Argentina: puesto número 127 en ránking de libertad económica

Esta semana, el Instituto Fraser (*) presentó su reporte anual sobre libertad económica, titulado “Economic Freedom of the World: 2012 Annual Report”.

El referido organismo lleva a cabo el análisis de 144 países, a los efectos de mensurar el grado de libertad económica exhibido por los mismos, considerando parámetros tales como el tamaño del gobierno, los derechos de propiedad, la estabilidad monetaria, la libertad para comerciar a nivel internacional y las regulaciones gubernamentales.

Si tomamos como referencia las citadas variables para efectuar un estudio de la realidad argentina, nos encontraremos ante un estudio no demasiado positivo: se presenta preocupante el declive argentino en términos de libertad económica, dado que el país se encuentra en la posición 127, próximo a naciones tales como Ecuador, Nigeria y Venezuela (siendo este último el país que se ha ganado la última posición del ranking, situado en el puesto 144).

Entre los primeros cinco países que encabezan este ranking de libertad económica se ubica Hong Kong, quien conserva la primera posición, seguido por Singapur, Nueva Zelanda y Australia. Es Chile (en la decima posición) el único país de la región que se encuentra entre las economías más libres y prósperas.

En este reporte puede observarse la alteración de los niveles de libertad económica argentina. Se contabilizan aspectos como el agudo crecimiento del aparato estatal, el debilitamiento de los derechos de propiedad, el incremento de trabas y barreras al comercio internacional, la caída y carencia de inversiones extranjeras y el excesivo crecimiento de las regulaciones gubernamentales. Estos indicadores representan una acabada demostración de cómo ha empeorado la situación nacional, y cómo han sido limitadas las libertades individuales, políticas y económicas a lo largo de estos años de gobierno.

El reporte anual del Instituto Fraser es una de las pruebas de cómo la libertad económica puede comprenderse en términos de mayor prosperidad y de mejoras en las condiciones de vida de la población; basta con realizar un breve estudio, utilizando variables como la relación entre los países que encabezan la lista, los que se encuentran al final de la misma y el nivel de vida de cada una de sus sociedades, incluyendo la calidad institucional y el respeto a los derechos individuales. A la postre, se atiende a una fuerte vinculación entre el nivel de libertad económica y el grado de prosperidad y crecimiento económico.

Por otra parte, es fundamental asimilar que la libertad económica surge cuando los individuos son capaces de tomar sus propias decisiones, de gastar su dinero de la manera en la que crean correcta y llevar a cabo transacciones voluntarias siempre que no perjudiquen a terceros. Cimiento para las bases principales necesarias para alcanzar la cooperación y la tolerancia a nivel global. Es preciso tener a bien considerar que es el propio mercado el que debe asignar los bienes y recursos mediante la ley de oferta y demanda, y no las corporaciones burocrátias que creen contar con la capacidad de decidir cómo millones de individuos deben cooperar, qué se debe comprar, qué no, y a qué precio.

Al cierre, debe rescatarse los puntos esenciales a la hora de hallar un nuevo rumbo para Argentina, basado en la libertad y en una mayor apertura al mundo. Alcance que no solo debe abarcar a las naciones del espectro latinoamericano, sino también aquellas que a lo largo y ancho del mundo sufren los atropellos del Estado: los reportes sobre libertad económica constituyen una herramienta imprescindible a la hora de diseñar un camino que garantice la prosperidad, tanto a nivel económico como social.

* El Fraser Institute es un think tank de origen canadiense que lleva a cabo tareas de investigación y programas educativos.