Fragata Libertad: estado de situación
Ghana, los “fondos buitres” y el Commonwealth. Un repaso por los múltiples aspectos de esta pequeña gran crisis.
La Fragata Libertad se encuentra “atrapada” en el puerto de Tema, Ghana y éste es el dato duro que devuelve la realidad. Guste o no guste, justo o injusto, el Estado argentino ya no dispone de su buque insignia: perdió poder sobre él.
Ghana es una nación pequeña, localizada en la costa occidental del Africa Subsahariana. Como casi todos los países en esta región del mundo, obtuvo su independencia durante el denominado período de descolonización. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña y Francia (las potencias coloniales que dominaban estos territorios) se evidenciaban debilitadas. Esta situación desencadenó una ola independentista, la cual Ghana aprovechó para emanciparse de su antigua metrópoli: Gran Bretaña. Fue así que, el 6 de marzo de 1967, los ghaneses celebraron su libertad, dando inicio a una nueva vida soberana. A pesar del nuevo escenario, los vínculos entre Accra y Londres se mantuvieron firmes. De hecho, así continúan hasta el día de hoy. No es casualidad que Ghana sea uno de los 52 miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth of Nations). La Commonwealth es una organización compuesta por estados que alguna vez pertenecieron al Imperio Británico y que, en la actualidad, exhiben fuertes lazos políticos y económicos con Inglaterra. Este repaso histórico servirá para comprender que la Fragata Libertad no está anclada en un país “cualquiera” del Africa. Se trata de una nación aliada a Gran Bretaña ("archienemigo" de la Argentina).
Se desconoce realmente quién ha sido el responsable de haber colocado la nave en tan comprometida situación. De acuerdo a trascendidos periodísticos, las responsabilidades podrían ser endilgables a Héctor Timerman (Canciller), de Martín (ex jefe de la Armada), de la propia Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner (Presidente de la Nación y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas), de Guillermo Moreno (Secretario de Comercio) o de una mezcla entre la participación de aquéllos y algunos más. En definitiva, no importa quién fue el funcionario o los funcionarios que diseñaron la ruta. Lo importante por remarcar es que la responsabilidad de haber “entregado” la Fragata es del Estado argentino, quien, más allá de cualquier análisis u opinión, envió de propia voluntad el buque a aquel puerto hostil.
Una hábil pirueta discursiva usada por Cristina Fernández de Kirchner fue la de responsabilizar a los “fondos buitres”. Es cierto que fueron estos fondos los que presionaron por la decisión judicial de quitarle la libertad a la Fragata Libertad. Pero Buenos Aires podría haber fácilmente “esquivado” a estos fondos. El default de la deuda pública argentina fue declarado por el ex primer mandatario Adolfo Rodríguez Saá en 2001 y, desde entonces, la Fragata dio diez vueltas al mundo sin ser alcanzada por ningún “buitre” (ave rapaz que suele alimentarse únicamente de animales muertos). Tal vez, el gobierno de Cristina Elisabet Fernández debería haber usado menos tiempo en criticar a estos “financistas sin escrúpulos” y más tiempo en evitar ser alcanzado por ellos.
La publicidad televisiva del atleta argentino entrenando en las Islas Malvinas/Falklands para competir en los Juegos Olímpicos 2012 fue una hábil maniobra para “irritar” a los británicos. De cualquier forma, hubiera sido mucho más hábil no dejarle servido en bandeja el “Emblema de la Armada” a un aliado de Londres solo algunos meses después.
En última instancia, existe un dato que ni el más ferviente defensor de la Presidente de la Nación podría refutar. El actual gobierno entregó al “enemigo” (Gran Bretaña y/o los fondos buitres) su más simbólico buque sin que aquel disparara ni un solo tiro. No en vano el General Perón solía repetir la frase: “La única verdad es la realidad”. Y la realidad es que la Fragata, al menos por ahora, no volverá a Buenos Aires.
* El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales