Chuck Hagel, la persona equivocada para el puesto de Secretario de Defensa
El fracaso de la sesión del senado estadounidense de la pasada semana tendiente a avanzar en la nominación del antiguo senador Chuck Hagel para ocupar el puesto de Secretario de Defensa, fue el resultado correcto, pero por las razones equivocadas.
El fracaso de la sesión del senado estadounidense de la pasada semana tendiente a avanzar en la nominación del antiguo senador Chuck Hagel para ocupar el puesto de Secretario de Defensa, fue el resultado correcto, pero por las razones equivocadas. Algunos legisladores votaron en contra de Hagel como un modo de presionar a la Administración Obama y que, de esta manera, responda a algunas preguntas perturbadoras y aún pendientes sobre el ataque terrorista sucedido en Bengasi, Libia. Pero la nominación de Hagel merece ser rechazada por propio mérito. Para decirlo sencillamente, el senador Hagel carece de las habilidades y experiencia necesarias, abraza una visión de política exterior tan ingenua como peligrosa, y exhibe empatía por los enemigos jurados de los Estados Unidos. Todo ello, mientras demuestra antipatía hacia aliados leales como el Estado de Israel. Lo explicado hasta aquí convierte a Hagel en manifiestamente poco idóneo para ocupar esta posición de importancia.
El Departmento de Defensa ha sido calificado como una de las más grandes y más complejas "corporaciones" en todo el mundo. Obsequiarle a una persona el control de esta repartición, careciendo esa persona de las habilidades necesarias, es el colmo de la idiotez. El Secretario debe ser un líder y administrador consumado, y capaz de desempeñar numerosas tareas al mismo tiempo. El currículum vitae de Hagel exhibe una carencia de experiencia ejecutiva, así como también su falta de capacidad para desempeñarse bajo presión, tal como se ha visto en sus propias sesiones del Congreso. Hagel jamás pudo enfrentarse adecuadamente a las preguntas realizadas por su antiguos colegas; entonces, ¿cómo le sería posible tolerar las presiones surgidas de la defensa nacional de los Estados Unidos? Su carrera en el senado evidenció una conspicua falta de liderazgo clave y de habilidades ejecutivas: no califica para el trabajo. Su loable servicio en Vietnam -siendo un joven sargento- no lo exime de críticas, ni tampoco le es útil para eludir su falta de capacidad. El país cuenta con cientos de miles de veteranos de gran honorabilidad y que no se encuentran calificados para el puesto de Secretario de Defensa -Chuck Hagel es uno de ellos.
Su cercanía a políticas tanto ingenuas como peligrosas son aspectos particularmente problemáticos para esta posición. Su adhesión a la tesis "nuclear cero" [nuclear zero] -una versión maravillosamente idealista que ignora completamente crudas realidades como la creciente amenaza nuclear global, a pesar de la oposición presentada por los Estados Unidos y de otras naciones de Occidente- representa una manera evidente de dejar volar a la imaginación. El pensamiento mágico y la expresión de deseos no son una característica deseable en la persona responsable por asegurar la seguridad de nuestra nación. Adicionalmente, sus expresiones tendientes a la generalización frente al "inútil" gasto militar que puede ser "fácilmente corregido", demuestran a las claras que el citado no tiene una concepción clara de lo que el Departamento de Defensa necesita, ni de cómo funciona realmente.
El Secretario de Defensa debe "conocer a nuestro enemigo". Hagel tiene problemas distinguiendo a los enemigos de Estados Unidos de sus enemigos. El se ha declarado partidario de la aproximación y del diálogo con Irán y Siria -aproximación que la Administración Obama ha perseguido durante cuatro años, sin lograr absolutamente nada en beneficio de la seguridad de EE.UU. o de la seguridad de ciudadanos sirios e iraníes. Ambos países han sido -y continúan siendo- financistas del terrorismo. El llamado de Hagel a los Estados Unidos para establecer relaciones normales con ellos hace ver que nuestras diferencias con esas naciones son la culpa de nuestro país. El incluso se ha referido de manera ofensiva e ignorante sobre nuestro aliado democrático en la región, Israel. El Secretario de Defensa debería ser alguien en posibilidad de construir alianzas honorables y no de destruirlas; debe reconocer a los enemigos y dirigirse a ellos como tales.
Ciertamente, el senado y el pueblo estadounidense merecen saber qué ha ocurrido realmente en Bengasi y por qué. Pero ese conocimiento no debería ligarse a la instalación de un candidato inapropiado para la Secretaría de Defensa. Este puesto es demasiado importante como para que sea tratado a consecuencia de una negociación política. Lo que se encuentra sobre la balanza de esta nominación es la seguridad de nuestra nación. Se trata de un trabajo que requiere un liderazgo comprobable, con experiencia ejecutiva y una clara compresión de las amenazas globales y lo que puede hacerse desde la política de defensa. Podemos y debemos hacerlo mejor que Chuck Hagel.
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El Dr. James Jay Carafano es vicepresidente de estudios en política de defensa y política exterior en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation)
Traducción al español: Matías E. Ruiz