Sobre los recientes comentarios del presidente uruguayo José Mujica

Luego de repasar los del presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica, referidos al matrimonio Kirchner, considero oportuno brindar una opinión serena sobre el tema.

Quienes tienen la oportunidad de seguir mis opiniones, conocen bien mi posición. Esta es claramente contraria a la conducción politica del matrimonio Kirchner en lo que a las relaciones con Uruguay concierne, y que periódicamente han sido publicadas en esta página.

Pese a ello, considero inoportunas las opiniones vertidas por el jefe de estado uruguayo, hayan sido éstas expresadas en modalidad "off the record", o de manera intencional.

Así como a muchos puede perturbarnos el léxico comúnmente utilizado por el Presidente José Mujica -cuyas aseveraciones, a veces, son más propias de ser escuchadas en un burdel y no de parte de un mandatario-, no deja de ser cierto que, al dirigirse a periodistas, profesionales, políticos opositores, la juventud y al pueblo uruguayo en general, en esta oportunidad molesta tanto o quizás más, en tanto sus dichos han trascendido las fronteras del país y vuelven a poner en ridículo a la institución presidencial uruguaya.

Desde lo personal, dudo que el audio en el que pueden percibirse sus opiniones haya sido consecuencia de un "descuido" del personal técnico encargado de cerrar los micrófonos. Afirmo esto dado que, ya en una porción del discurso, cuando el presidente expresa "el tuerto era más político, ésta es terca", estaba hablando solo frente al micrófono y el intendente Enciso estaba reclinado totalmente sobre su izquierda, intercambiando opiniones con otros integrantes de la mesa (a tal efecto, sugiero observar a consciencia el video).

Ante lo expuesto, quien esto escribe considera que existe espacio para la duda, esto es, si acaso la situación no ha sido montada para distraer a la opinión pública de los serios problemas que maniatan al gobierno en Montevideo, y que muchos de ellos se encuentran siendo analizados por la Justicia. Como complemento, ciertos integrantes de la Administración aún deben presentarse ante los tribunales para ser indagados.

Considero, asimismo, que el comunicado de la Cancillería de la República Argentina, en donde se expresa la molestia del gobierno de Buenos Aires y se solicitan explicaciones (pregunto: ¿sobre qué?) no es digno de recepción. Ello, debido a que -en el ámbito diplomático-, las "ofensas" o "cuestionamientos" personales surgidos entre mandatarios no son cuestiones de Estado; ergo, no corresponde tratarlas como tales. En virtud de lo señalado, la Cancillería de la República Oriental del Uruguay no debería responder dicho comunicado y, para el caso en que decida hacerlo, lo correcto es expresar que el Presidente José Mujica dispondrá de los medios para zanjar la cuestión en forma personal con su par en la República Argentina.

Sirve también recordar la oportunidad en que la jefe de estado Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner cuestionó al entonces presidente Tabaré Vázquez, en ocasión del discurso brindado ante el parlamenteo, a poco de asumir su primer mandato. En tal oportunidad, la Cancillería uruguaya optó por mantenerse en silencio. Idéntica situación se ha registrado cuando primeros mandatarios de diferentes naciones (Barack Obama, Silvio Berlusconi, etcétera) exhibieron similares percances: ni sus cancillerías ni las del mandatario afectado reaccionaron.

Por cierto, la sugerencia es que lo aquí sucedido sirva para poner en alerta al equipo médico del señor Presidente Mujica. Ante los reiterados exabruptos compartidos por éste, sería tan grato como oportuno que se analice seriamente la designación de un "vocero presidencial", cargo que -en tanto bien desempeñado- puede resultar de suma utilidad para escenarios graves como el que describimos.

* El autor es ex representante de la República Oriental del Uruguay ante Naciones Unidas