Antes del estallido, camino al shock económico
Sobre las recientes declaraciones del ex Vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, y la idea del Gobierno de lanzar una nueva moneda: el Federal.
Luego de su paso en falso al confiar en la transversalidad unificadora de Néstor Kirchner, su voto no positivo de la madrugada del 17 de julio de 2008 –ayudado por la mano de Dios- le posibilitó emerger en la arena política como un hombre respetable por todo el arco no kirchnerista.
Las declaraciones de Julio Cobos sobre un eventual cambio de signo monetario no han tenido réplica alguna de los pasillos kirchneristas, ya que el plan de shock antiinflacionario es desconocido desde Moreno hasta Kicillof.
Guardado bajo cuatro llaves -y con la aquiescencia de economistas de la talla de Mario Blejer y Miguel Bein-, el gobierno apelará al último zarpazo antes de las elecciones parlamentarias que dejen a CFK como una "pata renga" hasta 2015.
Antes que las reservas líquidas de libre disponibilidad se hundan como nuestra gloriosa Santísima Trinidad, los números de anteayer viernes, hicieron sonar las alarmas de proa y popa del maléfico buque gobernante comenzó a padecer las causas de la inoperancia y a hundirse con un triste final, soñado por Montoneros en la década del setenta.
Pruebas económicas al canto:
1. Reservas alcanzan a U$S 42.800 millones y representan U$S 453 millones menos que las de enero de 2012, que totalizaban U$S 52.497 millones en ese período.
2. De 2010 a 2012, las reservas disminuyeron U$S 9.700 millones (18%).
3. Continúa el constante retiro de depósitos colocados a plazo fijo o en cajas de ahorro en dólares.
4. La tasa anual subvencionada por las automotrices para adquirir un cero kilómetro oscila entre un 4% y un 6%, mientras que la tasa bancaria para adquirir un usado se ubica en un 32%., como mero ejemplo de la distorsión controladora de una economía herida de muerte.
5. Mientras la convertible Ministro de Industria Débora Giorgi le anunciaba a la Presidente que el fórceps a las importaciones ya no soporta más, la ex joven militante de la juventud maravillosa -oveja negra de una familia de tradición- Mercedes Marcó del Pont no sabía cómo explicarle a una mujer fuera de quicio que el dólar libre había cerrado el viernes 25 a $ 7,62.
Ante ello, por consejo anticipado de sus pocos confiables no amanuenses, decidió avanzar en el estudio del plan de ajuste con cambio de moneda incluído.
1. Nacería el “peso federal” o "Federal" a secas, en lugar del actual peso.
2. La devaluación de la moneda oficial alcanzaría al 100%, ubicando la cotización del dólar a nuevas 10 unidades monetarias. Esto permitiría 'limpiar' la emisión indiscriminada de pesos, sobresellar los actuales y emitir billetes con nuevas denominaciones y 'nuevas caras'.
3. Se generaría un colchón suficiente entre las reservas sobre la base monetaria para absorber a quienes decidan desprenderse de la divisa reserva de valor –dólar- y lograr en menos de sesenta (60) días un cambio flotante de 8 pesos.
4. Se establecería un mercado cambiario de 'flotación sucia' –manejado por el Banco Central- y se liberaría el acceso a las monedas extranjeras.
5. Se cerrarían las paritarias salariales a un 25% de aumento de sueldos para trabajadores y jubilados por única vez.
6. Se establecerían precios sugeridos, en acuerdo con las grandes cadenas supermercadistas, -incluídas las de los supermercados chinos- para evitar que la espiral inflacionaria sólo pueda ser alcanzada con el acaparamiento de mercaderías no perecederas y el desabastecimiento sea la luz que se acerca para aplastarlos al final del túnel.
7. Se fijaría un 'desagio' similar al Plan Austral del 14 de junio de 1985, creado entonces por el ministro Juan Vital Sourrouille para los créditos bancarios, sean ellos personales, hipotecarios o prendarios y así fijar tasas de referencia.
Con este conjunto de medidas, desde el gobierno esperan sofocar el 'cristinazo inflacionario' que los sepultaría tanto en las primarias legislativas de agosto como en las nacionales de octubre, que intentarían adelantadar en dos meses, al igual que las del mes de San Cayetano.
Cuando en un buque bien defendido comienza a entrar agua en la sala de máquinas, la consigna para la tripulación es aglutinarse en sus puestos para evitar el hundimiento.
El montonerismo gobernante no quiso hacerlo; los acuciantes resultados económicos lo obligan a realizarlo –muy a pesar de sus creencias populistas- para evitar el estallido.
* El autor es Editor y Director del sitio web de análisis y noticias Notiar (http://www.notiar.com.ar/)