Hacer negocios en la Argentina, cada vez más difícil
El índice "Doing Business" es confeccionado por el Banco Mundial cada año, a los efectos de determinar y calcular marcos de fiabilidad para la realización de negocios en 183 países.
El índice Doing Business es confeccionado por el Banco Mundial cada año, a los efectos de determinar y calcular marcos de fiabilidad para la realización de negocios en 183 países. El mismo se basa en una serie de parámetros relacionados con los negocios, tales como ciertos tipos de regulaciones gubernamentales que coartan y limitan la inversión privada y el surgimiento de nuevas empresas, distintas leyes y normas que regulan la actividad empresarial, en tanto que se exploran la cantidad de procedimientos, tiempos y costos que lleva dar inicio a un emprendimiento. El informe sirve principalmente a inversores, para que tengan conocimiento sobre las trabas y barreras que podrían cercenar los alcances de su proyecto en un país determinado.
El índice sitúa a la cabeza del listado a Singapur, seguido por Hong Kong, Nueva Zelanda y Estados Unidos. En la región latinoamericana, es Chile -nuevamente- la única nación que se posiciona entre los primeros 40, observando el puesto número 37 en el ranking global. La Argentina, por su parte, y como naturalmente era de esperar, tras años de regulaciones gubernamentales, ocupa la posición numero 124. Una caída importante, si se considera que, en 2006, el país se hallaba en el escalafón 93.
No es novedad que el gobierno argentino ha aumentado recientemente su nivel de regulaciones en perjuicio de negocios y empresas, alejándose de la proposición de un marco favorable a la hora de desarrollar emprendimientos. Finalmente, no solo se han implementado incrementos importantes en materia de presión impositiva, aumento del gasto público, restricciones al mercado cambiario y a las importaciones, sino que puede concluírse que las libertades individuales se han reducido significativamente.
El caso argentino demuestra -con cada vez mayor contundencia- que el Estado ha agigantado varias veces su tamaño, exhibiendo mayor gasto público e imponiéndose como un ente del cual nadie puede prescindir para proyectar su crecimiento individual. Ambito en donde las políticas gubernamentales reprimen a la iniciativa privada -principal motor de la economía- y donde las inversiones, conforme lo observado en informes sobre inversión extranjera directa, ven cada vez más difícil su concreción.