ESTADOS UNIDOS: HELLE C. DALE

John Kerry en el Departamento de Estado: bueno para Obama; malo para Estados Unidos

La buena noticia para la Administración Obama es que su próximo Secretario de Estado, John Kerry (Demócrata, Massachussetts), no debió cargar con lo peor durante las audiencias de confirmación en el Senado del día jueves.

25 de Enero de 2013

La buena noticia para la Administración Obama es que su próximo Secretario de Estado, John Kerry (Demócrata, Massachussetts), no debió cargar con lo peor durante las audiencias de confirmación en el Senado del día jueves.

En efecto, los nominados para la Secretaría de Defensa, Chuck Hagel, y para el puesto de Director de la CIA, John Brennan, quisieran tener la suerte de Kerry. Las únicas lágrimas que se vieron este jueves fueron las del propio Kerry, en momentos en que recordara a su padre -antes diplomático (es cierto: los diplomáticos estadounidenses estos días son bastante más llorones).

Las malas noticias para Estados Unidos coinciden con que Kerry es un gemelo ideológico de Barack Obama, y que puede esperarse perfectamente que John Kerryabrace con entusiasmo la doctrina del jefe de estado, continuando con la persecución mostrada en el control de armas, la promoción de tratados internacionales y los acuerdos para el cambio climático. Se trata de la clásica agenda progresista que solo puede conducir a la erosión futura del liderazgo estadounidense en el mundo.

Por cierto, Kerry también obsequió un discurso en pro de la grandeza del país. "Cada día que pasa en el que Estados Unidos duda en ese terreno, que nos mostramos reacios a poner nuestro mejor esfuerzo y ganar, o cuando dudamos de nuestra voluntad para liderar, es el día que volvemos a nuestro país un poco más débil", dijo. Escuchen; escuchen.

El problema es que las políticas perserguidas por la Administración Obama tienen, exactamente, el efecto opuesto. Desde luego que, por ejemplo, está muy bien hablar de la posibilidad de eliminar la amenaza nuclear representada por Irán -como lo hiciera con elocuencia el senador Kerry-, pero ello también implica contar con los medios militares necesarios para emplearlos, como último recurso. Un liderazgo estadounidense fuerte significa preservar una fuerza militar superior, proteger la soberanía estadounidense de la invasión perpetrada por los tratados internacionales y sus organizaciones, en tanto se promueve la libertad económica global.

La lista de temas presentados por Kerry en sus comentarios de apertura parecieron ser muy diferentes entre sí; un listado de problemáticas transnacionales que eliminan cualquier consideración sobre acciones unilaterales o de interés nacional: "Cuestiones íntimamente ligadas a la economía, la salud, lo demográfico y el medio ambiente... proliferación, pobreza, enfermedades pandémicas, refugiados, el conflicto en proceso en Afganistán... y el ritmo acelerado de la innovación tecnológica y su poder que cambia de manos, desde los gobiernos hacia las personas individuales (...)". Y, por supuesto, está el tema del cambio climático que -de acuerdo con Kerry- es un tema de seguridad nacional tan vital como cualquier amenaza terrorista.

En relación al terrorismo y Bengasi, Kerry -en forma decepcionante pero predecible- defendió el rol desempeñado por su antecesora Hillary Rodham Clinton en la falla de seguridad que costó la vida del embajador Christopher Stevens y otros tres ciudadanos estadounidenses en Libia, el 11 de septiembre de 2012.

El senador Ron Johnson (Republicano, Wichita) trajo a colación su entredicho con Hillary Clinton en ocasión de la audiencia del jueves, cuando la trató de responsable por la engañosa narrativa sobre el ataque que presentara la Administración Obama frente a la ciudadanía. Cuando Johnson dijo que el pueblo estadounidense fue "engañado", Kerry lo interrumpió. Incluso atacó a Johnson por no haber asistido a uno de los informes de la Administración en donde se explicaba lo sucedido en Libia. Y esta actitud no augura buenos presagios respecto del rol futuro de Kerry en el Departamento de Estado.

Para Obama, las nominaciones de Kerry, Hagel y Brennan son factores que apuntan a garantizar la comodidad de su agenda. El resto del país -y del mundo- pueden estar cerca de una decepción.


* Traducción al español: Matías E. Ruiz

 

Helle C. Dale | Heritage Libertad, The Heritage Foundation