El arresto del líder de Los Zetas, resultado de la cooperación entre México y Estados Unidos

Miguel Angel Treviño Morales, líder de Los Zetas, fue capturado por la policía mexicana el próximo-pasado 15 de julio.
 

Treviño se encontraba entre los marginales más temidos de México. Los Zetas, un desprendimiento de militares renegados dedicados al delito, se expandieron en la forma de una organización de tráfico de drogas de gran escala. El homicidio con alto grado de sadismo era la seña particular de Treviño. En años recientes, Los Zetas sembraron el terror a lo largo del país. Sus miembros fueron los responsables del ataque al casino de Monterrey, matando a 52 personas, y de la masacre de 72 migrantes en un rancho cerca de la frontera con Estados Unidos. También se les adjudica el asesinato de 27 trabajadores de una granja en Guatemala, en 2011.
 

Los Zetas también son sindicados como responsables -de acuerdo a Insight Crime- en la multiplicación de la violencia en la zona estadounidense cercana a Laredo, en el estado de Texas.
 

Cuando el iraní Mansour J. Arbabsiar, actuando en representación de la Fuerza Quds de la República Islámica de Irán (fuerza de ataque de la Guardia Revolucionaria Iraní), complotó para asesinar por contrato al embajador de Arabia Saudita en Washington, D.C., tomó contacto con un individuo que creyó pertenecía a Los Zetas. A la postre, resultó que el contacto era un informante del gobierno estadounidense. Arbabsiar ahora se encuentra cumpliendo con una condena de 25 años de prisión, luego de confesar culpabilidad ante un tribunal de la ciudad de Nueva York.
 

En resumen, Los Zetas constituyen una organización terrorista/criminal transnacional que ha sembrado el terror a lo largo de México, en América Central, y que continúa representando una seria amenaza contra la seguridad nacional de los Estados Unidos de América.
 

El arresto de Treviño representa el primer gran éxito del presidente mexicano Enrique Peña Nieto contra una figura clave del delito en el país. Y, mientras la Administración Peña Nieto ha buscado reducir los costos y las consecuencias de la guerra contra las drogas, la violencia continúa remitiendo a una importante crisis nacional y es un desafío para las relaciones mexicano-estadounidenses.
 

La fuerza responsable por la búsqueda y posterior captura de Treviño fue una equivalente mexicana a los Marines de EE.UU.; se trata de una fuerza militar de asalto que ha trabajado junto a entrenadores estadounidenses. Activos de inteligencia de EE.UU. pueden incluso haber representado un rol importante -aunque no establecido- en el arresto. Es probable que Washington solicite la extradición de Treviño al norte. A pesar de fricciones computadas recientemente, funcionarios de alto nivel de ambos países continúan coordinando la actividad antidrogas, bajo el espíritu de la Iniciativa de Mérida.
 

En tanto la atención del congreso estadounidense se centra en la cuestión de la reforma inmigratoria y la seguridad fronteriza, es sencillo pasar por alto la importancia de una cooperación fuerte entre fronteras, el intercambio de información de Inteligencia, y las extradiciones de criminales mexicanos a Estados Unidos, con miras a traer ante la justicia a letales forajidos como Treviño y responder a las amenazas encarnadas por las organizaciones criminales transnacionales como Los Zetas.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés en: http://blog.heritage.org/2013/07/18/arrest-of-notorious-zetas-leader-built-on-u-s-mexican-cooperation/