ECONOMIA INTERNACIONAL: RICHARD W. RAHN

Más control estatal resultará en países más pobres

Un mundo al revés. Heme aquí, en mi habitación de hotel en Londres, viendo un programa de finanzas en idioma inglés que se está transmitiendo desde Moscú en RT (Televisión Rusa)...

06 de Marzo de 2013

Richard W. Rahn es Director del Center for Economic Growth y académico asociado al Cato Institute.

Un mundo al revés. Heme aquí, en mi habitación de hotel en Londres, viendo un programa de finanzas en idioma inglés que se está transmitiendo desde Moscú en RT (Televisión Rusa). El conductor del programa está reprendiendo correctamente a los jefes de los principales bancos centrales occidentales por actuar como socialistas, al fijar las tasas de interés e ignorando el hecho de que los mercados libres harían un mejor trabajo. Señala que tanto China como Rusia se encuentran en una carrera de compra de oro con el fin de fortalecer sus monedas, mientras que los europeos, Japón y los Estados Unidos están en una carrera por debilitar las suyas. Finalmente, despotricó en contra de los gobiernos occidentales por su contínua irresponsabilidad fiscal.

El hecho es que las grandes economías capitalistas estás convirtiéndose rápidamente en menos capitalistas y más controladas por sus gobiernos. En el gráfico adjunto se puede ver cómo el Reino Unido, Francia y EE.UU. están moviéndose rápidamente hacia abajo. Todos ellos exhiben un déficit fiscal que impulsará sus proporciones de deuda con respecto al PBI a un territorio crítico (más del 90 por ciento) en cuestión de meses. El crecimiento económico ha llegado a una paralización virtual en los tres países mencionados.

El Reino Unido, Francia y EE.UU. no cuentan con un plan creíble para llevar sus déficit a un nivel por debajo de las tasas de crecimiento esperadas (de forma realista), que es lo que se necesita para evitar un colapso financiero. Los tres gobiernos tienen lo que cortésmente llaman un 'objetivo en movimiento' para el gasto, el déficit y el crecimiento económico. El objetivo en movimiento es uno que nunca se acerca.

El Banco de Japón, el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra, la Reserva Federal de EE.UU. y otros han estado involucrados en una guerra de divisas en la que tratan de reducir el valor de sus monedas en relación a otras. Recientemente, en la reunión de ministros de finanzas y directores de los bancos centrales del G20, las naciones mencionadas anteriormente y otras negaron encontrarse en una guerra de divisas y luego se comprometieron a no hacer más de lo que negaron haber estado haciendo. No apueste su vida a que lo cumplirán.

Declive contínuo de países

Muchos de los bancos centrales están tratando de hacer lo imposible: aumentar la inflación mientras mantienen las tasas de interés muy bajas. Quieren aumentar la inflación para erosionar el valor real de las deudas que sus gobiernos han estado creando, pero temen que el aumento de las tasas de interés hará que los costos de honrar la deuda privada y la pública sean inmanejables.

¿A dónde nos lleva todo esto? La Argentina ofrece un interesante caso de estudio. Cuando sus desequilibrios fiscales comenzaron a empeorar hace una década, el gobierno dejó de pagar su deuda externa, y ha estado en tribunales internacionales desde entonces. El país continuó gastando demasiado y fue incapaz de vender sus bonos por lo que se consideraba una tasa de interés razonable. Así que, hace unos años, el gobierno nacionalizó los fondos privados de jubilación de los ciudadanos, dándoles a cambio bonos del gobierno. El gobierno argentino ha estado manipulando las cifras de inflación. Al subestimar en gran medida la tasa de inflación, el gobierno ha sido capaz de recortar los costos de mantenimiento de los programas de pensiones y de bienestar social al ajustarlos, en efecto, solo parcialmente a la inflación. Esto ha causado grandes dificultades a los destinatarios. La situación es tan mala que el Fondo Monetario Internacional acaba de censurar al gobierno argentino por emitir estadísticas falsas.

Si usted es ciudadano del Reino Unido, Francia o EE.UU., usted podría estar pensando que esto no sucedería en su país. ¿En serio? La Argentina es una democracia rica en recursos naturales y con una población relativamente bien educada, en gran parte de origen europeo. Hace un siglo, tenía uno de los ingresos per cápita más altos del mundo. Hoy, se encuentra alrededor de la mitad o menos en el ranking de países por su ingreso per cápita, todo debido a una mala gestión económica.

¿Qué cree que hará el presidente Barack Obama si China, Japón y otros de repente dejan de comprar bonos de Estados Unidos y los compradores privados empiezan a exigir tasas de interés superiores? ¿Cree Usted que él aceptará la responsabilidad de su propia mala gestión económica, o encontrará algún grupo para demonizar y luego tratar de apropiarse de sus activos?

Nada de esto tiene que ser así. Modificaciones razonables en los programas estatales de transferencias de pagos y recortes reales en el gasto público para devolverlo al nivel como porcentaje del PBI que tuvo en promedio durante las dos décadas previas a 2007 conducirían rápidamente a un auge y al empleo pleno. De hecho, con todas de las nuevas energías de bajo costo que están disponibles en EE.UU., el país debería poder recuperar rápidamente su destreza industrial. Lo mismo ocurre con Gran Bretaña. Recientes descubrimientos en el Reino Unido indican que tendrá gas natural por décadas, si tan sólo el gobierno permitiese su desarrollo.

Los países ricos no se empobrecen naturalmente. Sólo se empobrecen cuando tienen un mal liderazgo.

 

Este artículo fue publicado originalmente en The Washington Times (EE.UU.) el 19 de febrero de 2013.

 

Richard W. Rahn | The Cato Institute, sitio web en español