Carta abierta al Embajador Jorge Argüello, por Adrián Hugo Montenegro
Adrián Hugo Montenegro -ex cabo de la Policía Bonaerense- denunció a la Jefatura por una masacre acontecida en el año 2000, conocida como 'La Masacre de Los Polvorines'. Luego de años de amenazas, logró obtener estatus de refugiado en los Estados Unidos de América, pero quiere volver. Denuncia que su caso jamás fue atendido por Cancillería, y que el Gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, tampoco quiso hacerse cargo de la responsabilidad.
Boston Diciembre 02 de 2012
Al Excelentísimo Señor Embajador Jorge Arguello.
Quien le escribe, Adrián Montenegro, ex policía de la Provincia de Buenos Aires y refugiado en los Estados Unidos de Norteamérica junto con su familia desde el 22 de julio de 2001. En mi rol de primer refugiado político de nuestro país desde el retorno de la democracia y el primero en la historia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, no representando para mí honor alguno el ostentar dicho registro.
Con fecha 17 de noviembre del 2012, le remití una solicitud de audiencia a fin de tratar mi caso, que Usted de antemano ya conocía, debido a que he enviado a esa Representación Argentina la documentación que me avalan como tal (refugiado) y que la Cancillería Argentina también exhibe en su poder.
Le informo que, luego de meditarlo a consciencia con mi núcleo familiar, he desistido de dicho pedido de audiencia, aduciendo las siguientes razones:
1. Soy yo quien, junto con mi familia, sufre el no poder regresar en forma definitiva a nuestro país, y no debería ser quien escribe, la persona que motorice esa audiencia.
2. Que deberían ser Ustedes quienes tendrían la obligación de llamarme y, de una vez por todas, brindarme las soluciones definitivas para vivir en el país que nací, y sin miedo a ser objeto de represalias físicas.
3. Desde el 2001 -fecha que arribé a los Estados Unidos-, he rogado a los diferentes gobiernos que actúen en mi caso y pongan fin a este desarraigo. He sido victima del olvido por parte de las autoridades políticas que pasaron y supieron de mi caso en forma privada y pública, siempre sin obtener respuestas.
4. Que, desde el 2003 -fecha en que el proceso político al cual Usted pertenece y es parte activa- han hablado conmigo. Siendo uno de los que escucharon mí caso el actual Canciller Héctor Timerman, de quien tampoco he obtenido respuesta alguna.
5. He tratado desde el 2003 con organismos de derechos humanos nacionales, y siempre se me ha informado que se trata de un problema que le corresponde a la Provincia de Buenos Aires. Asimismo, desde dicha provincia se me ha contestado que la problemática es de índole nacional. En definitiva, tratamos aquí de un círculo vicioso que pareciera no tener fin.
Soy consciente de que no abandoné el país en tiempos de la presente Administración y, desde lo personal, no concluyo que ha sido este gobierno el responsable de mi decisión de irme. Entiendo que la principal responsabilidad de cuanto me sucede es del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Osvaldo Scioli, y su Gabinete. Pero tampoco escapan a esa responsabilidad Senadores y Diputados Provinciales. Al no tener en la República Argentina una casa de la Provincia de Buenos aires donde recurrir con mis reclamos, la única opción que me queda es hacerme escuchar en la representación Argentina en Washington, D.C..
He solicitado -durante muchísimo tiempo- poder comunicarme con el Gobernador Scioli, y poseo documentación que así lo demuestra y certifica. Pareciera ser que el mismo Gobernador no quiere tomar responsabilidad respecto de lo que sucede en el ámbito de su propia Policía Bonaerense; me refiero a la misma fuerza policial que secuestró a mi hermana, y parte de cuyo elemento simuló el fusilamiento de mi padre. Se trata de la misma Policía que hoy se encuentra en funciones. A mi humilde entender, esta situación no se verá modificada hasta tanto el Gobierno Nacional o bien el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires digan 'basta'.
Me he cansado de oir las declamaciones del Gobierno Nacional, de cara a la necesidad de un cambio en la Policía Bonaerense. A tal respecto, todavía resuenan en mis oídos las palabras del ex presidente Néstor Carlos Kirchner, dirigidas a Daniel Scioli: "Diga, Gobernador, quién le ata las manos". Sinceramente, estimo que nadie que posea la menor dosis de sentido común se mostraría en desacuerdo con aquel reclamo de cambio. Pero, ¿cómo cambiar a una fuerza de policía que conoce que cuenta con refugiados de su espectro, en el exterior? Más de un agente de policía me ha dicho que existe intención de denunciar, pero que nadie quisiera terminar como yo, esto es, debiendo abandonarlo todo y comenzar de nuevo en otro país.
He dado no solo mi vida y la de mi esposa e hijos por defender los derechos de las personas, sin importar que fueran policías o delincuentes, y mis acciones así lo demuestran, viéndome forzado a abandonar el país por tanto tiempo. Sé que ustedes, como gobierno, también son fervientes luchadores de los derechos humanos. Pero es válido que pueda yo plantearme la pregunta: ¿cuál es la diferencia entre los derechos que ustedes defienden y los que mi familia y yo reclamamos? ¿Acaso esa diferencia consiste en haber portado uniforme policial? Por cierto, sobra decir que -en tiempos del Proceso de Reorganización Nacional-, apenas había terminado yo el colegio primario.
Desde luego que no desearía recurrir al empleo de medidas extremas, como ser, el inicio de una huelga de hambre a las puertas de nuestra Embajada, si acaso ello sirviera para ser oído. Con esta postura, lejos me encuentro de buscar herir sensibilidades o de que ésta sea tomada como si se tratase de una amenaza: esto está muy lejos de la realidad. Y, sin embargo, es la única opción que la falta de respuestas me están dejando como curso de acción, ya que mi salud me exige ser tratada por la vía de medicamentos (dada mi condición de diabético). Finalmente, si debo llegar al extremo de recurrir a las medidas antes mencionadas, para que alguien responda ante lo que nos sucediera a mi familia o a mí (y si sirviera para poder regresar a mi Patria), no dudaría ni un minuto en poner en riesgo mi salud y mi vida en la lucha por lo que considero justo.
En caso de tener que recurrir al mecanismo de huelga de hambre, haré responsable al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Daniel Osvaldo Scioli de mi estado de salud y de las consecuencias que podría significar para ésta, al Estado Argentino.
Por las razones aquí expuestas, declaro que no estoy dispuesto a continuar tratando mi problemática como si se tratase de una cuestión menor (que Ustedes insinúan desconocer, quizás a raíz de su agitada agenda). Tampoco estoy dispuesto a seguir por la vía de conversaciones que no avanzan hacia solución alguna y que, antes bien, retroceden.
Aguardo soluciones reales, sin tener que llegar a determinaciones drásticas, como la huelga.
Atentamente;
Adrián Montenegro
TEL: (508) 304 1466
e-Mail: montenegrohugoadrian@gmail.com