Lecciones desde Canada
En Estados Unidos, los legisladores se reunieron en el Capitolio la semana pasada para tratar de sacar adelante un acuerdo con el que evitar el abismo fiscal. Los demócratas insisten en que el incremento de la recaudación forme parte de ese acuerdo, diciendo que esa recaudación adicional es el único modo de reducir la deuda nacional.
En Estados Unidos, los legisladores se reunieron en el Capitolio la semana pasada para tratar de sacar adelante un acuerdo con el que evitar el abismo fiscal. Los demócratas insisten en que el incremento de la recaudación forme parte de ese acuerdo, diciendo que esa recaudación adicional es el único modo de reducir la deuda nacional. Sin embargo, no es una falta de recaudación lo que está impulsando la deuda de Estados Unidos, es el gasto federal desbocado. Además, los legisladores estadounidenses que intentan resolver la inminente crisis fiscal de Estados Unidos no necesitan mirar más allá de Canadá.
En Canadá, el gasto federal ha tenido una tendencia a la baja desde 1993, según Chris Edwards, del Instituto Cato. Los canadienses han reducido el gasto en prácticamente todas las áreas, excepto la atención médica. Ahora el gobierno federal es responsable de sólo el 38% del total del gasto gubernamental. Por el contrario, en Estados Unidos el gobierno federal es responsable del 71% del total del gasto.
Entre otros cambios, el gobierno canadiense modificó el calendario de beneficios del Plan de Pensiones Canadiense, con el fin de reducir la cantidad total de beneficios pagados. Canadá redujo también el tipo impositivo sobre los ingresos de las empresas, mientras que Estados Unidos tiene el tipo más alto entre sus competidores del mundo industrializado. La suma de los tipos de los impuestos sobre sociedades federal y estatal de Estados Unidos está por encima del 39%. Canadá tiene ahora un tipo conjunto de sólo el 25%. Contrariamente a lo que se esperaba, unos tipos impositivos empresariales más bajos no han dado como resultado una significativa reducción de la recaudación por el impuesto sobre sociedades en Canadá. En cambio, las empresas con sede en Canadá han comunicado que tienen más ingresos desde que se implantaron unos tipos impositivos más bajos. Y Canadá está teniendo un bajo desempleo así como un dólar canadiense fuerte.
Europa no ha seguido el ejemplo de Canadá y las graves crisis de deuda resultantes están llevando a la gente a las calles en un estallido de protestas violentas. Un gasto gubernamental y déficits fuera de control han tenido como resultado unos préstamos gigantescos, que han llevado a muchos países europeos a tener que ser rescatados financieramente. Los elevados niveles de gasto en programas de asistencia social están en el corazón del problema. Por ejemplo, Grecia gastó el 42% de su presupuesto nacional de 2009 en beneficios sociales, según Aristidis Hatzis, de la Universidad de Atenas. España tiene previsto gastar el 63% de su presupuesto para el ejercicio fiscal de 2013 en gastos sociales, según Pedro Schwartz, de la Universidad San Pablo CEU.
En Estados Unidos, disponemos de todos los ingredientes necesarios para crear una crisis de deuda similar en un futuro no muy lejano. Durante las últimas cuatro décadas, el gasto federal ha aumentado un 288%, lo que en términos reales significa que casi se ha cuadruplicado. En 2012, treinta y dos céntimos de cada dólar gastado provenían de un préstamo. La deuda con garantía pública supone un impactante 73% del PIB y nuestro gobierno ha operado con unos déficits presupuestarios de un billón de dólares durante cuatro años seguidos.
En menos de diez años, la deuda con garantía pública de Estados Unidos sobrepasará el tamaño de la totalidad de la economía del país, y está previsto que, a partir de ahí, se dispare.
Y para empeorar las cosas, nos enfrentamos a un grave problema demográfico. En todas las naciones occidentales, está aumentando la proporción de personas mayores en relación a la población total. En Estados Unidos, cada vez más miembros de la generación de la posguerra está llegando a la edad de jubilación y en Europa los índices de fertilidad están bastante por debajo del nivel de reemplazo poblacional. A medida que las poblaciones de estos países envejezcan, los derechos a beneficios se comerán una proporción cada vez mayor del gasto nacional y supondrán más presión fiscal sobre un porcentaje cada vez más pequeño de contribuyentes en edad de trabajar.
Resolver los retos del gasto y la deuda de Estados Unidos es posible. El ejemplo de Canadá ilustra algunos de los pasos a dar, incluyendo unas importantes reducciones del gasto federal, la reforma fiscal y la reforma de los derechos a beneficios. Si nuestros líderes políticos son capaces de encontrar el coraje suficiente como para seguir ese camino, podremos evitar el colapso económico. Para Salvar el Sueño Americano.