Veredicto global sobre la ruinosa política exterior de Obama
Los resultados de un reciente estudio muestran que la política exterior de la administración Obama no ha tenido éxito ni en la promoción de la marca “Estados Unidos” ni en mejorar las relaciones hostiles, especialmente en Medio Oriente.
Los resultados de un reciente estudio muestran que la política exterior de la administración Obama no ha tenido éxito ni en la promoción de la marca “Estados Unidos” ni en mejorar las relaciones hostiles, especialmente en Medio Oriente.
Y es más, las encuestas realizadas por Transatlantic Trends en 2012 muestran que la desaprobación a la actual administración continúa creciendo.
La actitud favorable hacia Estados Unidos está directamente relacionada con la aprobación (o la desaprobación) de la política internacional de Obama. Barack Obama se alzó con la victoria en 2008 declarando que mejoraría las relaciones con Medio Oriente. Pero si avanzamos cuatro años, la actitud favorable hacia Estados Unidos en los países de Medio Oriente, entre ellos los aliados de Estados Unidos (nominalmente, al menos), como Jordania (12%), Pakistán (12%) y Egipto (19%) es menor que durante la administración Bush.
Además de la encuesta de Transatlantic Trends, un informe del mes de junio del Proyecto de Actitudes Globales del Centro Pew, mostraba que la confianza en Obama a nivel internacional había disminuido, en algunos casos espectacularmente.
No es que buscar el favor internacional debiera ser la mayor prioridad de un presidente de Estados Unidos, pero en este caso, lo que es muy impactante es que las cifras se hayan desplomado en países con los que Obama ha tratado de congraciarse.
En China, la aprobación del liderazgo de Obama se ha desplomado desde el 57% hasta un triste 27%. En Rusia, ha bajado del 40% al 22%. Y, como pueden atestiguar los recientes sucesos, su aprobación en los países musulmanes casi está tocando fondo, con un descenso desde el 34% hasta el 15% en los tres últimos años.
Obama alcanzó “estatus de celebridad” con la promesa de restituir la reputación de Estados Unidos en el mundo, pero en cambio ha avivado el fuego del antiamericanismo por todo el planeta debido a sus repetidas disculpas por los valores fundacionales de Estados Unidos. De la misma forma, ha dado credibilidad a la visión de que Estados Unidos ya no es la superpotencia global que fomenta la libertad en el mundo, sino una potencia en declive que se debe disculpar por pasadas transgresiones.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.