Roben pero, por favor, no hagan nada más
Se metieron con la carne, nos dejaron sin vacas y sin mercados externos... Se metieron con el trigo, nos dejaron sin harina y sin pan...
Se metieron con la carne; nos dejaron sin vacas y sin mercados externos...
Se metieron con el trigo; nos dejaron sin harina y sin pan...
Se metieron con la leche; nos dejaron con 6 mil tamberos menos.
Se metieron con el petróleo. Nos dejaron sin reservas, debiendo importar combustible. Se metieron con el dólar; nos dejaron con paralelos, negros, blues y sin reservas. Se metieron con la importación; nos dejaron sin remedios.
Se metieron con los precios; nos dejaron con inflación. Se metieron con el INDEC; nos dejaron sin estadísticas. Se metieron con los trenes; nos dejaron muertos y heridos.
Se metieron con Aerolíneas; nos dejaron La Cámpora y una pérdida millonaria, que pagan los pobres. Se metieron con la educación; nos dejaron alumnos cuyas evaluaciones internacionales son las peores del mundo. Se metieron con el fútbol; nos dejaron barras bravas (e Hinchadas Unidas Argentinas).
Se metieron con las cárceles; nos dejaron a Vatayón Militante. Se metieron con las Madres; nos dejaron con Shoklender y una gran estafa. Se metieron con la historia; nos dejaron sin próceres. Se metieron con los medios; nos dejaron un gasto enorme y propaganda oficialista.
Se metieron con la justicia; casi nos dejan sin jueces (y sin República)...
Sigan robando,;sabemos que no pueden hacer otra cosa pero, por favor:
Dejen a los productores producir.
A los importadores y exportadores, importar y exportar.
A los comerciantes, vender.
A los consumidores, decidir a quién compran y a qué precio.
A los técnicos y profesionales, manejar las estadísticas.
A los jueces, juzgar.
A los periodistas, informar.
A los maestros, enseñar.
A los historiadores, investigar.
A los artistas, cantar lo que se les canta...
Y a la sociedad, vivir libremente.
Una sociedad libre encontrará más fácil el camino sola que con aprendices de brujos (caros) impulsados por pretensiones totalitarias y cegados por la ideología.
A nosotros, nos conviene.
A Ustedes, también. Ningún mafioso destruye el negocio.
* El autor, Gabriel Vénica es Abogado, Consultor Empresas de Familia, y Profesor en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).