John Kerry y Venezuela
Al margen de la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) de Guatemala, el secretario de estado americano John Kerry se encontró con el ministro de relaciones exteriores venezolano, Elías Jaua...
Al margen de la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) de Guatemala, el secretario de estado americano John Kerry se encontró con el ministro de relaciones exteriores venezolano, Elías Jaua, en representación del democráticamente comprometido -y acosado por la crisis- gobierno de Nicolás Maduro, sucesor designado a dedo por el fallecido Hugo Chávez y autoproclamado ganador de las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril.
Luego de la reunión, Kerry declaró ante la prensa: "Acordamos hoy, en conjunto, que Venezuela [esto debe leerse: el régimen de Maduro] y los Estados Unidos, que a nuestros países les agradaría hallar un nuevo camino hacia adelante, establecer un relación más constructiva y positiva".
Lamentablemente, el secretario Kerry y sus pares en el Departamento de Estado están sucumbiendo al Síndrome del Diplomático, una forma de ilusión óptica o desorientación que confunde las palabras con la acción y que asigna a gestos amistosos un peso equivalente con hechos de peso concreto.
Que los diplomáticos principales de Estados Unidos y Venezuela conversaran no representa gran cosa. El presidente estadounidense Barack Obama se ha llevado bien con el presidente Chávez durante 2009, aún cuando las relaciones continuaron deteriorándose. Lo que realmente interesa es si acaso el liderazgo autoritario del gobierno populista venezolano se encuentra genuinamente preparado para modificar comportamientos que chocan de frente con valores e intereses de importancia para EE.UU.
Comenzando con la muerte de Chávez el 5 de marzo, el régimen de Maduro se ha abocado, de manera incesante, a la diatriba antiestadounidense. Arrestó al ciudadano norteamericano y realizador cinematográfico Tim Tracy bajo falsos cargos de espionaje. Su reciente liberación ha observado un carácter tardío y ha sido, apenas, una concesión ante la realidad.
Desde marzo, el presidente Nicolás Maduro y compañía han bloqueado repetidamente los esfuerzos tendientes a la consecución de una revisiones justas respecto de las irregularidades atendidas durante los comicios del 14 de marzo, y ha amenazado y atacado a miembros de la oposición democrática, incluyendo un ataque brutal contra legisladores contrarios al gobierno en la Asamblea Nacional. Maduro y sus colegas han, incluso, mencionado la posibilidad de reprimendas punitivas contra el aliado de EE.UU., Colombia, en virtud de que el presidente de esa nación, Juan Manuel Santos, decidió llevar a cabo una reunión con el derrotado aspirante de la oposición, Henrique Capriles Radonski.
Claramente, Maduro y Jaua guardan la esperanza de que el secretario Kerry y la Administración Obama finalmente reconozcan el resultado de las presidenciales y el mandato ilegítimo del heredero de Chávez, mientras la oposición democrática es atropellada. La sentencia de Kerry sobre igualar al canciller Jaua con Venezuela es desconcertante; la ofensiva de Maduro se orienta a subvalorar la ofensiva diplomática de la oposición. El presidente y Jaua también se proponen dejar los fallos sistémicos del desmadre administrativo de su socialismo inspirado en los cubanos fuera de la discusión, y a mantener en la oscuridad los alcances de sus lazos con Irán, Siria y Hezbolá.
Finalmente, la búsqueda de mejoras genuinas en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela debe mantenerse en alto. Debería incluir un compromiso serio de parte del régimen de Maduro para, no solo respetar los derechos de la oposición democrática, sino ingresar en una fase de diálogo real, orientado hacia la reducción de las tensiones y a la preservación de derechos económicos y políticos fundamentales. Ello también requerirá una reversión importante de la persistente postura antiestadounidense, acompañada de una cooperación genuina para combatir el tráfico ilícito de drogas y el terrorismo, y de un acompañamiento total de las sanciones contra Irán y Siria por parte de Caracas.
Sin progreso en estos temas clave, John Kerry y compañía fallarán cuando llegue el momento de modificar la dinámica venezolana post-Chávez y el sistema autoritario en este país.
* El autor, el Dr. Ray Walser, es analista senior en temas de relaciones exteriores y América Latina, en la Fundación Heritage (The Heritage Foundation).
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés en: http://blog.heritage.org/2013/06/07/buyer-beware-secretary-kerry-and-venezuela/