Chipre: el rescate ignora problemas de fondo en el seno de la Unión Europea
Un acuerdo de último minuto se conoció en las primeras horas del lunes, entre las autoridades chipriotas, el Fondo Monetario Internacional y funcionarios de la Unión Europea.
Un acuerdo de último minuto se conoció a primera hora del lunes, firmado entre las autoridades chipriotas, el Fondo Monetario Internacional y funcionarios de la Unión Europea. El convenio fue destacado como un logro pero, en realidad, deja de lado las serias fracturas de origen estructural dentro de la Eurozona y, probablemente, se esgrime en una solución temporal para problemas de largo plazo.
El acuerdo impondrá un tributo sobre los depósitos superiores a €100 mil contabilizados en los dos más grandes bancos del país, alcanzando una cifra de entre el 30 y el 40%; se trata de una iniciativa sin precedentes para tomar dinero de los depositantes, a criterio de calificar para un rescate de €10 mil millones provisto por la Eurozona. El convenio incluso disolverá el Banco Popular de Chipre (Cyprus Popular Bank), el segundo de la nación.
Los tenedores de depósitos en el Banco Popular de Chipre que posean menos de €100 mil serán transferidos al Banco de Chipre (Bank of Cyprus), el más grande del país, con el objeto de sostener sus balances. Esencialmente, este acuerdo genera un "banco bueno" y otro "malo".
Durante el pasado martes, el parlamento chipriota había rechazado un plan inicial para elevar el capital a partir de la interposición de un tributo sobre la totalidad de los depósitos bancarios, un plan que hubiera generado extendidas protestas públicas.
A pesar del hecho de que el Producto Bruto Interno de Chipre representa un aproximado del 0.5% del PBI total de la Unión Europea, el impacto de los eventos recientes generará ecos a lo largo de todo el Viejo Continente. El ministro de finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, debió retirar sus comentarios respecto de que el rescate de Chipre podría encarnar el marco para similares procedimientos en otros estados miembros; sus expresiones aterrorizaron a los inversores en otros países de la Comunidad.
La absorción contínua de poder por parte de Bruselas ha minado la competitividad en términos económicos de países dentro de la Zona Euro, y esas mismas naciones se han mostrado reacias a detener su derroche en materia de gasto público lo que, a su vez, ha comprometido aún más aquella competitividad. Ciertamente, Chipre no es la excepción.
Una crisis económica como la que ahora enfrentan los chipriotas continuará teniendo lugar, en la medida que la Eurozona siga sin observar responsabilidad política. Conforme lo ha explicado el analista de la Fundación Heritage, Luke Coffey:
Europa necesita retornar a los pilares básicos de la democracia. El poder necesita ser retransferido desde los estados miembros hacia la gente. Las regulaciones excesivas y de carácter intrusivo originadas en la UE deben ser recortadas. El gasto inútil de Bruselas debe llegar a término. Se necesita implementar políticas económicas de crecimiento. Los excesivos pedidos de préstamos deben ser detenidos ahora.
El futuro de Chipre como miembro de la Eurozona continúa en dudas, en tanto dos tercios de los ciudadanos chipriotas apoyan la salida de la Comunidad, y las implicaciones del rescate financiero sobre las tasas de crecimiento en el futuro aún están a tiempo de conocerse. Una cosa es segura: las fracturas de índole sistémica dentro de la Zona Euro continúan vigentes y, hasta tanto nadie se ocupe de ellas, el drama de la pasada semana tiene probabilidades de ser solo el comienzo.
* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés: http://blog.heritage.org/2013/03/27/cyprus-last-minute-bailout-doesnt-address-eurozones-underlying-systemic-issues/