviese la victoria, el próximo noviembre se atenderá a un enriquecedro debate relacionado con el rol del Estado, su tamaño y el destino de la ciudadanía. Esta fórmula cuenta con el carácter y la experiencia que el país del norte requiere en este momento histórico.
Por un lado, la fórmula del GOP centrará la campaña en temas tales como la creación de puestos de trabajo, la reducción del déficit público, el fomento de una mayor austeridad económica, mercados más libres y competitivos, menos impuestos y una reducción del tamaño del gobierno federal -iniciativas claramente opuestas a las corporizadas por la Administración del actual Presidente Barack Obama-.
Finalmente, nos encontramos -después de mucho tiempo- frente a un atractivo y apasionante debate respecto a la magnitud del Estado y su injerencia en los distintos ámbitos de la vida humana, tanto económicos como políticos.