Imagínese a su hijo o hija aspirando a ser amigote del gobierno en vez de ingeniero o dueño de una empresa. Ese escenario de pesadilla se ve en un nuevo video de Crony Chronicles, una página web que lucha contra el clientelismo.
En el video, niños que de otra manera se podrían haber convertido en doctores y arquitectos aspiran en cambio a trabajar en las poderosas agencias del gobierno o a convertirse en cabilderos para ayudar a implantar reglas que favorezcan a sus amigos. Crony Chronicles describe el clientelismo de la siguiente forma:
El clientelismo ocurre cuando un individuo o una organización conspiran con cargos del gobierno para crear una legislación y/o regulaciones injustas que les conceden unos beneficios forzados que de otra manera no podrían obtener por sí mismos. Esos beneficios llegan a costa de los consumidores, los contribuyentes y todo el que trabaja duro para competir en el mercado.
El sistema de favoritismo político está invadiendo cada vez más el sistema de libre mercado de Estados Unidos. En un reciente artículo de opinión en el Wall Street Journal, Luigi Zingales, profesor de la Escuela Empresarial Booth de la Universidad de Chicago, argumenta que el capitalismo clientelista está en la raíz de la situación económica de Occidente y que Estados Unidos no está muy lejos de Italia y Grecia en lo que respecta a las penalidades fiscales:
El código tributario de Estados Unidos está lleno de vacíos legales y exenciones especiales. Las conexiones políticas cuentan cada vez más que las ideas innovadoras; a menudo, los jóvenes emprendedores aprenden a cabildear antes de aprender a cómo operar una empresa. Siete de los 10 condados más ricos de Estados Unidos están en los suburbios de Washington D.C., que produce poca cosa salvo reglas y regulaciones. Y lo que es incluso peor, el lento crecimiento y la menor movilidad social de la última década han dañado la reputación del libre mercado como creador de prosperidad.
Algunos de los ejemplos mejor conocidos de capitalismo clientelista incluyen el rescate financiero al sector del automóvil de Detroit y la garantía de préstamo a la compañía de energía solar Solyndra, ahora en bancarrota. Pero el capitalismo clientelista se presenta de muchas más formas y tipos que rescates financieros y garantías de préstamos.
Un reciente informe por parte del experto Matthew Mitchell, de Centro Mercatus, enumera las diversas formas que adoptan los privilegios otorgados por el gobierno y explica sus perjudiciales consecuencias, incluyendo un menor crecimiento económico, más gasto gubernamental y la constante búsqueda de subvenciones.
Otros ejemplos de clientelismo son las barreras para entrar en el mercado debidas al monopolio o a privilegios reguladores, a privilegios fiscales, a rescates financieros y a gravámenes y cuotas impuestas a la competitividad en el extranjero.
La libre empresa, el gobierno limitado y la libertad individual forman los fundamentos de la grandeza de Estados Unidos. Permiten que la economía de Estados Unidos florezca y que su gente prospere. Para fortalecer estos principios, debemos erradicar el capitalismo clientelista atacando su origen: el Estado omnipresente.
Lo podemos hacer rebajando el gasto del gobierno, eliminando todos los subsidios gubernamentales a la industria y reduciendo las regulaciones perjudiciales.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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