La crisis de la Eurozona genera nuevos desafíos para Angela Merkel

Mientras la oposición al Euro continúa ampliándose dentro de la Eurozona, Alemania, motor de la Comunidad -y, francamente, lo único que la sostiene- tampoco es inmune.

Recientemente, una nueva organización política ha surgido allí, denominada Alternativa para Alemania ('Alternative für Deutschland', en https://www.alternativefuer.de/). Hasta el momento, el grupo solo consiste en una colección de intelectuales germanos de ideas compartidas y con un mensaje populista destinado a ampliar la llegada de su movimiento y su oposición a la zona euro. Sus integrantes buscarán formar un partido político el mes entrante.

La página web de Alternativa para Alemania deja bien clara la insatisfacción del grupo con la Unión Europea, al declarar: "Convocamos a la reimplantación de las monedas nacionales, o a la creación de sistemas monetarios colaborativos más pequeños y más estables".

El movimiento arenga, de manera acorde, a que los países del bloque abandonen la zona euro. Mientras esta agrupación no promueve la disolución de la Unión Europea, sí argumenta sobre la necesidad de mayores cuotas de soberanía para los estados individuales dentro de la UE. Quienes respaldan al movimiento han rescatado el reciente llamado hecho por el primer ministro británico David Cameron para que a las capitales del Viejo Continente les sean regresados sus poderes.

Que exista un grupo de estas características, que cuestiona la moneda única y las políticas económicas y monetarias en Alemania es significativo. Angela Merkel ha sido una de las más férreas defensoras de la moneda común, y continúa presionando por medidas de austeridad en numerosas naciones de la UE, mientras hace uso del poder económico alemán para subsidiar a los estados miembros que se han comportado con menos responsabilidad. En gran medida, Alternativa para Alemania ha surgido en el convencimiento de numerosos miembros del grupo frente a que el país debe evitar continuar subsidiando las deudas de otros estados europeos.

La Eurozona continúa siendo frenada por un alto desempleo, un excesivo gasto estatal, la incertidumbre política y los evidentes trastornos observados en las recientes elecciones legislativas italianas. En este sentido se expresa Luke Coffey -analista de la Fundación Heritage-, en ocasión de una reciente conferencia relativa al futuro de la UE: 

Ya no se trata de los británicos 'euroescépticos' que piden por un cambio. El recientemente formado gobierno de coalición en Holanda también convoca a que más poderes sean retornados a los estados miembros. Y así lo refiere el "programa de gobierno" acordado por los partidos que dan forma a esa coalición, en un renglón en particular: "Los Países Bajos exigirán a la Comisión Europea que listen aquellas áreas de políticas públicas que (...) puedan ser transferidas a los gobiernos nacionales. Nosotros incluso presentaremos propuestas". Esto resume el estado de ánimo actual a lo largo de la Unión Europea.

El probable surgimiento de un nuevo grupo político en Alemania escéptico frente al Euro (precisamente, en un país que no observa una postura coincidente con demoler la Eurozona), ciertamente indicaría que la actitud de Europa de cara al Proyecto Europeo está cambiando.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz

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