13-S: de a poco, la ciudadanía abandona la anomia

Seguramente, muchos analistas se habrán sorprendido: algunos pensarían que la ciudadanía solo se movilizaba -al decir del general Juan Perón- cuando se hallaba en riesgo la "víscera más sensible", esto es, el bolsillo. Tal como ocurriera en los episodios que dieron lugar a las movilizaciones del año 2001 que, en rigor, se construyeron a partir de una amalgama de errores políticos y una planificación de sectores interesados en motorizar el conflicto social con apoyatura en algunos de los llamados intendentes y barones del conurbano.

Pasaron diez años. La tecnología cambió y, actualmente, las redes sociales comienzan a desempeñar un un rol preponderante en los reclamos de las sociedades, fenómeno que incluso se ha podido palpar en lo que se conoció como la "Primavera Arabe". Ahora, su versión local.

Tal es así que miles de argentinos se lanzaron a las calles en diversas ciudades del país, ya no solamente en la Capital Federal. Los reclamos eran de carácter heterogéneo -ello es cierto-, pero los manifestantes reclamaron y construyeron ciudadanía a partir de exigir sobre temas de índole institucional. Las pancartas de manufactura sencilla y casera, rezaban claramente: “NO A LA REELECCIÓN”, “NO A LA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN”, “POR LA INSEGURIDAD”, “NO TE TENEMOS MIEDO”. Otro dato llamativo: por vez primera, se hizo mención a la corrupción. Se ha tomado consciencia respecto de que la corrupción mata, tal como ocurrió en la tragedia del ferrocarril Sarmiento.

En el mientras tanto, Cristina Elisabet Fernández Wilhelm llevaba adelante su acto del día, en una remake del chavista "Aló, Presidente", refiriéndose a reinauguraciones de obras anteriormente dadas a conocer en púbplico, y contribuyendo a lo que se ha dado en llamar "el relato". Ese que no remite a otra cosa que al modelo orwelliano visto en el filme 1984, con el Gran Hermano que todo lo ve y todo lo controla. Arquitecto del Ministerio de la Verdad, solo con el objeto de difundir la mentira. En este preciso marco, fue que la Presidente declamó: "No me van a poner nerviosa, quédense tranquilos". Y, en cierta forma, ninguneó las masivas manifestaciones y expresiones pacíficas de la ciudadanía en las calles.

El pueblo debe comprender y, al parecer, se ha posicionado en la dirección correcta, a saber, que cuando la Señora confesó que "iría por todo", en efecto sería así, literalmente. Todo piensa en llevarlo a la praxis: llevarse por delante a las instituciones, terminar con la Constitución Nacional, modificar el Código Civil a piacere, obsequiarle el tiro de gracia a la libre expresión, y fundar -desde el poder omnímodo de un estado- los multimedios que le respondan a su ideología y al pensamiento oficial.

Pero, ¿dónde abreva el cristinismo para elaborar su modelo de miseria administrada y exclusión clientelistica con sometimiento? CFK se basa en las enseñanzas del intelectual Ernesto Laclau y su esposa Chantal Mouffe, autores -entre otras publicaciones- de su "obra cumbre" “HEGEMONIA Y ESTRATEGIA SOCIALISTA”. Este tándem de supuestos pensadores gozan desarrollando un experimento de corte sociológico en un espacio geográfico como la Argentina. Y lo hacen desde cómodos sillones en las cátedras universitarias británicas. En cualquier caso, lo que los argentinos deban padecer, como consecuencia de ocupar el rol de conejillos de indias de las ideas de Laclau y señora, no afectará a estos últimos. Ellos continuarán residiendo en el Primer Mundo. Podrán salir de paseo a donde se lo propongan y cuando les venga en gana. Jamás deberán sufrir procesos inflacionarios, ni se verán coartados en sus libertades individuales.

Estos maravillosos intelectuales posmarxistas -que ciertamente deslumbran a la Presidente- plantean, entre otros postulados que "una sociedad sin antagonismos es imposible". Sobre esta base de conflicto, debemos vivir los ciudadanos argentinos. Más divididos que nunca en la historia de los últimos cuarenta años. Crispados y enfrentados. "La vida -supo compartirme mi padre- no es una foto: es dinámica". Nosotros, los ciudadanos del siglo XXI deseamos mirar hacia delante. La Señora habla del futuro, pero siempre nos ubica en el pasado. Y la realidad refleja que el argentino de a pie es bastante más elemental: desea tener libertad para crecer, para poder desplazarse conforme se expresa en los derechos y garantías de la Carta Magna. Deseamos seguridad jurídica y también física, para poder regresar a salvo de nuestros trabajos sin tener un miedo equivalente a cualquier residente de Bagdad. Despreciamos a los “vatayones militantes” compuestos por peligrosos homicidas y personajes obscuros que gozan de salidas transitorias para ir a tocar la tarantela. Necesitamos, finalmente, poder vivir en una nación en donde las reglas sean respetadas por todos por igual.

La ciudadanía se ha expresado claramente: aquí no existe espacio para experimentos que nos conduzcan a sistemas aberrantes como el bolivariano, el cubano o el ecuatoriano. Si no podemos pertenecer al Primer Mundo, al menos deseamos aspirar a ello. Es de estimar que la Señora Presidente piensa de igual forma, puesto que no ha elegido La Habana para sus inversiones, sino Nueva York y la Quinta Avenida. No opta por la atención sanitaria pública, sino que se hace atender por los mejores médicos en clínicas privadas.

Los argentinos marcaron, durante este 13 de septiembre, un hito. Le fijó límites a la autocracia gobernante. Como ha dicho por allí un arquitecto y escritor" El 46% no somos húngaros; somos argentinos, queremos saber de qué se trata, queremos vivir en libertad, con seguridad, sin corrupción, con libre expresión de las ideas. Por último, no queremos ser conejillos de indias de intelectuales beodos de soberbia que ni siquiera comparten con nosotros sus vidas en el mismo país, ni comparten los mismos problemas y vicisitudes de nuestra vida diaria".

Lo sucedido este jueves ha sido un primer paso. Pero habrá que estar alertas, pues el Gobierno Nacional se dispone a doblar e incluso triplicar la apuesta. Y es una obligación ciudadana impedirlo.

"Sorge" | El Ojo Digital Sociedad
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