Los cinco problemas inmediatos para el presidente Barack Obama
Ahora que el presidente Obama ya no se enfrentará nunca más a una reelección, es momento de que acabe la campaña electoral. La perpetua retórica política y las promesas ya no tienen importancia.
Ahora que el presidente Obama ya no se enfrentará nunca más a una reelección, es momento de que acabe la campaña electoral. La perpetua retórica política y las promesas ya no tienen importancia. Se necesita acción (y liderazgo) en algunos asuntos apremiantes que amenazan a Estados Unidos. El sustento, la protección y la libertad del pueblo americano están amenazados. Y en algunas de estas cuestiones, el tiempo límite para actuar ya se ha alcanzado y sobrepasado, agravándolos más que nunca.
Aquí tiene los cinco problemas principales que requieren de la atención inmediata del presidente:
1. Las masivas subas de impuestos previstas
Cuando el presidente de la Reserva Federal dice que la nación se dirige hacia un precipicio, el presidente debería tomar buena nota de ello. Se prevé que un total de cerca de $500,000 millones en subidas de impuestos (la suma de las antiguas políticas fiscales que expiran y las nuevas que entran vigor) comience a perjudicarnos a partir del 1 de enero. Este escenario de apocalipsis tributario, el llamado Armagedón Fiscal, perjudicará a las personas y a sus familias, poniendo en apuros a las pequeñas empresas y a los inversores por igual. Y lo mismo ocurre con la creación de empleo. La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), que normalmente no predice recesiones, ha comentado que sin algún tipo de medida que modifique nuestro rumbo, el país se dirige directamente hacia otra recesión en 2013. Como comentó el analista de la Fundación Heritage J.D. Foster, “Si se produce una desaceleración o incluso una recesión como predice la CBO, la culpa recaerá sobre el presidente Obama”.
2. Los recortes en las fuerzas armadas de Estados Unidos
Mediante un proceso legislativo llamado “retención de fondos”, el presidente y sus socios del Congreso pensaron que podrían obtener unas subidas de impuestos al tomar como rehenes a las fuerzas armadas de Estados Unidos. De modo que programaron unas reducciones masivas de nuestras defensas para que entren en vigor en enero. Utilizar a los militares como un arma política es un error y no se ha hecho nada para impedir estos recortes tan perjudiciales. Mientras nuestros enemigos desarrollan sus programas de armas y los terroristas tienen a Estados Unidos como objetivo en todo el planeta, Estados Unidos se está preparando para reducir radicalmente sus fuerzas armadas. Y todo porque el presidente y los progresistas del Congreso quieren subir los impuestos.
Hasta ahora, el presidente no ha logrado su objetivo de subir los impuestos. Pero si se permite que las reducciones de las fuerzas armadas sigan adelante, nuestras defensas quedarán devastadas. Y sin embargo, contrariamente a lo que manifiesta la retórica política, los líderes políticos de Washington podrían arreglar esto sin subir los impuestos.
3. Medio Oriente
En campaña, es fácil decir que uno se centrará más en “la construcción de naciones aquí en casa”. Pero Medio Oriente está que arde debido a sus conflictos y eso no va a esperar mientras el presidente se centra en otros temas. Según algunos informes, Irán podría ser capaz de armar una bomba nuclear en los próximos meses. El analista de la Fundación Heritage James Carafano comenta que: “Las ambiciones nucleares de Teherán, las protestas en los estados del Golfo, un Egipto cada vez más inestable, los terroristas del Sahel…todos ellos son problemas distintos, aunque cada uno tiene el potencial de extenderse por la región y más allá”.
4. El terrorismo
Para empezar, el presidente necesita reconocer los errores de los servicios de inteligencia respecto al atentado terrorista de Bengasi, Libia, que mató al embajador y a otros ciudadanos americanos.
Carafano comenta que se necesita un cambio completo en la estrategia:
Hay pruebas más que suficientes de que la estrategia antiterrorista del presidente, a pesar de tener menos de dos años, ha llegado al final de su vida útil. Esa estrategia se centró en “decapitar” a al-Qaeda. Pero no funcionó debido a que en realidad al-Qaeda es sólo una pieza dentro de una insurgencia islamista global. A diferencia de un cártel de la droga, no se puede desmantelar simplemente eliminando a su líder. A menos que el presidente cambie pronto de rumbo, los terroristas tendrán más santuarios en 2016 de los que tenían en 2010.
4. Obamacare amenaza la libertad religiosa
Hace sólo unos días, una segunda corte federal de distrito emitió una orden de amparo preliminar en nombre de una empresa de propiedad familiar frente al mandato del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), en cumplimiento de Obamacare. El mandato del HHS obliga a que casi todos los empleadores paguen los medicamentos abortivos y de esterilización así como los contraceptivos de la cobertura médica de su empleado, independientemente de sus objeciones religiosas. Este mandato desprecia la conciencia y avasalla la libertad religiosa: Las organizaciones caritativas religiosas y las empresas de propiedad familiar que se opongan al mismo están obligadas a pagar enormes multas por los planes que no sean conformes al mandato (hasta $100 por día y empleado). Para una empresa como Hobby Lobby, con más de 500 tiendas, esa multa ascendería hasta $1.3 millones al día.
Por tanto, no es de extrañar que más de 100 demandantes se hayan presentado demandas judiciales conjuntas contra el mandato, que entró en vigor el 1 de agosto. A medida que los empleadores vayan llegando a la fecha de renovación anual de sus planes médicos, se verán obligados a acatar el mandato. Esta es sólo una de las muchas partes prepotentes de Obamacare, pero para los empleadores se trata de un problema urgente: es costoso, desmoralizador y un ataque directo a la libertad religiosa.
Sr. Presidente, es el momento de ponerse a trabajar.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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