La reforma migratoria debería fortalecer a Estados Unidos, no ser una carga
La inmigración legal puede traer importantes beneficios culturales y económicos para Estados Unidos y los inmigrantes. Los estadounidenses viven y celebran acertadamente los valores de Estados Unidos, incluído el gobierno limitado, la libertad personal y la libre empresa, y atraen a otros para que se nos unan.
La inmigración legal puede traer importantes beneficios culturales y económicos para Estados Unidos y los inmigrantes. Los estadounidenses viven y celebran acertadamente los valores de Estados Unidos, incluído el gobierno limitado, la libertad personal y la libre empresa, y atraen a otros para que se nos unan. Estamos unidos por la fe en nuestros documentos fundacionales y nuestro credo frente a que todos los hombres son creados iguales. Como en su oportunidad lo expresara Ronald Reagan: "Entre los inmigrantes que han enriquecido de este modo a los Estados Unidos, se incluyen personas de todas las razas, credos y orígenes étnicos".
Aunque damos la bienvenida a quienes quieren venir a este país, también somos una nación con leyes, y el Estado de Derecho exige el cumplimiento de la ley de manera justa, firme y coherente. La inmigración no es una excepción y, de hecho, observa una importancia crucial, pues los recién llegados deben ver esos principios en acción desde su primer día en Estados Unidos. Aquellos que ingresan legalmente mediante nuestro lento sistema burocrático, deberían ser recompensados: no se les puede dejar preguntándose si no deberían haber ingresado o residido ilegalmente en el país y aguardar por la concesión de una amnistía.
Al abordar la inmigración, nuestro gobierno debería comenzar por cumplir las promesas que hizo cuando concedió una amnistía "sólo por esta vez", en 1986. En primer lugar, debería asegurar la frontera. Luego, debería hacer cumplir nuestras leyes, imponiendo duras multas a aquellos que contratan a inmigrantes ilegales. Estas medidas cuentan con el respaldo de la absoluta mayoría del pueblo estadounidense.
Después, el Congreso debería tomar medidas para corregir nuestro lento y fallido sistema de inmigración legal. Los proyectos de ley concretos para abordar estos problemas específicos paso a paso son positivos para el país ya que son sencillos, claros y transparentes. Hacen posible obtener triunfos legislativos en aspectos en donde es posible alcanzar a acuerdos y dificultan el ocultamiento de brechas legales o de tratos de favor a ciertos intereses particulares. Y pueden forjar la confianza en que el gobierno trabaja para el pueblo.
Desafortunadamente, el Congreso está avanzando en un proyecto de ley gigantesco, complejo e integral que incluirá una amnistía para aquellos que han infringido nuestras leyes de inmigración. Y, en un momento en el que padecemos una enorme y creciente deuda, sabemos que este proyecto de ley les acabará costando a los contribuyentes billones de dólares. Tras un breve espacio de tiempo, millones de inmigrantes ilegales tendrán acceso a toda la variedad de saturados programas de asistencia social, así como a unos sobrecargados programas de derechos a beneficios, como el Seguro Social y Medicare.
En lugar de eso, el Congreso debería proceder paso a paso: primero, seguridad fronteriza; luego, cumplimiento de las leyes laborales, y, finalmente, arreglar nuestro sistema de inmigración legal. Estos pasos darán cumplimiento a las antiguas promesas y beneficiarán económicamente a Estados Unidos, en tanto que no involucrarán los innecesarios costos fiscales derivados de una amnistía.