Estados Unidos: el fantasma de Bengasi
La Casa Blanca podría haber optado por silenciar su respuesta de cara al ataque terrorista en Bengasi por temor a que ello inflamase el sentimiento antiestadounidense en la región...
La Casa Blanca podría haber optado por silenciar su respuesta de cara al ataque terrorista en Bengasi por temor a que ello inflamase el sentimiento antiestadounidense en la región. Quizás, el presidente Barack Obama haya preferido no reconocer el exitoso ataque de una rama cercana a al-Qaeda en el mismísimo aniversario del 11 de septiembre -y justo antes de una elección nacional. Puede ser que todo se trate de un caso al estilo 'Keystone Kops' (remitiendo al torpe accionar de un grupo inoperante de fuerzas del orden) en el ámbito del comando nacional, frente a la noche en que cuatro ciudadanos estadounidenses fueron asesinados en sus puestos. Pudo haberse tratado de alguno de esos tres casos. El problema -nueve meses más tarde- consiste en que aún no sabemos de qué se trató todo aquello.
Una dramática audicencia se llevó a cabo el pasado 8 de mayo, con Gregory Hicks -funcionario del Departamento de Estado que se hallaba en Libia en ocasión de los ataques del 11 de septiembre de 2012 que condujeron a las cuatro muertes- como protagonista.
Algunos de los testimonios previos a la presentación fueron oportunamente filtrados a la prensa. Aquéllos citaban que un equipo de las fuerzas especiales -que pudo haber sido despachado para salvar vidas y salvaguardar evidencias y material clasificado almacenado en el edificio estadounidense- recibió la orden de "no intervenir". Además, Hicks expone que el equipo del embajador de EE.UU. en Bengasi sabía que se encontraban bajo ataque y que así lo reportaron a Washington.
El testimonio de Hicks se complementa con un informe sobre la conferencia llevada a cabo por representantes del Partido Republicano y un artículo detallado sobre los "Puntos de Conversación sobre Bengasi" publicado en el Weekly Standard, que profundiza los cuestionamientos frente a la credibilidad de la respuesta dada por la Administración Obama de cara al asunto.
Lo que está quedando cada vez más claro es, primero: el carácter fallido de los mecanismos fallidos de seguridad empleados por la Administración, previos al incidente; segundo: la respuesta frente al ataque fue desordenada e inadecuada y, tercero, que la Administración llevó a cabo un esfuerzo considerable y recurrente para ocultar estos hechos.
La línea temporal de lo sucedido no aporta novedad.
Que recién en este momento le sea permitido a Hicks testificar ante el Congreso refuerza las preocupaciones sobre que la Administración continúa liberando la verdad a cuentagotas. Con todo, la Casa Blanca sigue apegada a su poco verosímil tesis que reza que el gobierno ha actuado con propiedad ante cada capítulo de los hechos.
Recientemente, el vocero de la Casa Blanca defendió la revisión interna realizada sobre el ataque por el Departamento de Estado, citándola como "rigurosa y despiadada", aún después de que el Inspector General de ese Departamento anunció que está investigando la conducta del panel que produjo ese informe.
Cuestiones fundamentales sobre la falla en Bengasi aún no fueron del todo respondidas. Siendo que la Casa Blanca continúa en estado de negación frente a la verdad, queda en manos del congreso presionar para obtener las respuestas, así como también de la Administración, en lo que tiene que ver con asumir la propia responsabilidad y proteger al personal estadounidense que se desempeña en el exterior con mayor seriedad. Asimismo, protegiendo su reputación política a nivel doméstico.
* El Dr. James Jay Carafano es vicepresidente de estudios en política de defensa y política exterior en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation)
* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés en: http://blog.heritage.org/2013/05/08/morning-bell-ghosts-of-benghazi/