El régimen de Teherán ha comenzado a reforzar la censura, más allá de sus costumbres draconianas, en anticipación del descontento potencial que se aguarda para las elecciones que se llevarán a cabo en la República Islámica durante junio.
El pasado domingo, se produjo el arresto masivo de catorce periodistas que se desempeñan en medios independientes. Se trató del mayor golpe obsequiado a los medios de comunicación del país desde los comicios presidenciales de 2009; instancia que dio lugar al nacimiento del movimiento Verde local.
El gobierno de los Estados Unidos, por su parte, ha fallado miserablemente en sus esfuerzos para proporcionar a los ciudadanos iraníes la información necesaria para aquellos que luchan por las libertades individuales.
Conforme lo reportado por el periódico británico The Guardian, funcionarios de seguridad iraníes llevaron a cabo un raíd contra, al menos, cuatro diarios -Etemaad, Shargh, Bahar, y Arman. Estos se habían ocupado de imprimir verdades inconvenientes relativas a, entre otros temas, la economía colapsada de Irán, afectada por el peso de sanciones económicas internacionales. De acuerdo a The Guardian, oficiales de civil "saquearon oficinas, confiscaron documentos y retuvieron a varios periodistas".
Los funcionarios del gobierno incluso atacaron una agencia de noticias relacionada con el movimiento laborista, a raíz de la publicación de una tira cómica en forma de sátira. Los blogueros del país se quejaron de que sus sitios están siendo hackeados y usurpados. Los miembros de la familia de un periodista exiliado también fueron objetivo del gobierno. Se trata de los clásicos métodos de intimidación, destinados a arremeter contra la "sedición"; término legal elástico que suelen citar las autoridades en Teherán.
El Comité de Protección a Periodistas (www.cpj.org/reports/2012/12/imprisoned-journalists-world-record.php) lista a Irán como uno de los principales enemigos de la libertad de expresión (en términos de cantidad de reporteros encarcelados), junto a Turquía y la República Popular China. Irán vio presos a 45 periodistas durante 2012, sobre un total de 232 trabajadores de prensa puestos en prisión a escala mundial, y que oportunamente se ha ocupado de identificar el comité.
Bajo las circunstancias, los esfuerzos de la prensa extranjera para llegar a los ciudadanos iraníes con noticias confiables son de importancia crítica. Algunos de ellos han sido fructíferos -como el caso de televisión Manoto, emisora de noticias independiente con base en Londres-. Otros, como la BBC en lenguaje persa y la versión farsi del National Geographic, también han cosechado logros.
Precisamente, la información que no llega a Irán es aquella emitida desde los Estados Unidos por periodistas iraníes, tales como Persian News Network (de la Voz de América, VOA) y Radio Farda. De acuerdo a un viejo estudio de opinión realizado en Facebook (www.facebook.com/questions/10151290278467910/), solo el 5% de la audiencia iraní se encuentra en posibilidad de sintonizar emisoras norteamericanas o extranjeras.
Para los iraníes, que se encuentran bajo el pulgar de un sistema tan autocrático como brutal, cada apoyo, cada esfuerzo solidario y cada noticia originada desde el exterior, cuentan. Lo que menos podemos hacer es brindarles nuestro apoyo.
Traducción al español: Matías E. Ruiz